La celebración del Día de la Soberanía Nacional, en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845, constituye una oportuna ocasión para reafirmar nuestras políticas soberanas en las diversas dimensiones de la vida nacional, pero muy especialmente en la territorial.

La disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes es el asunto pendiente más antiguo y, sin duda alguna, uno de los más importantes de nuestra política exterior.

Si bien es cierto que ningún Gobierno, jamás, bajo ningún color político desde 1833 a la fecha cesó de reclamar por nuestros legítimos derechos, ni consintió la usurpación británica en más de 188 años, no es menos cierto que no todos lo han hecho con la misma intensidad y persistencia.

Desde el 10 de diciembre de 2019 el presidente Alberto Fernández ha vuelto a otorgar a Malvinas la más alta importancia en la agenda exterior de la Argentina. Desde entonces, el trabajo encomendado por el presidente fue, a partir de la política de Estado que consagra nuestra Constitución Nacional en la Disposición Transitoria Primera, promover y ampliar los consensos en torno a los lineamientos para su concreción.

En ese sentido volvió a elevar al rango de Secretaría al área de la Cancillería encargada de las Islas Malvinas, otorgándole además competencias en dos ámbitos que están íntima e indisolublemente asociados a la Cuestión Malvinas: Antártida y Atlántico Sur.

El trabajo de Daniel Filmus como responsable del área, a quien hoy tengo el honor de suceder, ha sido de gran importancia y ha sentado las bases para avanzar en la tarea encomendada por el presidente.

La aprobación por unanimidad de la Ley 27.558, que creó en forma plural y multidisciplinaria el Consejo Nacional Asesor Presidencial sobre Malvinas; de la Ley 27.557, que demarca el límite exterior de la Plataforma Continental Argentina y permite dar seguridad jurídica y defender nuestros intereses en el
Atlántico Sur, y de la Ley 27.564, que eleva sustantivamente los montos de las multas a la pesca ilegal que no se actualizaban desde hace dos décadas, son claros ejemplos de la prioridad otorgada a la Cuestión Malvinas.

Estas leyes dotarán de una fortaleza sin precedentes en la historia nacional a la posición
argentina.

El Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos e Insulares correspondientes lo integra el propio presidente de la Nación, junto al canciller, el secretario y un amplio abanico de representantes de las principales fuerzas políticas, del ámbito académico y científico, del campo del derecho internacional, de los ex combatientes de Malvinas, y cuenta como miembro honorario al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

De ese ámbito están surgiendo los consensos básicos, representados pluralmente, para la consolidación de una verdadera y necesaria política de Estado.

En esa misma línea continuaremos con la recomposición de los históricos apoyos procurando obtener nuevos, que permitan fortalecer la posición nacional. Contamos, y agradecemos, el respaldo de la CELAC, el Mercosur, la OEA, el SICA, el Parlasur, el Parlatino, el Parlamento Centroamericano, la Cumbre de
Presidentes Iberoamericanos, del Grupo de los 77 más China, entre otros.

Esto ha sido puesto de manifiesto en la última sesión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (Comité de los 24) y en las recientes sesiones de la Cuarta Comisión de la Asamblea General, ámbito donde, como pocas veces en la historia, la concurrencia y el apoyo explícito de sus miembros y de otros Estados a la posición argentina y a la solución de la disputa ha sido abrumador.

Seguiremos trabajando para potenciarlos en el ámbito global. Así, continuaremos manifestado al secretario general de las Naciones Unidas nuestro firme apoyo a su misión de buenos oficios encomendada por la Asamblea General para lograr la reanudación de las negociaciones de soberanía respecto de la Cuestión Malvinas, lo que el Reino Unido se niega sistemáticamente.

El reconocimiento a quienes lucharon con honor y coraje por nuestra causa nacional será siempre motivo de atención y preocupación permanente para nuestra gestión.

Los ex combatientes y familiares de caídos, y las organizaciones que los agrupan, serán siempre actores protagónicos de la agenda de nuestra Secretaría y del Gobierno nacional. Por ello, junto al presidente de la Nación y al canciller hemos lanzado la Mesa de Trabajo Interministerial "Agenda Malvinas 40 años", la que tiene como objeto elaborar una estrategia conjunta de difusión y concientización con relación a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y rendir homenaje a nuestros héroes de Malvinas, de cara a los 40 años del conflicto del Atlántico Sur, que se cumplirán en 2022.

El lema "Malvinas nos une" será el concepto integrador de toda la "Agenda Malvinas 40 años" y tendrá como ejes centrales la reafirmación de soberanía argentina sobre los archipiélagos, el llamado a la reanudación del diálogo y las negociaciones con el Reino Unido por la soberanía, la ratificación del compromiso de la democracia argentina con los medios pacíficos de la resolución de controversias y el respeto al derecho internacional, y el homenaje
y reconocimiento a los caídos y a sus familias, y a los veteranos y veteranas de Malvinas.

Por otra parte, seguimos trabajando junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja para la identificación de los soldados caídos en Malvinas, un claro ejemplo de una política de Estado iniciada en el año 2012 por la ex presidenta Cristina Fernández y continuada en las siguientes gestiones que, con el
primer Plan de Proyecto Humanitario –primera iniciativa forense de este tipo bajo un mandato específico de dos Estados que sostuvieron en el pasado un conflicto armado-, permitió la identificación de 115 ex combatientes argentinos.

La segunda etapa del plan resultó en la identificación exitosa de los restos de seis ex combatientes argentinos caídos en las Malvinas que se encontraban en la tumba C.1.10 del Cementerio de Darwin. Así, el resultado del análisis genético determinó cuatro nuevas identidades.

Malvinas es un asunto que aglutina al pueblo argentino en su conjunto y toca las fibras más profundas de todos y todas. Conocer los sustentos históricos, jurídicos y políticos de nuestro legítimo reclamo, saber cuáles son los verdaderos intereses en juego en el Atlántico Sur y por quienes miles de compatriotas
valerosamente lucharon para que allí vuelva a flamear nuestra bandera, son condiciones fundamentales para toda política de Estado.

La República Argentina apela a los medios pacíficos de solución de controversias para dirimir sus disputas internacionales.

Tenemos el derecho y la voluntad inquebrantable a vivir en una región de paz. El Reino Unido mantiene en las islas una injustificada e inmensa presencia militar, realizando regularmente maniobras y ejercicios militares contrarios a las resoluciones de la Asamblea General, en especial aquellas que establecen  una Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur.

En ese sentido, continuaremos trabajado junto a Brasil, Uruguay y los demás Estados de la Región por preservarla de la militarización y los intereses de las grandes potencias y mantenerla como zona de paz y cooperación.

La defensa y protección de los recursos naturales que corresponden a los 45 millones de argentinos es un elemento de primordial importancia. Haremos uso de todas las herramientas disponibles, las fortaleceremos y seguiremos llevando adelante las acciones legales que resulten necesarias para su defensa frente a la explotación ilegal por parte del Reino Unido en flagrante violación a la Resolución 31/49 de las Naciones Unidas.

Nuestro marco de referencia debe ser el de una Argentina marítima y bicontinental. A su vez, entendemos la necesidad de que el Atlántico Sur sea incorporado a un proyecto de desarrollo productivo para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales con un fuerte compromiso ambiental.

Habiendo ingresado en el cuarto decenio internacional para la eliminación del colonialismo, el Reino Unido debe cumplir con sus obligaciones internacionales y reanudar las negociaciones de soberanía. Debemos poner fin, de una vez y para siempre, al anacronismo del colonialismo en pleno Siglo XXI.

Los desafíos futuros son varios y variados. Pero también lo son las oportunidades. No dejaremos de apelar al diálogo, la negociación y a todas las herramientas que las relaciones internacionales nos ofrecen para cumplir con el objetivo permanente e irrenunciable que la Constitución Nacional pone en cabeza de todo el pueblo argentino: la recuperación del ejercicio de la soberanía.

Pero lo haremos con firmeza, confiando en la justeza de uestros derechos, con el apoyo internacional y de forma pacífica. 

Ese es el objetivo común por el que decimos que la causa nacional Malvinas nos une.

(*) - Guillermo Carmona es secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la Cancillería Argentina.