Ricardo Cirielli, titular de la Asociación Personal Técnico Aeronáutico (APTA), se encamina a cumplir 30 años al frente del sindicato que está atravesando uno de los períodos más difíciles desde su creación en el año 1963. Y, las causas de este momento están relacionadas con factores externos como de conducción interna.

La pandemia de coronavirus y las restricciones a la actividad aerocomercial han tenido el efecto de una bomba neutrónica en el sector. El rubro quedó paralizado. Aeropuertos como pueblos fantasmas, hangares con aviones deteriorándose por no volar, empresas de líneas aéreas que comenzaron a licenciar trabajadores, provocaron la incertidumbre entre los integrantes de uno de los sectores más dinámicos de la economía.

APTA es uno de los sindicatos más fuertes de la actividad aerocomercial y sin la representación de los mecánicos no se puede ejercer ningún tipo de actividad.

Sin embargo, en las últimas semanas el malestar ha comenzado a crecer entre los afiliados cuando se enteraron de los despidos injustificados de tres trabajadores de parte de la conducción de Aerolíneas Argentinas.

Martín Radaelli, uno de los mecánicos despedidos, en declaraciones públicas señaló: “Mi caso de despido es ilegal porque Aerolíneas Argentinas incumplió el decreto N°528/2020 que prohíbe los despidos o exige a las empresas que paguen una doble indemnización. Esto a raíz de la crisis económica por el coronavirus. Pero lo cierto es que la empresa que maneja el mismo Gobierno nacional que incumple los decretos del Presidente venía avanzando en la quita de derechos laborales a todos los trabajadores”

Otro de los mecánicos damnificados sostuvo que “la fusión de Austral y la flexibilización de los convenios son los grandes objetivos del directorio de la línea de bandera. En las dos empresas hay compañeros sancionados y delegados sindicales con juicio de desafuero. Buscan generar temor para que cedamos en las reivindicaciones logradas en nuestro convenio que incluyen horarios flexibles, horas a terceros, refuerzo  nocturno, entre otras conquistas”.

Consultados acerca de la defensa de los integrantes del gremio, Radaelli fue escéptico “hubo actitudes raras. Se filtraron falsos rumores sobre nuestros  despidos sin causa. Que fichábamos con dedos de goma o que estábamos en otra provincia. Todo parece indicar que el aparato sindical trabaja en conjunto con el empresarial para aislar a los trabajadores”.

Versiones más críticas de la conducción de Cirielli señalaron a NA que “están más preocupados por proteger los ingreso de un abrevalijas que en defender a trabajadores con más de 20 años de trayectoria y conducta laboral ejemplar”.

Se referían al caso que involucra como sospechoso a Fernando García, técnico aeronáutico, empleado de Aerolíneas Argentinas, que fue imputado, sin prisión preventiva, en agosto de 2018, por el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, por ser el presunto líder de una banda de abrevalijas que reunió a diez sospechosos más.

Fue una investigación cinematográfica que se extendió por 14 meses, donde la Justicia pudo desarticular la organización que se dedicaba a robar objetos valiosos de las maletas de los aviones que aterrizaban en el aeropuerto internacional de Ezeiza.

Además, se anotaron en el delito de contrabando, cuando se descubrió que otro empleado de la línea aérea de bandera viajaba, junto con cómplices que utilizaba como "mulas", a Miami para regresar con mercadería de contrabando, apoyándose en la colaboración de personal aduanero que permitía que el equipaje eludiera los controles de los escáneres en la terminal aérea.

Un plan similar al utilizado por la azafata Laura Schulz de American Airlines quien, en octubre de este año, cayó detenida por efectivos de la Policía Aeroportuaria (PSA) con dos kilos de oro y once mil dólares. "intentó sortear el control aduanero valiéndose de su experiencia y habitualidad en el cruce de fronteras", dejó sentado el juez que procesó a la comisaria de a bordo de 58 años que fue detenida en Ezeiza a punto de embarcar a Miami.

La ciudad más famoso del estado de Florida en EE.UU. era el destino principal, también, de Fernando García, que entre abril y junio de 2017 viajó ocho veces a Miami como parte de un plan delictivo, según la investigación del juez Villena.

La pesquisa judicial, que comenzó con una llamada anónima alertando del accionar de la banda de abrevalijas, finalizó con un saldo de diez sospechosos que fueron detenidos en 21 allanamientos en los que se incautaron cerca de cien mil dólares, 230 mil pesos, armas, perfumes, joyas, relojes y varios artículos de tecnología.

Entre los acusados hubo dos empleados de Aerolíneas Argentinas, un funcionario de la Aduana, siete trabajadores de la empresa Intercargo, compañía encargada de las rampas y el transporte de equipaje y pasajeros. Las valijas se habrían abierto en las bodegas  de los aviones.

Una vez realizado el robo, los delincuentes se valieron de una camioneta Renault Master ploteada con el logo de Aerolíneas y conducida por un chofer que  trasladaba el botín y se encargaba de ubicar los productos robados durante el proceso de reventa.

Uno de los acusados, Luis Vera, debió declarar, además, por el hallazgo de 16 kilos de cocaína encontrados en su domicilio de la localidad bonaerense de  Monte Grande. Alejandro Itzcovich, jefe de  la PSA hasta el 2020, afirmó que “en el mercado internacional, esa cantidad de droga vale cerca de un millón de dólares. No estaba en los planes hallar droga”.

Pero, lo insólito es que Fernando García continúa desempeñándose como vocal titular de la comisión directiva de APTA que lidera Ricardo Cirielli. Un hecho que le permite continuar cobrando una remuneración acorde con su representación sindical.

La comisión directiva que lidera Cirielli hasta el año 2023 no parece estar exenta de problemas. El 3 de marzo de 2020 debió suspender, de manera permanente, a Jorge Álvarez, secretario gremial del sindicato, cuando quedó detenido por una causa que investiga el intento de contrabando de 87,5 kilos de cocaína desde el aeropuerto internacional de Ezeiza.

Un gremio que está sumido en las preocupaciones por la deriva de la actividad aerocomercial en esta nueva normalidad post cuarentena de Covid-19  y que soporta trabajadores despedidos sin justa causa, con miembros de la comisión directiva sospechados en causas graves de contrabando, narcotráfico y asociación ilícita y con un malestar creciente entre sus afiliados ha comenzado a alentar las chances de una oposición a la hegemonía de Ricardo Cirielli que pone en duda que pueda volver a vencer en el próximo turno electoral para perpetuarse en el poder sindical.