Silvia Oliva es la madre de Camilia Juárez Oliva, una estudiante y activista social de 33 años que había ido a la Plaza del Congreso para protestar contra la ley Bases y quedó detenida desde entonces junto a otras 34 personas que reclaman la liberación.

En diálogo con Noticias Argentinas en el marco de la concentración en la sede de SERPAJ para repudiar las detenciones que consideran “ilegales”, la mujer admitió que se encuentra “un poco quebrada” y que su máximo anhelo en este momento es reencontrarse con su hija en libertad.

“Estamos teniendo un apoyo incondicional desde la hora cero, es fundamental. Estoy muy emocionada, hoy estoy un poco quebrada. Estuve ambientándome durante estas horas, pero ahora estoy un poco quebrada. Quiero ver a mi hija, quiero tenerla conmigo”, expresó compungida, aunque esperanzada por la cantidad de gente de distintas organizaciones políticas, sociales y de Derechos Humanos para unirse a la causa.

Camila es estudiante de último año de la carrera de Sociología de la UNSAM, y fue arrestada junto a tres compañeros de la Asamblea de San Martín a 20 cuadras del epicentro de la movilización del miércoles pasado. 

Fue trasladada a una comisaría, donde pasó la noche, y en la mañana de este viernes la transfirieron a Comodoro Py para continuar su detención.

La persecución fue en una cacería. Ellos iban arriba de la vereda pero los policías subieron con las motos y los agarraron. Uno de los chicos que estaba con ella pudo zafar porque se pudo esconder en el estacionamiento de la UADE y me contó cómo fue. Fue todo un desmadre”, lamentó Silvia Oliva.

Según relató a Noticias Argentinas, gracias a la intervención de la diputada nacional del Frente de Izquierda y abogada de Derechos Humanos Myriam Bregman, ella pudo ver cinco minutos a su hija en la cárcel.

“Estaba en el piso, esposada por delante. Cuando yo llegué, dos policías la ayudaron para que pudiera levantarse. Para mí fue una escena terrorífica. Me dijo que no le habían golpeado. No sé si me lo dijo para dejarme tranquila, pero a una compañera de ella sí la habían golpeado. Camila estaba fuerte, aunque angustiada porque tiene dos hijos”, reconoció. 

Orgullosa, Oliva reivindicó la participación de su hija en la manifestación. “Está nada más ni nada menos que luchando por los derechos de sus hijos. Los derechos de todos. Los derechos míos. Los derechos del hermano, que es trabajador de Aerolíneas Argentinas”, argumentó.