Los alegatos de Luciani provocaron el delirio de Cristina Fernández de Kirchner
Fueron realmente impecables y lo colocaron en el centro de la mira del kirchnerismo más duro.
Causa Vialidad: ¡Cuántas cosas para decir! En primer lugar, investiga a Cristina Fernández y se le imputan delitos graves como asociación ilícita y defraudación al Estado por mil millones de dólares. Nunca un presidente y menos una Vicepresidente en ejercicio había sido denunciado por asociación ilícita.
En cuanto a los alegatos del fiscal Diego Luciani, fueron realmente impecables y hasta equiparables con los alegatos de Strassera en el '85. Sin lugar a dudas, el fiscal, desde la contundencia de sus alegatos, se ha colocado en el centro de la mira del kirchnerismo más duro. Esto cobra una magnitud de tal punto que hasta el mismo presidente ya salió a decir que ojalá no siga la misma suerte de Nisman. Mi lectura es, más bien, un "ojalá no lo suiciden a Luciani".
En segundo lugar, a raíz de los alegatos, se produjo el delirio de Cristina Fernández, su ataque de ira. Esto corrió como reguero de pólvora entre sus seguidores, quienes, fanatizados, salieron a hacer cualquier tipo de estrategia. Obviamente, hay una obediencia debida, nadie puede salirse de la defensa de ella. A partir de aquí, se pone en riesgo la paz social. No quisiera imaginar cuando se conozcan las penas, que creo que las habrá.
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En simultáneo, comenzó la presión insoportable para el presidente Fernández para indultar a Cristina. Tiene esa facultad pero es menester que haya una condena firme, tal cual figura en el artículo 69, inciso 5, de la Constitución Nacional. El indulto es un perdón de la pena, es decir, en el prontuario sigue quedando, a diferencia de la amnistía. Antes de esto, hay inocencia. No obstante, la CSJN ha ido "zigzagueando" en este aspecto: en un principio consideraba lo mismo hasta el año 1993 donde avaló el indulto a un procesado en el caso Tiscornia. Entonces, hoy en día, no se sabría qué haría la Corte si Alberto Fernández indultara a Cristina y se planteara la inconstitucionalidad. El indulto no corresponde por el delito de defraudación pues pone en peligro la democracia y el orden constitucional cuando se produce enriquecimiento ilícito y doloso con los recursos públicos, es decir, son inindultables. En síntesis, la posibilidad del indulto existe pero se objetaría su validez constitucional.
Pronunciarse grotescamente sobre el accionar de Luciani, no solo con una amenaza sino con un cuestionamiento de las facultades mentales del fiscal, ya pone a Alberto Fernández en un mal desempeño porque es una injerencia gravísima sobre un Ministerio Público. Esta institución tiene la misma jerarquía constitucional que los demás órganos de Gobierno. Entonces, la independencia del Poder Judicial y del Ministerio Público ha sido puesta en la picota por un Presidente a través de su vocera y de un canal de televisión siendo inconsciente de la gravedad de lo que estaba haciendo. En tanto, considero pertinente que el procurador general, Eduardo Casal, haya salido a decir que esto significa una perturbación en la tarea del fiscal. Esto está estipulado por la misma ley, los fiscales tienen la inmunidad de no ser perturbados en su ejercicio.
Es muy grave todo lo que está pasando y todo lo que están haciendo el kirchnerismo y el presidente de la Nación con respecto a esta situación. Y, como si fuera poco, vemos a la misma vicepresidenta agitando una desarmonía social y un conflicto de las que no se sabe cuáles pueden ser sus derivaciones y consecuencias.
*Félix Lonigro es abogado constitucionalista y profesor de Derecho Constitucional en la UBA