La Cámara de Diputados desarrolló su cuarta jornada de debate con la participación de una frondosa primera tanda de cerca de 60 referentes de los distintos intereses sectoriales afectados por la ley ómnibus, mientras en la trastienda avanzaron las conversaciones políticas entre el oficialismo y las bancadas de la oposición más amigable.

En el plenario de las comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto expusieron sus puntos de vista una gran cantidad de voces autorizadas de distintos sectores como el secretario general de la CGT, Héctor Daer, el secretario general de la CTA Autónoma,  Hugo “Cachorro” Godoy, el director de la película de cine “Argentina 1985”, Santiago Mitre, y el investigador superior del Conicet Alberto Kornblihtt, entre otros.

“Parecía una feria persa”, describió a la perfección en off the record una alta fuente del bloque radical, sobre la mecánica que se utilizó de hasta siete minutos por intervención de cada uno de los oradores anotados, que se explayaron sobre los más disímiles asuntos.

Esta heterogeneidad temática tiene que ver con lo extremadamente ambicioso y abarcativo que es el proyecto de ley de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, que pese a tener 664 artículos, su tratamiento tramita en apenas tres comisiones. 

El Gobierno sigue obsesionado por cumplir con los plazos perentorios que se fijó: quiere sesionar el 25 de enero, e incluso el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem aventuró que la apertura del recinto podría adelantarse para este sábado 20, algo altamente improbable a esta altura.

Para ello debe vencer las resistencias de la oposición más dialoguista, que es la pecera donde deberá buscar los votos para completar las 129 voluntades de mínima que necesita para el quórum y luego la votación.

En este sector, que engloba al PRO (el que tiene mayor afinidad con el plan de Gobierno), la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal predomina un espíritu colaboracionista: se desviven por apoyar a la gobernabilidad y lo repiten hasta el cansancio, pero quieren salvaguardar una serie de principios que consideran que están en riesgo con este proyecto.

La UCR, por caso, supeditó la firma del dictamen del oficialismo a que se dejen de lado cinco puntos que para ellos son innegociables: facultades delegadas por cuatro años, suspensión de la fórmula de movilidad jubilatoria sin ningún mecanismo previsto de indexación automática, suba de retenciones a la soja y otros productos del complejo agroexportador, reforma electoral por uninominalidad de circunscripción, y la privatización de empresas públicas en paquete.

Son bastantes más los puntos con los que no hay acuerdo, como por ejemplo los cambios en el Código Civil y Comercial, la cuestión vinculada a los honorarios de los abogados y la educación a distancia a partir del segundo ciclo de la primaria. Sin embargo, estos temas podrían ser pasados por alto por el radicalismo en caso de que haya un compromiso explícito de La Libertad Avanza de “limpiar” el proyecto de esos cinco puntos críticos mencionados más arriba.

“Esas cuestiones pueden tratarse más adelante. Ahora están empantanando la discusión de lo urgente, que es lo económico. Estamos abiertos a tratar esos temas pero a partir de marzo”, señalaron las fuentes radicales consultadas.

Esta lógica responde a una estrategia semáforo que el radicalismo comparte con Hacemos Coalición Federal, mientras que en el PRO también hay reparos a una serie reparos, pero en este caso La Libertad Avanza prácticamente descuenta que habrá acompañamiento en general a la "ley de Bases".

El oficialismo afronta esta recta final del debate con inusual optimismo, teniendo en cuenta lo complejo de la tarea de reunir 129 voluntades sin haber movido casi un ápice del proyecto original, hasta el momento. Esa es la sensación térmica que quedó en el aire luego del encuentro que se desarrolló en el despacho de Menem con los principales líderes de los bloques de la oposición moderada.

A la oficina de la presidencia de Diputados fueron entrando y saliendo sucesivamente los líderes de los espacios de la oposición moderada, y también concurrió el secretario de Relaciones Parlamentarias del Gobierno, Omar de Marchi. 

Por parte del Poder Ejecutivo también estuvieron presentes técnicos que trabajaron en cada uno de los aspectos más sensibles para las fuerzas opositoras, mientras que algunos diputados que ingresaron para dialogar fueron Silvia Lospennato y Diego Santilli del PRO, Karina Banfi, Carla Carrizo y Mariel Coletta de la UCR y Juan Manuel López de Hacemos Coalición Federal.

“Venimos bien, creo que vamos a sacar esto adelante”, se confió uno de los asistentes a la reunión, con el que NA tuvo diálogo.

En Unión por la Patria predominaba una resignada coincidencia con esta mirada. “Posiblemente nos veamos el sábado en la sesión”, dijo mitad en broma y mitad en serio una diputada que prácticamente da por hecho la aquiescencia de la oposición moderada a la ley del oficialismo. 

“A esa oposición la veo muy volcada a darle gobernabilidad, como dicen ellos. Se mueren de ganas de votarles la ley. La trampa es que te dicen que están en contra de algunas cosas para después negociar y votarles todo lo demás, y no hacerse cargo de todas las cosas que sí les están votando”, conjeturó en diálogo con periodistas parlamentarios.

Las exposiciones en el plenario 

Mitre rechazó la ley ómnibus del presidente Javier Milei por considerarla perjudicial para la industria y sostuvo que no están pidiendo "plata", sino que se mantenga la posibilidad de autofinanciamiento".

El director de la película “Argentina 1985” consideró que la norma es un “gesto demagógico y destructivo” que hará del cine una industria “susceptible a convertirse en una herramienta más de los caprichos de la contingencia política”. 

“El cine no pide plata, pide que se mantenga la ley que le permite autofinanciarse”, subrayó Mitre, que fue aplaudido por los presentes en el plenario de la Cámara baja.

En tanto, Kornblihtt reclamó por el sostenimiento del desarrollo científico como política pública de Estado y pidió a los funcionarios del Gobierno que “reflexionen porque desfinanciar el sistema de ciencia y técnica es dejarlo morir”.

“Soy un hijo de la educación pública con financiamiento público y estamos preocupados porque (Javier) Milei dijo que cerraría el Conicet”, alertó. 

Del mismo modo, planteó que “la ciencia no es cara, es cara la ignorancia”, y amplió: “Nuestro reclamo no es corporativo, pero como ciudadanos no podemos mirar para el costado y dejar que destruyan el Estado porque este es un intento de gobernar por decreto”.

Por su parte, Daer ratificó el paro con movilización del próximo 24 de enero y sostuvo que el proyecto de ley ómnibus “no ataca privilegios” sino “derechos individuales y colectivos”.

“No ataca privilegios, ataca derechos individuales, derechos colectivos, limita la acción sindical en el momento de mayor desigualdad de nuestro país y, por supuesto, debilita a los sindicatos, ataca las economías regionales y el Gobierno se autoriza a sí mismo a regalar una empresa como Aerolíneas Argentinas", lanzó el líder sindical al participar de la cuarta jornada de debate del plenario de comisiones.

También cuestionó el planteo en la ley ómnibus de restringir el derecho a huelga: “Se plantea la imposibilidad de la acción sindical. Lo que necesitamos es tener organizaciones que permitan ir recuperando el poder adquisitivo del salario y esa posibilidad, con sindicatos débiles, desaparece. Y sin sindicatos, no hay derechos laborales ni individuales que puedan sostenerse”.

A su turno, Godoy criticó el proyecto de ley ómnibus y el mega DNU, al sostener que ambos tienen el más grave de los delitos infames que es la suma del poder público", lo que a su entender expresa "una traición a la patria".