La elocuencia y afabilidad típica de los habitantes del Caribe están presentes en Leopoldo López Gil, dirigente político venezolano, empresario y actualmente euro diputado, que a sus 77 años se ha hecho conocido por ser el padre del dirigente político exiliado en España, Leopoldo Eduardo López.  

López Gil llegó a Buenos Aires para coordinar la bancada de legisladores europeos que responden al Partido Popular Europeo (PPE), uno de los ocho grupos o bancadas que conforman el pleno del Parlamento Europeo con sede en Bruselas, y que sesionaron hasta el jueves 14, con sus pares latinoamericanos.

Un encuentro dominado por los temas del presente, Ucrania y Covid-19, pero atravesado por las enormes asimetrías económicas y sociales que existen entre la Unión Europea  y Latinoamérica.

Las deliberaciones del 14° encuentro del Eurolat que se desarrollaron en el Centro Cultural Kirchner (CCK) se sucedían sin mayores controversias hasta que hizo su aparición la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, que logró encrespar los ánimos de los legisladores de centro derecha quienes no podían creer los mensajes domésticos que pronunciaba en un foro internacional ni tampoco las críticas al Consejo de Seguridad de la ONU por igualar a Rusia con otros miembros que “también violaron el derecho internacional” y a la OTAN por “poner una base en Malvinas”. 

La escuchaban muchos legisladores de origen español, francés, italiano, sueco, polaco, entre otras naciones, que suelen dormir tranquilos y tranquilas porque los gendarmes europeos pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Visiblemente molesto con el discurso de Cristina Fernández y por “la hinchada que trajo a este foro” para apoyarla, Leopoldo López Gil dialogó con NA, al tiempo que coordinaba un documento que terminaría por señalar el “bochornoso espectáculo” que a su criterio ofreció la vicepresidenta.

Tanto entre políticos europeos como latinoamericanos se analizó mucho el costo de vida al alza de nuestras sociedades acicateada por conflictos internacionales y la crisis del Covid-19. La inflación no es  novedad en Argentina y Venezuela pero ¿si lo es en Europa?

López Gil: “Es cierto que en nuestros países no es novedad. De hecho cientos de miles de venezolanos se han ido de nuestro país por cuestiones de este tipo. Lamentablemente, las cifras oficiales nos dicen que hay cerca de medio millón de venezolanos viviendo en la Argentina corridos de Venezuela  por el desastre económico. Y, al vivir en Argentina se encuentran con un panorama similar. Los argentinos también están sufriendo por la inflación que no es un tema relacionado con la guerra de Rusia-Ucrania, como se ha querido disfrazar, sino por una política monetaria populista de parte de muchos gobiernos latinoamericanos. Ahora bien, este fenómeno también se  observa en la Unión Europea porque se imprimió dinero de una forma bastante descontrolada para asistir a la gente durante las cuarentenas decretadas por la pandemia y ese dinero no fue respaldado por la producción de bienes y servicios. Por lo que existe una masa de dinero mayor para adquirir una misma cantidad de bienes y eso produce inflación”.

¿Cómo observa este complicado momento de la geopolítica? ¿Existe una avanzada de las autocracias del Este sobre los valores de libertad, de democracia, y de competencia de mercados defendidos por Occidente?

López Gil: “A pesar de lo que dijo la señora vicepresidenta Cristina Kirchner al abrir la Asamblea en el sentido que el único sistema racional para explotar la economía era el capitalismo me gustaría decir que este particular momento muestra que los regímenes autocráticos se han fortalecido porque han impuesto reglas sociales de comportamiento estrictas por la pandemia de coronavirus y han avanzado sobre el gran factor que nos distingue en nuestro estilo de vida y que se basa en las libertades individuales”.

Acaso la vicepresidenta en su defensa del capitalismo esté pensando en una economía de mercado dirigida desde el Estado al estilo ruso.

López Gil: “Ciertamente, ella tiene un doble discurso por un lado aplaude la efectividad del sector privado pero al mismo tiempo exige un sometimiento a la planificación oficial lo cual está absolutamente reñido con la libertad de empresa. Desde hace muchísimos años, desde los tiempos de Adam Smith y David Ricardo,  que se sabe que el mercado es más influyente que cualquier determinación oficial para generar  bienes y mercancías y la posibilidad de adquirirlos”.

En América Latina hay un extranjero invitado que, en las actuales circunstancias, nadie parece haberle abierto las puertas. La presencia de la Rusia de Putin en la región ¿pone en cuestión a las democracias locales?

López Gil: “Es una relación muy preocupante. Le comento del caso venezolano. Comenzó con el fallecido teniente coronel Hugo Chávez cuando compró armamento ruso para sustituirlo por el estadounidense que, tradicionalmente, era el que se adquiría. Se trajeron helicópteros, aviones, tanques, misiles de corto alcance con capacidad para apuntar a países limítrofes, e incluso se montó una fábrica de los famosos fusiles automáticos de asalto Kaláshnikov que, aún hoy, trabajan a plena producción, generando grandes inquietudes entre los países vecinos porque el mercado incluía proveer a las fuerzas subversivas de las guerrillas colombianas y de ahí a las narco guerrillas hay un paso. Además, se producen municiones para poder ser usados con ese armamento. Hoy la influencia de Rusia en Venezuela es muy profunda porque además del sector militar están presentes en la industria petrolera  con asistencia financiera incluida. Además los personajes del régimen de Maduro se han volcado hacia las autocracias de  Irán, Rusia  y Turquía y existe un  entramado de banca y movimientos financieros entre esos países que vinieron a desplazar el sistema financiero anterior basado en la libertad”.

Finalmente, ¿Cómo se encuentra su hijo? Exiliado en Madrid, perseguido por el chavismo…

López Gil: “Leopoldo está muy activo aunque impedido de llevar a cabo su ideal de ser un líder para Venezuela, con Venezuela, y, por cierto, el exilio es muy duro particularmente cuando no puedes llevar a cabo tus ideales y compromisos. Yo creo que la utilidad de sus actividades hoy están muy limitadas porque no puede estar en su país, con su gente y llevando a cabo una sustitución del régimen autocrático por una verdadera democracia  donde todos puedan participar y elegir libremente la nueva conducción de Venezuela”.