El proyecto de ley ómnibus de Javier Milei incluye una controvertida reforma que modifica la cuota de representación electoral de cada una de las provincias en la Cámara de Diputados, dejando distritos ganadores y perdedores. 

En primer lugar, se reduciría la cantidad de bancas totales de 257 a 254, pero el aspecto más polémico tiene que ver con la uninominalidad de circunscripción electoral, que haría que un distrito de baja densidad poblacional como Tierra del Fuego recibiera apenas una sola banca, y otras cuatro provincias apenas dos escaños.

En concreto, se propone sustituir el sistema D’Hondt de representación proporcional por uno de circunscripciones uninominales, por el cual un candidato puede ganar por un solo voto. Los partidos presentarían un único postulante por circunscripción.

El principal cuestionamiento abreva en el hecho de que la determinación de los límites de cada circunscripción quedaría en manos del Poder Ejecutivo, que podría apelar a la discrecionalidad para beneficiar a su signo político. 

La ley 22.847, firmada en julio de 1983 por el general Reinaldo Bignone, garantiza un mínimo de cinco bancas por provincia. Los detractores de la reforma que propone Milei advierten que atentaría contra la representación de los partidos minoritarios.

En una lectura preliminar, se observa que 16 de los 24 distritos provinciales (incluyendo a la Ciudad de Buenos Aires) verían reducidas sus cupos de participación en la Cámara baja. 

La gran ganadora sería la provincia de Buenos Aires, que producto del crecimiento demográfico de las últimas décadas vería engrosada su cuota de representación pasando de 70 a 97 bancas, una ganancia neta de 27 lugares adicionales.

En el lote de “los ganadores”, aparecen además de Buenos Aires otras cinco provincias, aunque con un diferencial positivo mucho menos marcado:  Córdoba (de 18 a 21, +3); Mendoza (10 a 11, +1) Salta (de 7 a 8, +1); Santa Fe (de 19 a 20 +1); y Tucumán (de 9 a 10, +1).

En el otro extremo, la más perjudicada de este barajar y dar de nuevo sería la Ciudad de Buenos Aires, que resignaría ocho de los 25 escaños, totalizando 17 lugares. Y también Tierra del Fuego que pasaría de 5 a una sola banca, con un neto de -4, perdiendo el 80% de su representación electoral)

Las otras 14 “perdedoras” en la nueva distribución de bancas que impulsa Milei son Catamarca, La Pampa y La Rioja (que pasarían de 5 a 2 bancas, perdiendo tres lugares), Formosa, Chubut y San Luis (de 5 a 3 bancas, -2), Jujuy y San Juan (6 a 5, -1), Neuquén y Río Negro (de 5 a 4, -1), Chaco y Santiago del Estero (de 7 a 6, -1), y Entre Ríos (de 9 a 8, -1).

Corrientes y Misiones saldrían empardadas al mantener las mismas siete bancas que en la actualidad.

Las cuentas de La Libertad Avanza

A los 40 votos propios, La Libertad Avanza computa también la mayoría de los 40 del PRO y sus satélites. En cambio, la UCR y Hacemos Cambio Federal (la nueva alianza que se formó a la fuerza entre Cambio Federal, la Coalición Cívica y Hacemos por Nuestro País) tiene dudas de acompañar una reforma que podría perjudicarlos, por lo que harán números finos antes de definir y lo someterán a la deliberación grupal.

En cambio, Unión por la Patria y el Frente de Izquierda-Unidad rechazan la iniciativa e intentarán bloquearla.

Para aprobar la iniciativa, el oficialismo precisará de mayoría agravadas en ambas cámaras, es decir, 129 votos positivos independientemente de con cuántos diputados esté conformado el quórum al momento de la votación.