La Unión del Centro Democrático (UCeDe), esta de vuelta. Diferentes motivos lo llevaron a casi su extinción. No se ha debatido aún, internamente, la posición partidaria durante el menemismo, ya que hay diferentes opiniones.

En lo personal, creo que la influencia del ingeniero Álvaro Carlos Alsogaray, fue determinante en los cambios de políticas públicas que transformaron el país en la década de los ´90.

Nadie, ni los mas acérrimos detractores pueden negar los profundos cambios: la telefonía, la energía, todos los servicios públicos, internet ingresó por aquellos años, se renovó el parque automotor, etcétera.

Pero a partir de la segunda presidencia, el gasto publico no se redujo, el tipo de cambio se mantuvo atado y empezaban a conocerse los primeros casos de corrupción.

La integración de varios dirigentes al Poder Ejecutivo impidió tomar decisiones que hicieran tomar distancia y efectuar las críticas que permitieran enderezar el rumbo.

El peronismo menemista tenia suficiente poder político, no era determinante el apoyo ciego de la UCeDe.

El fracaso del peronismo menemista, arrastró a la UCeDe y sumada a la crisis política general de 2001 ("que se vayan todos"), la UCeDe, sin una conducción clara, comenzó a decaer.

En 2014, junto al hijo del ingeniero Alsogaray, Alvaro Luis, empezamos por recuperar la personería en CABA, puntapié inicial para la recuperación total partidaria.

Me tocó la responsabilidad de buscar nuevos dirigentes Liberales a lo largo de todo el país y los encontré: personas libres de "contaminación" política, sin las viejas mañas que requería este desafío.

La UCeDe, partido Liberal por antonomasia, se yergue nuevamente como el límite al autoritarismo populista; al estado sobredimensionado e ineficiente; a la corrupción estatal, la peor de todas, porque lo que roba el funcionario es el esfuerzo de quienes trabajan y producen; a las reelecciones indefinidas que transforman a gobernadores e intendentes en pequeños señores feudales, atentando contra los fundamentos básicos de la democracia republicana.

Necesitamos seguridad jurídica para que quienes quieran invertir y arriesgar su capital para producir y generar empleo legitimo no se vean afectados por erráticas políticas que pongan en riesgo ese capital de trabajo y por ende las fuentes laborales.

También se debe achicar el Estado, porque está sobredimensionado y es ineficiente, generando un gasto impagable que se carga sobre los hombros de los privados, a través de una carga impositiva que ahoga cualquier crecimiento. Pasamos mas de la mitad del año pagando impuestos.

Se requiere una reforma laboral. Necesitamos dinamizar el empleo, transformar los planes sociales en un seguro de desempleo hasta que paulatinamente todos se incorporen al campo laboral.

Definitivamente el Estado deberá abandonar su perfil "empresario", porque es ineficiente y genera corrupción. Un ejemplo es Aerolíneas Argentinas, que pierde 2 millones de dolares diarios que pagan los que usan la aerolínea y los que nunca en la vida subirán a un avión, no es justo. Cada caso deberá ser estudiado cuidadosamente y privatizado, que el riesgo lo corran los privados.

La Seguridad, la Salud, Justicia, Educación y Defensa, deberán ser las prioridades del nuevo estado, hoy, nada funciona o esta distorsionado. Siento que deberemos refundar la Nación, porque es mucho el daño causado por el populismo.

Ninguno de los cambios profundos que requiere la restauración de la República serán posibles sin las unidad en primer lugar, de todos los partidos y agrupaciones liberales, tarea difícil, pero no imposible, ya que lo hicimos en 1989 con la Alianza de Centro y fuimos tercera fuerza política.

Son mas las cosas que nos unen que las que nos separan, solo debemos entender la enorme responsabilidad que tenemos, que las personas que sufren décadas de populismo nos miran y esperan que aportemos a la recuperación del país.

Este es el gran desafío de los Liberales. La UCeDe esta a disposición, ¿lo estarán todos?

(*) - Andrés Passamonti es el presidente de la UCeDe.