Primero fue la reunión del  Norte Grande, en Chaco, el 14 de diciembre del año pasado donde Jorge “Coki” Capitanich fue el anfitrión de propios, léase gobernadores peronistas, y de mandatarios de Juntos por el Cambio, como  Gerardo Morales de Jujuy y Gustavo Valdés de Corrientes.

Segundo, y con la experiencia de la buena recepción de parte del gobierno nacional de los reclamos  del NOA y el NEA, los gobernadores patagónicos decidieron crear su propio bloque, que es armado por Omar Gutiérrez de Neuquén a pesar que la reunión inaugural se realizó en la  ciudad de Viedma, Río Negro, a instancias de la gobernadora Arabela Carreras.

El fenómeno de la regionalización tiene su fundamento constitucional. En la segunda parte de la Carta Magna, en el Título segundo, “gobierno de las provincias”, el artículo 124, afirma “Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o el crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional. La Ciudad de Buenos Aires tendrá el régimen que se establezca a tal efecto.
Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.

Pero, si bien los fundamentos son constitucionales, las razones que llevaron a “Coki” Capitanich y Omar Gutiérrez a generar estos encuentros mensuales ha sido la coyuntura política del propio Frente de Todos en el poder nacional.

Los mandatarios  del norte del país quieren ganarse un  lugar  en la mesa chica del frente oficialista y convertirse, de esa manera, en una especie de contrapeso de la provincia de Buenos Aires donde La Cámpora consigue ser beneficiada por el reparto de recursos en un año electoral. Los recursos financieros son, entonces, el eje de la discusión y, en el entorno del gobernador chaqueño Jorge Capitanich, sostienen: “Alberto llegó a la presidencia por la buena elección en la provincia de Buenos Aires  pero también por los votos de las  provincias del norte argentino. Sin nosotros la ecuación no cerraba”.

La necesidad de favorecer a la región del NOA y el NEA con dinero, proyectos, obras nacionales, se sustenta además en la importante representación parlamentaria que poseen estas provincias.  Si bien entienden que el Presidente Alberto Fernández en sus discursos y sus  visitas a las provincias, resalta y denuncia, una y  otra vez, el retraso y las asimetrías económicas con las provincias centrales y la Ciudad de Buenos Aires, los mandatarios provinciales no ignoran la interna en el seno del  poder y miran con desconfianza los movimientos en el Instituto Patria de Cristina Kirchner.

Públicamente no hablan ni bien ni mal de ella pero muchos tienen memoria de como en los gobiernos kirchneristas las obras se pactaban con las intendencias “puenteando” las gobernaciones que no podían acceder a ningún reconocimiento por los planes desarrollados en sus territorios. Durante la presidencia de Mauricio Macri, había una comunicación más fluida entre algunos gobernadores con el ex ministro de interior de  Cambiemos, Rogelio Frigerio, que con los funcionarios de planificación y de presidencia en las épocas de Cristina Kirchner.

“Cuando nos convocaban a la presentación mediática de las cadenas nacionales para hacer algún anuncio ya estaba todo cerrado en Buenos Aires”, recuerda un funcionario de un gobernador con muchos años de servicio al frente del ejecutivo provincial.

Ese mal, el de la perennidad en el cargo, de algunos políticos que acceden a las gobernaciones no ha sido  puesto en entredicho por Alberto Fernández. Por el contrario, el caso emblemático del  gobernador Gildo Insfrán en el poder desde 1995, reconocido como gran gestor por el propio Presidente, representa un  laissez faire, un dejar hacer, en  esa cuestión poco republicana, que en estos días ha sido puesto en  tela de juicio por los abusos a los derechos humanos de la administración formoseña.

Capitanich ya logró que la “liga del Norte” se reuniera tres veces desde el 15 de diciembre pasado. Pudo reunir a 10 gobernadores, Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Juan Manzur (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta) y los cambiemitas de origen radical  Gustavo Valdés (Corrientes) y Gerardo Morales (Jujuy).”

¿Que ofrece este conglomerado regional? “Representamos el 30% del territorio de la Argentina; tenemos  el 21% de la población total y una buena representación en el Congreso nacional”, explicó Capitanich. Todos los referentes del NOA y el NEA apoyaron la creación del  impuesto a la riqueza; el Presupuesto nacional e, inclusive Gerardo  Morales, nada dijo acerca de la quita de coparticipación a la Ciudad Autónoma  de Buenos Aires realizada, de la noche para la mañana, en favor de la provincia de Buenos Aires.

A cambio, la región pide,  más subsidios al transporte y a la energía, desde luego que la electricidad es la principal preocupación de estos estados provinciales. Gustavo Valdés de Corrientes explicaba que en el AMBA, que representa a la Ciudad de Buenos Aires más los partidos  del Conurbano bonaerense, existe un “kilowatt criollo”, jugando con la expresión de la industria petrolera, “barril criollo”.

En el documento “Tenemos un Norte: el Norte grande”, reclamaron a Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, por proyectos congelados  desde el 2015 y que, a más de un año de haber asumido el nuevo gobierno nacional, no  se activaron a pesar de la necesidad de trabajo de la población y de la devaluación de la moneda nacional que hace que el costo de la mano de obra de construcción tienda a la baja.

En ese documento firmado por los 10 gobernadores norteños hay  una advertencia hacia  la coalición gobernante “no toleraremos perder más beneficios”.

LA CUMBRE DE VIEDMA

En el sur de la Argentina tomaron nota de las tres reuniones en el norte, de las visitas del Presidente y de la buena recepción de su administración, a los  reclamos redactados  en los documentos que se elaboraron.

Por ello, Omar Gutiérrez de Neuquén, comenzó  a juntar voluntades y sumó al pampeano Sergio Ziliotto; al chubutense Mariano Arcioni; al fueguino Gustavo Melella y al  vicegobernador de Santa Cruz, Eugenio Quiroga; en la capital de Río Negro gobernada por  Arabela Carreras.

Estas seis provincias comparten el valor de “la marca Patagonia, que  es  internacional, y buscaremos avanzar en acuerdos  que proyecten y consoliden a la región con el Mercosur y el mundo. Para ello, tenemos que trabajar con el gobierno nacional  en una agenda de inversiones para la región”, sostuvieron asesores de Carreras.

De hecho la gobernadora tuvo un diálogo muy fluido con el primer mandatario cuando hubo graves incidentes con supuestos mapuches que tomaron tierras del estado. El diálogo regional continuó en manos del ministro de interior Eduardo “Wado” De Pedro, que intenta conciliar los reclamos regionales con el monitoreo de las respuestas positivas de los legisladores nacionales que representan a esas provincias del sur argentino en el Congreso.

Mientras que Omar Gutiérrez en Neuquén monitorea todo el proceso de inversiones del  yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta; en Tierra del Fuego, Gustavo Melella, trabaja por preservar la zona franca aduanera creada en 1972 para poblar la zona austral de nuestro país. Se trata de una política de estado para los fueguinos que la defienden como una necesidad vital para su desarrollo.

Con la misma intensidad la están pidiendo en Misiones. Una zona aduanera especial en Posadas  que el  gobernador Oscar Ahuad pensó que la iba a tener este año pero los avatares presupuestarios de Martín Guzmán desvirtuaron esa posibilidad y el Presidente vetó el proyecto. El malestar misionero llegó hasta Wado de Pedro y continúa siendo un reclamo a solucionar de parte  del ejecutivo nacional.  

Por ese motivo, el intendente de Posadas, Leonardo Stelatto, al abrir el período legislativo el 1 de marzo, explicó: “creo que primero tenemos  que seguir luchando por la zona franca de la ciudad de Posadas y otros lugares de la provincia”. En el Chaco, Jorge Capitanich tomó nota, y también incluirá el reclamo misionero además de pedir por aduanas especiales para su provincia.

En la reunión de Viedma también existieron reclamos por logística y conectividad. En Chubut y en Santa Cruz preocupan las indefiniciones por la política ferroviaria y el pedido sin éxito de realizar el tren patagónico que cuenta con el apoyo del sector privado ante el avance de la productividad de Vaca Muerta. También, Mariano Arcioni y Eugenio Quiroga, bregaron por volver a implementar el reembolso por  puertos patagónicos y pidieron por la necesidad de un incremento de las patrullas para evitar la depredación pirata de la riqueza ictícola del mar argentino.

Estas extensísimas listas de preocupaciones del norte del país y del sur de la Argentina que, desde luego  deja  fuera a las provincias centrales de Córdoba; Santa Fe; Entre Ríos; Mendoza; Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que tienen juego político propio por su población, territorio y producción, son analizadas en las oficinas del Ministerio de Interior de Wado de Pedro, cuyos despachos se han convertido en un nuevo lugar de peregrinación, físico o virtual, para mantener unida a la coalición oficialista y para coincidir en intereses con los gobernadores de  la oposición de Juntos por el Cambio que integran esas regiones.

Ahora bien, el reclamo que más se oyó de parte de los funcionarios  provinciales en el Patio de las Palmeras de Casa Rosada, mientras aguardan por ser atendidos, fue por la lentitud de la actuación de algunos ministros nacionales claves. Cristina Kirchner lo gráfico sucintamente “hay funcionarios y funcionarias que no funcionan”.