Vivimos tiempos de polarización y de posiciones extremas. Estamos sensibles, irritados, visiblemente afectados por la pandemia y angustiados por un futuro que el propio virus se encargó de calificar de incierto. Hasta seguramente enojados.

Tal vez por eso nos acostumbramos a protegernos en trincheras desde donde el zumbido de nuestro propio eco nos impide escuchar al otro. Nos limitamos a conversar con nuestros pares, con aquellos que compartimos opiniones y pareceres, y nos cansamos de gritarle al de enfrente, al que está del otro lado. Nos sentimos desafiados y, a la vez, nos comportamos desafiantes.

Es en estas circunstancias tan extraordinarias, tan singulares y sin precedentes, que vamos a ir a votar. Lo haremos en pocos días más en las elecciones de medio término que habitualmente, como si fuera poco el contexto emocional por el que atravesamos, suelen ser aprovechadas para respaldar o castigar al gobierno de turno. Como un guante que abofetea o acaricia a quienes circunstancialmente ocupan lugares de poder.

Sin embargo, y aunque parezca una obviedad, debemos recordar que vamos a votar legisladores. Y que nuestro voto se puede transformar en una posible ley. Una ley que ayude, nada menos, que a consolidar la necesaria recuperación económica que necesita nuestro país. Un país que empieza a salir de una pandemia que tiene en jaque al mundo desde el año pasado y cuyas consecuencias no dejaremos de lamentar.

En el caso de quienes nos postulamos por el Frente de Todos para ocupar una banca en la Cámara de Diputados de la Nación representando a la provincia de Buenos Aires, tenemos bien en claro que lo hacemos para cuidar, proteger y defender los intereses de los y las bonaerenses. Y como avellanedense, aspiro también a llevar la voz del conurbano al Congreso. Porque es el lugar donde vivo y camino. Donde no hay un día de mi vida que deje de sentir las necesidades más urgentes. Por eso tengo bien en claro mis objetivos, mis propósitos, mis causas.

Así como desde el minuto cero de esta gestión intentamos generar las herramientas necesarias para ayudar a cada argentino y argentina a recuperar su normalidad, a defender sus intereses en momentos en que la pandemia nos abrumaba, lo mismo vamos a seguir haciendo desde el Congreso de la Nación. Porque así como nos ocupamos de llevar la vacuna a cada rincón del país o trabajamos para sancionar leyes que aliviaran el bolsillo de la clase media trabajadora, sabemos que tenemos que seguir avanzando.

Ley de ganancias

Ahí está la Ley de Ganancias o de Monotributo como aval de un compromiso real, concreto, con millones de beneficiarios. Para eso sirven las leyes y en ese camino vamos a seguir trabajando para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras de nuestra provincia.

Como diputada, mi compromiso será impulsar leyes concretas que impacten positivamente en la vida de los argentinos y argentinas. Pero especialmente en la vida de quienes habitan el enorme conglomerado urbano que rodea a la ciudad de Buenos Aires y que está atravesado por innumerables problemas. Porque queremos seguir mejorando la movilidad urbana y la infraestructura. Queremos segur extendiendo la red agua y de cloacas, reducir la contaminación y, por supuesto, bajar los índices de pobreza.

Por eso ya estamos avanzando, junto a universidades nacionales, en propuestas concretas para mejorar cuestiones fundamentales como el hábitat, el acceso a la vivienda o la extensión de los servicios esenciales. También para favorecer y recuperar a las PyMEs, que en definitiva son las que generan las mayores oportunidades laborales. El esfuerzo de todos es fundamental. El saber y la política. La empresa y el trabajo. Y la tranquilidad de contar con un equipo con experiencia. Porque tenemos claro que no son tiempos para improvisar.

Asumimos un fuerte compromiso para mejorar los servicios en todo el conurbano. Y eso ya está sucediendo gracias a un trabajo articulado entre Nación y Provincia. También para recuperar el tren y mejorar el transporte que es tan importante en nuestro gran Buenos Aires. Y, sobre todo, para recuperar el trabajo. Para eso, para ayudar en la recuperación económica del país, es que necesitamos mayoría en el Congreso.

Y es por eso también que resulta muy importante, más allá de la angustia, desesperanza y bronca a la que hacíamos referencia al inicio de la nota, entender que nuestro voto puede significar una ley que transforme la vida de quienes más lo necesitan. Una herramienta que mejore la calidad de vida de cada hogar, de cada familia de nuestra provincia.

Ahora, que con un esfuerzo enorme de todos y todas empezamos a salir de la pandemia, el voto es importante para empezar a proyectar, con humildad y los pies en la tierra, la vida que queremos.

*Mónica Litza es precandidata a diputada nacional por el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires.