En el radicalismo hay una sensación de que el partido se está revitalizando y que las elecciones internas en las provincias de Buenos Aires y Córdoba son una prueba de ello, ya que los dos sectores en pugna por la conducción local tienen un ojo puesto además en los órganos partidarios que más influyen en el rumbo de la UCR.

En los distintos niveles de la dirigencia partidaria hay consenso sobre la estrategia de salir a disputarle al PRO el liderazgo de Juntos por el Cambio, instalar a sus principales figuras y alumbrar a un candidato radical para las presidenciales, pero difieren en la táctica.

De un lado se ubican el senador y referente porteño Martín Lousteau, el histórico operador radical Enrique "Coti" Nosiglia y dirigentes de larga trayectoria como Federico Storani, y del otro están los jefes de bloque del Congreso, Mario Negri y Luis Naidenoff, junto a los gobernadores Gerardo Morales y Gustavo Valdés y referentes como Ernesto Sanz.

Todos ellos tienen un rol activo y una marcada presencia en las internas de Córdoba de este domingo y en las de Buenos Aires del 21 de marzo porque además de las autoridades provinciales, se elegirán a los delegados para el Comité Nacional que definirá en diciembre al próximo presidente del
partido, y para la Convención Nacional, donde se deciden las alianzas.

Alcanzar una mayoría en esos dos órganos partidarios que son el centro de la toma de decisiones a nivel nacional permite influir en la definición de los candidatos, de los acuerdos y hasta del reparto de lugares en las legislaturas.

La línea de Lousteau y Nosiglia respaldan a las listas de oposición que proponen al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, para presidir la UCR bonaerense, y al concejal y ex presidente de ARSAT Rodrigo De Loredo, para Córdoba.

Desafían así al sector de Negri, Morales, Sanz, Naidenoff y el ex vicegobernador bonaerense y actual titular del radicalismo provincial, Daniel Salvador, que buscan consolidar su posición en el partido, con el diputado Maximiliano Abad en Buenos Aires y Marcos Carasso, intendente de General Cabrera,
en Córdoba.

"Más que Lousteau, es el Coti el que se va a meter hasta en la interna de Calamuchita para ganar el control de la Convención", bromeó ante NA un operador del radicalismo bonaerense, en referencia al desafío del senador y Nosiglia a las autoridades del partido.

Fuentes del radicalismo de Córdoba hacen una lectura similar al evaluar que quieren "quedarse con la lapicera que inscribe a la UCR en la alianza" Juntos por el Cambio, con el supuesto objetivo de sentarse en 2023 sentarse a negociar con Horacio Rodríguez Larreta nuevas condiciones: apoyar su proyecto
presidencial a cambio de dejarle a Lousteau la candidatura a jefe de Gobierno porteño.

Tanto en el radicalismo porteño, desde donde Nosiglia y el diputado nacional Emiliano Yacobitti respaldan a Lousteau, como en el sector de "Protagonismo Radical" de Posse, rechazan las acusaciones e insisten en sus reproches a las autoridades de la UCR por haber vuelto "servil y sumiso" al partido centenario.
Las fuentes consultadas por NA afirmaron que la pelea por la conducción del partido en Buenos Aires y Córdoba apunta a sacar al radicalismo de la "comodidad" y recuperar la "vocación de gestionar", al tiempo que confían en que un eventual triunfo -sobre todo en Buenos Aires- fortalecerá al radicalismo dentro de Juntos por el Cambio.

Además, descalifican la versión del oficialismo partidario al remarcar que ellos también aspiran a tener un candidato presidencial de la UCR en 2023 y se entusiasman con la figura de Lousteau, a quien Posse postula públicamente para ese cargo, aunque el senador guarda silencio hasta el momento sobre sus aspiraciones electorales.
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Las internas
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La elección más importante para la puja partidaria nacional es la de Buenos Aires, no solo por ser la provincia de mayor peso para las legislativas de este año y las presidenciales de 2023, sino porque además es la que más delegados tiene en la Convención Nacional de la UCR.

En Córdoba, en tanto, la compulsa está más imbuida en viejas peleas locales: De Loredo es el yerno del ex ministro de Defensa Oscar Aguad y el heredero de su línea interna, que lideró durante años al radicalismo cordobés con Ramón Mestre y Negri en la vereda de enfrente.

Luego de una fuerte pelea entre ambos, Negri y el ex intendente de la capital cordobesa volvieron a unir fuerzas para impulsar a Carasso y confrontar, una vez más, con el radicalismo de Aguad.

Las fuentes consultadas afirmaron que la interna no será tan determinante para la definición de los candidatos al Congreso de este año, mientras haya primarias que les permita dirimir los lugares en las listas.

No obstante, tanto Carasso como De Loredo aspiran a ser diputados nacionales y, dado que las listas deben intercalar a un hombre y una mujer, solo habría lugar para uno de los dos, por lo que esa es una pelea subterránea de las internas cordobesas.