Un guiño inesperado del titular de la bancada UCR-Evolución en la Cámara de Diputados, Rodrigo de Loredo, quien representa a la línea interna partidaria que se referencia en el senador Martín Lousteau, encendió la esperanza en el radicalismo respecto a la ansiada reunificación de sus dos bloques.  

Sin embargo, en la UCR dudan que el objetivo de recomponer el bloque pueda ocurrir antes del 1 de marzo, cuando el presidente Alberto Fernández se pare ante la Asamblea Legislativa para dar su mensaje de apertura de sesiones ordinarias del Congreso.

"No la veo en marzo. Va para largo", confesaron a NA fuentes parlamentarias del radicalismo. 

En las últimas horas, De Loredo abrió una puerta a la unidad al sostener que las diferencias con el sector mayoritario de la UCR las han "conversado hasta el cansancio" y que en este momento están "en una senda de unidad". 

"Tuvimos internas, aparecieron figuras nuevas y se validaron algunas viejas con mucho prestigio. El 2022 tenemos que reconocer la nueva realidad y darle un marco", dijo en declaraciones radiales.

En tanto, De Loredo que se encargó se pasar página respecto de la crisis que fracturó al radicalismo durante el proceso electoral del año pasado, y más aún con la decisión de los doce legisladores del sector de Lousteau que en diciembre desertaron del bloque "oficial" de la UCR para conformar una nueva bancada al interior de Juntos por el Cambio.

"Nuestras disputas las pongo en 2021", afirmó, e insistió en el mismo concepto: "Todos estamos trabajando por la unidad en Juntos por el Cambio y, particularmente, en el radicalismo. El 2021 se permitió reorganizar, disputar varios liderazgos y aparecieron emergentes políticos para una sociedad que está desgastada de frustraciones permanentes".

Las declaraciones de De Loredo se enmarcan en la invitación que el titular del partido, Gerardo Morales, le hizo llegar a su sector (Evolución) -que fue aceptada- para participar del encuentro nacional de la UCR este viernes en la ciudad de Santa Fe, para discutir, entre otras cuestiones, la agenda parlamentaria del radicalismo en el 2022.

La discusión de una estrategia parlamentaria conjunta en un cónclave convocado por el Comité Nacional del partido centenario es el primer paso para que los 12 diputados de Evolución retornen al lugar de donde se fueron: si así sucediera el bloque UCR pasaría a tener 45 miembros en lugar de los 33 a los que quedó reducida la bancada presidida por Mario Negri.

La operación no será nada sencilla, ya que a cambio de regresar al bloque "oficial", De Loredo pretende que Evolución tenga influencia en las decisiones del bloque y en la agenda parlamentaria que defina.

Tras las PASO del año pasado, en las que Negri quedó debilitado al perder la interna cordobesa a manos de la dupla conformada por Luis Juez y De Loredo, el sector de Lousteau resistió fuertemente que aquel siga detentando la jefatura de la bancada. 

Consideraban que la nueva conducción debería reflejar la representatividad del voto, y también argumentaban que en el partido habían liderazgos obsoletos que bloqueaban el necesario recambio generacional. 

En el fondo, esas diferencias -que si bien ahora parecen mejor "administradas"- continúan vigentes, según ratificaron a Noticias Argentinas fuentes del bloque UCR-Evolución.

"El radicalismo está unido en el Comité Nacional y a nivel parlamentario un amplio sector sigue con el mismo planteo: no se trata de ningún reclamo de cargos ni de espacios de protagonismo, sino que los argumentos fueron y siguen siendo dos: renovación, y que con la pluralidad que tiene el partido, si hay dos roles importantes como el bloque y el interbloque no deberían ser ocupados por la misma persona", explicaron.

Si bien todo está dado para que Negri continúe al frente del bloque de la UCR, se habría despejado una de las trabas ya que el propio cordobés se autoexcluyó como jefe del interbloque, que pasaría a manos de Cristian Ritondo (PRO), quien ganaría la pulseada por pertenecer a la fuerza política mayoritaria dentro de Juntos por el Cambio.

Las discusiones en la interna radical no tienen solamente que ver con peleas de egos o de cartel, sino también con la estrategia electoral que debe seguir la UCR de cara al 2023.

En el sector de Lousteau, que controla el radicalismo porteño, son más propensos a acompañar una hipotética candidatura presidencial del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, mientras que el "establishment" de la UCR, que integran figuras como Morales, Alfredo Cornejo y Mario Negri, predomina la ambición por forjar un candidato propio del partido que compita en las PASO de Juntos por el Cambio y no ser nuevamente "furgón de cola" del PRO en el proceso electoral.