La tarde del viernes 28 de octubre será recordada por una gran cantidad de productores que trabajan la tierra desde hace 100 años en la provincia de La Pampa y por aquellos ciudadanos que no se dejan convencer por los argumentos hiper conservadores de grandes fundaciones, por lo general sustentadas por fortunas de empresarios del exterior, que promueven un activismo ecológico que no repara en expropiar y en terminar con el estilo de vida de las localidades donde encuentran territorio fértil para sembrar sus ideas.

Un activismo ecológico radical que suele tener usinas de pensamiento en nuestro país y que posee nexos con la política local a nivel nacional, provincial y municipal.

Sin embargo la protesta activa de los productores de la tierra, de aquellos que la labran y generan valor y trabajo, pudo más que los intereses en apariencia bien intencionados para preservar al caldén, un árbol del género de los algarrobos que posee una ramificación que se da a baja altura y es muy territorial. Suele luchar en altura con otros árboles por su espacio, por la luz. Es un árbol muy frondoso, imponente, que sufrió una primera deforestación durante las campañas militares del siglo XIX. Pero sobrevivieron muchos otros ejemplares, que suelen dar sombra al ganado, y que alcanzan una altura de 20 metros.

Pues habrá que buscar otras maneras de protegerlos sin poner en riesgo la actividad del ser humano que ha dejado su historia y su legado en esa llanura cuando nadie se atrevía a tornarla productiva.

En diálogo con NA, el productor y vice presidente de la Asociación Ganadera La Pampa, institución miembro de CARBAP, Gastón Alomar, confirmó que luego de varias horas de reuniones con los representantes del pueblo provincial se decidió, de manera unánime, archivar el polémico proyecto de creación de un parque nacional que hubiera terminado con la actividad económica agropecuaria y cambiado la fisonomía de una de las áreas más productivas de la Nación.

Alomar afirmó: "fuimos a informarnos acerca del proyecto de ley presentado por el gobierno de Sergio Ziliotto porque estábamos sorprendidos por la intención de transferir a favor del estado nacional la jurisdicción de 108.344 hectáreas del departamento de Loventué, lo que hubiera significado la inmediata decisión de expropiación de toda esa superficie productiva , que tiene dueños, que están afincados desde hace más de 80 años con empresas productivas que generan trabajo y valor para todo el país."

Si se hubiera aprobado el proyecto las expropiaciones hubieran corrido por cuenta de fundaciones del exterior. Como señaló NA previamente, en agosto de este año, el subsecretario de ambiente, Fabián Titarelli, principal impulsor de la iniciativa de la administración del gobernador Ziliotto, fue el anfitrión de representantes de la Administración de Parques Nacionales, y de las ONGs ambientales Fundación WYSS, WCS y Banco de Bosques.

La Fundación Wyss, es una ONG privada abocada a la conservación de la naturaleza. Según se encargan de difundir en su propia página web,  lanzó una campaña mundial de 1.500 millones de dólares, denominada “Campaña Wyss por la naturaleza”.

Su creador es el investigador médico egresado de la Harvard Business School, Hansjörg Wyss, nacido en Suiza y residente en Wilson, Wyoming, EEUU, que junto al fallecido conservacionista estadounidense, Douglas Tompkins compraron estancias en Chile y en la provincia de Santa Cruz con la intención de donarlas al Estado para crear otro Parque Nacional llamado “el parque de la paz”,  así se les dice a los parques binacionales que se proponen entre países con disputas fronterizas.

Por supuesto, ni al extinto Douglas Tompkins ni a Hansjörg Wyss les importa la actividad de los sectores ganaderos  de Santa Cruz y, seguramente, al suizo, poco le importa la situación económica y financiera de los productores de La Pampa que hubieran sufrido una pérdida de poder económico y una atomización de tierras que iría en detrimento de un política de desarrollo nacional.

Gastón Alomar explicó que "el tema de las expropiaciones es realmente insólito. Porque hubiera constituido un quiebre muy importante en el respeto de la propiedad privada y de la seguridad jurídica, sin que se vean claramente los beneficios para un bosque de Caldén que ya está protegido por dos leyes de Bosque, una a nivel nacional y otra, provincial".

Finalmente, la racionalidad se impuso y, esta vez, los ciudadanos lograron que sus representantes archiven una polémica propuesta ecologista.