La Justicia definirá ésta semana si el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, condenado a cinco años y ocho meses de prisión, va a la cárcel por la tragedia ferroviaria de Once, o si aplica una nueva doctrina marcada por una reciente reforma de una comisión legislativa y se aguarda que decida la Corte Suprema de Justicia.

Será un fallo que establezca cuándo un condenado empieza a cumplir la pena desde que una comisión legislativa, no el Congreso en su totalidad, fijó que debe quedar supeditado al pronunciamiento del Tribunal Superior.

La praxis judicial establecía que, cuando la Cámara Federal de Casación Penal rechazaba en una condena el recurso extraordinario del imputado para ir a la Corte, los jueces ya ordenaban la detención: pasó con aquellos condenados por el primer juicio de la tragedia ferroviaria de Once, con los de la tragedia de República Cromañón y tantos otros casos.

Así se aplicó a pesar de que al condenado le quedaba la posibilidad de ir en queja ante la Corte Suprema de Justicia porque dicho trámite no tiene efecto suspensivo sobre el cumplimiento de la pena.

Pero la actualidad pinta distinta. La Comisión Bicameral de seguimiento del Código Procesal, con mayoría oficialista, estableció que la ejecución de la condena debe ser cuando falle la Corte Suprema de Justicia.

A Julio de Vido ya se le rechazó el recurso extraordinario, le queda la posibilidad de la queja, y aún no falló la Corte Suprema de Justicia en lo concerniente a su condena por la tragedia de Once.

De modo que no se sabe si el Tribunal Oral Federal 4 actúa de acuerdo con la praxis judicial que hasta ahora imperaba o tiene en cuenta las modificaciones establecidas por esa comisión legislativa.

Los jueces Ricardo Basílico, Guillermo Costabel y Jorge Gorini resolverán ésta semana sobre la ejecución de la condena a De Vido: los familiares de víctimas pidieron que vaya a la cárcel ahora, y el fiscal Juan García Elorrio avaló que siga en libertad bajo algún tipo de control hasta que falle la Corte.

No todos los integrantes del Tribunal tienen una misma opinión sobre cuándo se debe ejecutar la condena. Será a partir de ese debate y del balance de las mayorías que quedará en claro el futuro de De Vido.

Mientras, la defensa ya hizo valer lo que definió esa Comisión Bicameral y reclamó que el ex ministro siga libre hasta que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia sobre su condena por administración fraudulenta respecto de los subsidios que debían mejorar el funcionamiento de los trenes.