La fuerza de la unidad, Movimiento Evita y Barrios de Pie
Ante la multiplicación de la pobreza, la generación del hambre y el crecimiento del desempleo, la respuesta tiene que partir de la política y de la unidad de los sectores populares.
Vivimos una etapa en Argentina que le demanda a todo el campo popular fortalecer los lazos de unidad. Con cierto optimismo y fortalecidos por el avance del operativo de vacunación, ya estamos viendo el ocaso de una pandemia que vino a agigantar las brechas económicas y dañar a los que menos tienen de una manera que encuentra pocos registros similares a lo largo de la historia de la humanidad.
La pandemia, además, continuó la pesadilla económica de nuestro país iniciada en diciembre de 2015 con las políticas neoliberales de Mauricio Macri. Ante la multiplicación de la pobreza, la generación del hambre y el crecimiento del desempleo, la respuesta tiene que partir de la política y de la unidad de los sectores populares.
Entendiendo eso como imprescindible, desde Barrios de Pie avanzamos en un proceso de integración con el Movimiento Evita. Nobleza obliga, este paso no fue fácil. Nos llevó mucho tiempo y debates para llegar a este estadio de unidad.
Una unidad que es una cachetada a los residuos neoliberales que muchos seguimos teniendo en nuestra cultura política. Esta cultura que a veces nos lleva a transitar en la construcción de espacios que nos quedan cómodos, porque es la referencia de tal
o cual compañero.
Es también una cachetada al individualismo a veces tan dominante en la sociedad de nuestros tiempos. La experiencia a lo largo de la pandemia nos demostró que, a pesar de haber diferentes procedencias, matices y miradas, el espíritu de solidaridad y sensibilidad hacia el pueblo es el mismo.
Esta unidad tiene como objetivo permitirnos potenciar una unidad aún más grande: la del Frente de Todos. El frente es sin lugar a dudas la herramienta central para decirle nunca más al neoliberalismo y fundar una Argentina con justicia social.
Es la herramienta que nos debe permitir expresar con mayor fortaleza las urgencias y desigualdades que vive nuestro país. Y para poder transformar todo eso tenemos que recordar una verdad irrefutable: siempre el esfuerzo de nuestro pueblo estuvo atado a la dignidad del trabajo.
Por eso es que tenemos que poner el eje en el trabajo y fortalecer un crecimiento de la periferia al centro, de abajo hacia arriba. Debemos construir el gran movimiento de trabajadores de la Argentina que nos posibilite aunar reivindicaciones comunes y un futuro en el que el trabajo sea el disparador fundamental para lograr un país más justo.
De esto se sale dándole protagonismo a los que fueron afectados por las consecuencias del liberalismo macrista y la pandemia. Dándole participación a todos quienes vieron disminuida su calidad de vida y a pesar de ello no han bajado los brazos y han
duplicado los esfuerzos por seguir a flote, a pesar de un contexto tan difícil.
Se sale construyendo un espacio que se configure como un canal donde los que no tienen voz y los que no tienen poder puedan expresarse, puedan conquistar sus derechos. Y ese espacio indudablemente es el Frente de Todos.
Por eso es tiempo de que la representación que se ha forjado en las calles y en los barrios populares durante los últimos años y que ha servido para resistir al duro invierno macrista y al embate de la pandemia, encuentre un mayor espacio de unidad política.
Porque, en definitiva, somos lo mismo: miles de militantes populares que sueñan con un país sin excluidos, con todos y todas adentro. Solo así, en unidad, podremos transformar la Argentina.
(Daniel Menéndez es coordinador nacional de Somos/ Barrios de Pie y subsecretario de Políticas de Integración y Formación de la Secretaría de la Economía Social, Ministerio de Desarrollo Social de la Nación).