Como dijo la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, acá la discusión que tenemos que dar es qué tipo de país vamos a construir después de la pandemia.

¿Queremos volver al pasado? ¿Al que nos llevó a una deuda impagable con el FMI? ¿Queremos volver a la desindustrialización, al vaciamiento educativo, a la degradación de la salud pública? Todos ejemplos que tenemos actualmente en la Ciudad de Buenos Aires.

Hay algo que es indiscutible, en las últimas elecciones presidenciales el pueblo argentino votó una nueva gestión. Con su voto nos pidieron que reactivemos la economía, que mejoremos los salarios, que reduzcamos la pobreza y que creemos y defendamos el trabajo de todas y todos.

En mis dos mandatos como legisladora porteña defendí siempre los intereses de vecinos y vecinas de la Ciudad y los sectores más sensibles y castigados por el oficialismo porteño. No está mal si tomamos al Gobierno nacional y a la Ciudad de Buenos Aires como dos modelos de país distintos, es más, lo que ocurre desde hace 14 años en la Ciudad, es lo que intentaron hacer a nivel nacional cuando Mauricio Macri fue presidente y fracasó, la gente le dio la espalda en 2019.

Desde la Legislatura porteña nosotros nos opusimos año tras año a los ajustes en materia educativa, y por el contrario exigíamos incrementar el financiamiento en el sector con diferentes propuestas, pero el ejecutivo porteño recortó el presupuesto sistemáticamente.

Tan así es que en 11 años lo bajó 10 puntos y este 2021 tenemos el presupuesto más bajo de toda la historia en la Ciudad en materia educativa, que representa apenas 17,1%. A contramano de lo que ocurre en el distrito porteño, nuestro Gobierno nacional aumentó la inversión en educación a $344.652 millones de pesos respecto de 2020, lo cual significa un incremento aproximado del 29% respecto.

Comparaciones

Algunas comparaciones no deberían ser odiosas, por el contrario, son necesarias para que el electorado se reconozca y se sienta identificado con un espacio político.

Otras de las situaciones de la cual nos ocupamos con nuestro equipo de trabajo es en defender la salud pública de la Ciudad. Y es necesario acá también resaltar las diferencias principales. Si queremos tener una atención sanitaria pública y de calidad en este distrito, hay que pensar en mejorar la calidad de vida de todo el personal de salud.

Miles de trabajadoras y trabajadores que no son reconocidos como profesionales del sector como es el caso de enfermeras y enfermeros. Esto es realmente incomprensible. Se debe a una Ley que votó el oficialismo porteño en 2018, la 6.035, que los excluye de esa categoría como profesionales, y que esa situación se ve reflejada en sus salarios ya que cobran mucho menos de lo que deberían estar ganando.

Mientras eso ocurre en la Ciudad, a nivel nacional nuestro Gobierno envía proyectos de Ley al Congreso para reconocer e incentivar la formación en el sector, como la ley de formación y desarrollo de la enfermería.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Educación, en marzo de este año, presentó la línea "Progresar Enfermería 2021", que incentiva a elegir la carrera de enfermería y ayuda económica a sus estudiantes abonando una cuota mensual de 5.000 a 9.700 pesos, según el año de cursada en el que se encuentren.

Podríamos estar comparando indefinidamente con ejemplos concretos la gestión de la oposición y la nuestra, pero en definitiva: en estas elecciones, los argentinos y argentinas, van a decidir votar a un sector político que cuando fue Gobierno ajustó, endeudó al país por 100 años, empobreció al pueblo y dejó sin trabajo a cientos de miles de familias; o a un Gobierno que pese a la pandemia y a la crisis que nos dejó el macrismo está sacando un país adelante.

(Lorena Pokoik es legisladora porteña y precandidata a diputada nacional por el Frente de Todos en la Ciudad de Buenos Aires).