La Corte... ¿está?
El abogado cuestionó gestiones del Gobierno nacional y criticó la inacción y demora del Máximo Tribunal en causas determinantes.
Como en abril de 2020, el país está sitiado por la pandemia y el gobierno propone soluciones medievales inaceptables tras 12 meses de errores y haber rechazado 14 millones de las mejores vacunas sin que sepamos la causa.
Los horrores económicos de Cristina Fernández de Kirchner nos aplastan, millones cayeron en la pobreza, cientos de miles perdieron su trabajo, decenas de miles de pymes cerraron ningún aspecto funciona.
En una demostración de poder oriental absoluto, la verdadera Jefa del Estado se mantiene oculta como cuando las tragedias criminales de Cromagnon, Once y La Plata.
Recibe solo a algunos, que su tropa considera bendecidos por el privilegio de escuchar sus órdenes en vivo. Luis XIV era mas humilde.
Alberto Fernández no quiere ni puede ser ni hacer nada de lo que habló y prometió en los últimos diez años. Siquiera cambiar un subsecretario.
Armó un equipo de gente que no puede mostrar un solo éxito laboral en sus vidas antes ni después de su asunción.
El PJK entregado a CFK, le blinda un 30% de aprobación hasta para los monumentales desmanejos de estos 17 meses y con esa exigua minoría dirige con mano de hierro un país que va a la deriva, y encima pone los motores a toda velocidad.
Este monumental desastre no es ajeno a la Constitución, sino al contrario.
La Constitución no se suspende por lluvia, ni por pandemias o epidemias, ni crisis, ni invasiones extranjeras y desde 1994, ni siquiera por golpes de estado.
Funcionaría todo mejor si el Poder Ejecutivo la respetara, el Legislativo no se dejase ningunear y el Poder Judicial no se asustase y distrajese.
Pero ese elemental e imprescindible funcionamiento de los balances y contrapesos del poder, tan bien diseñado en la Constitución, no funciona ni es reclamado por una enorme parte de la población y de los grupos de poder. Por ahora.
La impericia y negligencia oficial en conseguir vacunas impidió la inmunidad de rebaño, pero sus atropellos cotidianos provocaron inmunidad de institucionalidad: estamos al margen de la Constitución, diría Carlos Nino.
Pese a que el Congreso sesiona y ha dictado muchas leyes, el Ejecutivo gobierna a golpes de DNU inválidos.
No se respetan derechos y garantías, violados por el gobierno nacional y muchísimos gobiernos provinciales, con el reiterado argumento de las autocracias que asolaron a la humanidad: el miedo.
La Constitución tiene alternativas hasta para conmociones interiores o ataques exteriores: en vez de lluvia de DNU autocráticos, puede y debe discutirse en el Congreso una ley civilizada, como hicieron los países que hoy están superando el Covid.
El Poder Ejecutivo Nacional no respeta las autonomías provinciales, con la complicidad de gobernadores que necesitan del dinero federal, que gastan en lujos que serían criticables en tiempos normales y son escandalosos ahora. Hasta sustrajo ilegítimamente fondos de CABA, pese a los inmensos esfuerzos de su Jefe de Gobierno para no confrontar y colaborar con el gobierno federal.
El Estado kirchnerista ataca la educación primaria, jurisdicción exclusiva de las provincias (art. 5 de la CN) y viola derechos de la niñez, pese al art. 75 inc. 22.
Como corolario, la división de poderes es una utopía porque el Poder Legislativo no reacciona frente a su vaciamiento...
Frente a esta realidad antisistema… ¿la Corte está?
Su inacción y demora también violan la Constitución, porque la Corte no tiene la opción de actuar: debe hacerlo con energía, rapidez y sin miedo ni simulaciones salomónicas.
Ojalá que cuando dicte los varios fallos medulares que tiene demorados, no haga resucitar a la Corte de 1930.
(*) Alejandro Fargosi es abogado constitucionalista y ex integrante del Consejo de la Magistratura de la Nación.