Fernando “Chino” Navarro, referente del Movimiento Evita y secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario de la Jefatura de Gabinete, reprobó a los sucesivos gobiernos desde 1983 en adelante y responsabilizó a la clase política sobre la penetración del narcotráfico en lugares como Rosario y la villa 1-11-14 de CABA, donde una nena de 4 años murió al quedar en medio de un tiroteo de bandas.

Desde la recuperación de la democracia nunca pudimos hacer pie con una política de Estado en seguridad que trascendiera a los gobiernos, que estuviera más allá del color de quién gobernara, tampoco pudimos articular una política nacional con las jurisdicciones provinciales”, comentó y analizó que “cuando hay víctimas fatales lo que buscan sus familiares, vecinos, amigos y la audiencia son soluciones, no explicaciones”.

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En ese sentido, marcó que ante los fracasos que expuso de la dirigencia política en materia de seguridad “ha ido en ascenso que es el tema del narco en las últimas décadas”. También cuestionó a los funcionarios que “con buenas intenciones destacan que un patrullero llegó a los treinta segundos” y afirmó que “lo que falta es una política de prevención”. Es decir, según Navarro, “el patrullero tiene que llegar treinta segundos antes”.

Según el dirigente, para prevenir que los jóvenes de barrios precarios incurran en el delito y el narcomenudeo “hay que construir una Argentina previsible con trabajo, educación y el Estado como organizador” y sostuvo que no siempre la respuesta no siempre es “tanto patrullero, cámaras y armas”. Y agregó: “Cuando muere alguien, es culpa de todos los que estamos en la función pública, sobre todo, quienes somos oficialistas”.

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“Hay que entender que la seguridad no es una cuestión exclusivamente de Policía o Gendarmería, la seguridad también tiene que ver con la educación, tiene que ver con que en el barrio se viva con cierta dignidad. Si un en un lote de 8x23 hay familias viviendo hacinadas, con desocupación, pobreza, informalidad, la escuela funciona más o menos, no hay servicios básicos ni expectativa de vida, qué van a hacer (los jóvenes)”, analizó.

Pase a este escenario, Navarro puso matices sobre el negocio de la venta de drogas. “En la provincia de Buenos Aires no me animo a afirmar que hay una presencia del narco como en otros países, pero si seguimos como seguimos tardo o temprano eso va a ser así”, dijo y rescató que “aún hay iglesias, organizaciones sociales y vecinos que se organizan para apostar al trabajo y a la solidaridad para salir de esa situación”.