Obra Pública: los fiscales apelaron al Papa para describir la presunta corrupción de los gobiernos de Cristina Kirchner
Lo hicieron en una nueva jornada de alegatos en la que exponen sus argumentos que desembocarán el próximo lunes en el pedido de penas para todos los acusados, entre ellos la vicepresidenta y el empresario Lázaro Báez.
El fiscal Diego Luciani embistió hoy contra los imputados por la obra pública de la Provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015 y les recriminó que “han llegado al extremo del cinismo de sentirse víctimas de una persecución”.
Durante la penúltima jornada de las nueve previstas para la acusación, Luciani reiteró una decena de veces que “Lázaro Báez era Néstor Kirchner y Cristina Fernández”, y dedicó buena parte inicial de su exposición a denostar al empresario santacruceño.
Así, tras insistir con el dinero que cobró por contratos de obra pública que –según le reprocha- incumplió o abandonó, leyó una por una las estancias que Báez compró en Santa Cruz y otras propiedades en el resto del país.
Luciani identificó 293 propiedades y afirmó que “ahí está la plata de las obras que no se hicieron”.
Luciani destacó que Báez era “un monotributista en 2003 que en 12 años pasó a ser uno de los mayores terratenientes del país”, lo que justificó afirmando que adquirió más de 415 mil hectáreas en Santa Cruz, una superficie que equivale “a 20 veces la ciudad de Buenos Aires”.
Como contraposición, recordó que el grupo empresario, que recibió grandes sumas de dinero por los contratos de obra pública, terminó yendo a la quiebra por el reclamo de una deuda de tres millones de pesos de una empresa que repara máquinas viales.
“Una suma insignificante”, consideró Luciani.
El fiscal cerró la primera parte de su alegato de hoy citando, aunque nombrándolo sólo tangencialmente, al Papa Francisco, en una exposición del 23 de octubre de 2014, ante una organización internacional de derecho penal.
"La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes”, citó el fiscal.
Tras recordar que sobre aquellos conceptos del Papa escribieron el actual embajador argentino en Italia, el jurista Roberto Carlés, y el ex ministro de la Corte Raúl Zaffaroni, Luciani invocó: “El corrupto atraviesa la vida con los atajos del oportunismo, con el aire de quien dice: “No he sido yo”, llegando a interiorizar su máscara de hombre honesto”.
“El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien lo hace, trata de disminuir cualquier autoridad moral que pueda ponerlo en tela de juicio, no valora a los demás y ataca con el insulto a quién piensa de modo diverso. Si las relaciones de fuerza lo permiten, persigue a quien lo contradiga”, parafraseó el fiscal a Francisco.
El fiscal Sergio Mola inició su parte del alegato refutando a los imputados y afirmando que “el lawfare no existe”.
La vicepresidenta es al principal acusada del caso que suma 23 imputados, entre quienes también está el exministro de Planificación Federal Julio De Vido y el ex secretario de obras públicas José López.
Los dos fiscales quisieron ser apartados por las defensas, incluida la vicepresidenta. Luciani fue cuestionado por integrar un equipo de fútbol con uno de los miembros del Tribunal y jugar un partido en la Quinta Los Abrojos la cual pertenece al expresidente Mauricio Macri.
Según señaló el fiscal Luciani, la empresa Austral de Lázaro Báez fue a la quiebra por unos tres millones de pesos. La fiscalía intenta señalar el fracaso en que terminó la firma luego del gobierno de Cristina Kirchner.
Pues en jornadas anteriores señaló que desde el entorno de la Vicepresidenta se le reclamaba acomodar su situación y dejar de operar, ante el cambio de gobierno y con la llegada de Macri al poder.