Dos personajes centrales de la coyuntura política nacional sobresalieron sobre el resto de los actores en los últimos días y lograron incluso fortalecerse en otra semana caracterizada por rencillas partidarias y fuego amigo dentro del oficialismo, en especial en el caso de Martín Guzmán.

El ministro de Economía, asediado por el núcleo duro kirchnerista dentro de la coalición gobernante, resistió nuevos embates de referentes camporistas -el "Cuervo" Andrés Larroque, funcionario bonaerense además, cuestionó su continuidad en el cargo y dijo que "nadie lo votó"- y cerró un abril agitado codeándose con el establishment en distintas presentaciones.

Frente al llamado "círculo rojo", en un foro sobre energía organizado por la cámara empresaria IDEA y luego en el coqueto hotel Llao Llao en San Carlos de Bariloche, Guzmán defendió la creación del gravamen a la "renta inesperada" que promueve la Casa Rosada y rechazó la posibilidad de bajar impuestos para atraer inversiones al país.

A su vez, en otra charla a la que fue invitado por el diario Río Negro, el titular del Palacio de Hacienda sostuvo que está enfocado 100 por ciento en "cuestiones de gestión" y no le corresponde, por otra parte, "inmiscuirse en disputas de poder", en momentos en los que referentes cristinistas insisten en reclaman su salida del Gobierno.

Está previsto que el próximo miércoles Guzmán vuelva a exponer la hoja de ruta que impulsan desde Balcarce 50 tras el reciente acuerdo con el FMI en otro evento al que asistirán referentes de los considerados "sectores concentrados de la economía", que tanto critica el kirchnerismo, cuando se presente en la ciudad de Buenos Aires frente a CEOs del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICYP).

Esta semana, en tanto, Javier Milei también robusteció su figura, sobre todos después de -y gracias a- que Juntos por el Cambio (JxC) decidiera, de manera apresurada y dejándose alborotar por una coyuntura aún distante del escenario electoral concreto de 2023, cerrar la puerta a un eventual ingreso del economista y diputado de La Libertad Avanza a la coalición opositora.

De este modo, JxC subió definitivamente al ring a Milei como un contrincante de ese espacio, que pretende regresar al Gobierno el año que viene, pensando en los comicios que se avecinan. En las últimas horas, incluso, el legislador nacional insistió en que si logra alcanzar una segunda vuelta en 2023 será "el próximo presidente" de la Nación.

"Lilita" Carrió se suma a la lista

La decisión tomada por la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio con relación a Milei, convertido hoy en un fenómeno que trasciende largamente al personaje que supo construir meses atrás, generó un revuelo adicional en esa agrupación, en la que conviven numerosos dirigentes con aspiraciones de competir por la primera magistratura el año próximo.

Incluso cada vez se suman más a esa nómina: después de que la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal confirmara sus intenciones presidenciales, en estos días también la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, deslizó la posibilidad de anotarse en la contienda. "Si el año que viene la situación está confusa y es necesario seré candidata para dar el debate", aseguró "Lilita".

En medio de este festival de postulaciones, la titular de PRO, Patricia Bullrich, salió a cuestionar el portazo a Milei, mientras en su entorno sospechan de una maniobra orquestada por otros dos dirigentes con pretensiones de sentarse en el sillón de Rivadavia, el jefe del radicalismo y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta.

En JxC, existen quienes lisa y llanamente tildan de "torpeza" evitable tanto a la reunión de la Mesa Nacional como a su resolución de esta semana, a la luz de los resultados y del fortalecimiento de Milei, al considerar que la pompa pre-electoral en torno del economista se irá desinflando a medida que vaya quedando más expuesto en el contexto proselitista.

"Hoy la espuma de Milei no permite medir el escenario", dicen fuentes cercanas al sector moderado de PRO consultadas por NA. "Si las elecciones fueran dentro de tres meses sí sería un problema", agregan, aunque entienden que hoy por hoy el líder de La Libertad Avanza simplemente le "pone un techo" a la principal alianza opositora en mediciones sobre intención de voto.

De cualquier manera, la realidad muestra que Milei interpela actualmente a Juntos por el Cambio y obliga a sus dirigentes a expresarse de manera prematura sobre sus planes económicos en el caso de ser Gobierno. Es decir, los empuja a exponer ahora, un año antes de que comience en efecto la campaña electoral, qué medidas piensan llevar adelante, por ejemplo, para combatir los disparatados niveles de inflación en la Argentina.

Se conocen largamente los preceptos de Milei, pero en el caso de JxC, ¿coinciden en ese espacio con la idea de "volar por los aires el Banco Central"? ¿O los "halcones" de PRO coquetearon con el economista únicamente impulsados por motivaciones electorales? No obstante ello, ¿qué planean hacer con el cepo cambiario -que estableció el propio ex presidente Mauricio Macri-, con los planes sociales, con las tasas de interés negativas y/o con el comercio exterior y las retenciones a las exportaciones, por mencionar algunos temas candentes, en el caso de ganar los próximos comicios?

Un "shock de estabilización"

En definitiva, ¿qué programa económico buscará llevar adelante Juntos por el Cambio si logra retornar a la Casa Rosada? ¿Apelarán a recetas similares a aquellas que condenaron al fracaso del gobierno de Macri o recurrirán a una estrategia distinta? En este sentido, una pista entregó en las últimas horas Rodríguez Larreta, que planteó la necesidad de desarrollar en el país políticas de "shock", ésas que el líder del PRO no se animó a propulsar durante el comienzo de su gestión.

"El próximo Gobierno no va a tener 100 días sino 100 horas; cuatro días, no cuatro años para dar señales claras y contundentes que muestren cuál va a ser su impronta y el rumbo del país", dijo el jefe comunal porteño esta semana también en el hotel Llao Llao, donde se mostró partidario de lanzar un "shock de estabilización" para tratar de ordenar rápidamente las principales variables de la economía: precios, salarios y tipo de cambio. "Ningún país en el mundo crece con esta inflación", resaltó.

Una hoja de ruta similar pespuntea por estos días su ex número dos en el Gobierno de la Ciudad y actual diputado nacional, Diego Santilli, que se muestra decidido a competir por la Gobernación bonaerense en 2023 e impeler de inmediato, en caso de vencer al Frente de Todos (FdT) en ese distrito, un paquete de medidas con seis o siete ejes clave vinculados con la gestión: seguridad, empleo, impuestos, cambios en la matriz policial, infraestructura, plan de inversiones y un acuerdo fiscal con la Nación.

Asimismo, en JxC entienden que para impulsar "las transformaciones que son necesarias en la Argentina" es crucial
ganar el año próximo la provincia de Buenos Aires, donde la elección se resuelve por un voto y el actual mandatario, Axel Kicillof, seguramente buscará revalidar su mandato. Está por verse, en este sentido, si su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, se lanzará finalmente a desafiarlo en una interna.

También podría suceder que el candidato del FdT en ese distrito sea designado a dedo por Cristina Fernández de Kirchner, en busca de capitalizar al máximo el caudal electoral que la líder de ese espacio aún atesora en la principal provincia del país, terruño en el que intenta refugiarse hoy el kirchnerismo en procura de evitar que la marcada caída de la imagen del presidente de la Nación en todo el país esmerile su stock de voto cautivo allí.

El cristinismo, cada vez más molesto con la gestión del jefe de Estado Alberto Fernández, en el marco de una relación interna que parece haberse quebrado definitivamente a partir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), desarrolla por estos días una estrategia pre-electoral que parece clara: alambrar el terreno en el distrito bonaerense, especialmente en el populoso Conurbano, y construir desde ahí una alternativa para 2023, con Máximo Kirchner como su principal estandarte.

El hijo de la vicepresidenta también procura en la actualidad avanzar sobre el movimiento sindical, estrechando su vínculo con el líder camionero Pablo Moyano y en momentos en los que la Confederación General del Trabajo (CGT) comenzó a retacear su respaldo a la administración Fernández, justo en vísperas de una nueva celebración del 1° de mayo.