Grindetti, sobre la figura de Alberto Fernández: "Lo veo cada vez más desdibujado, más deshilachado por Cristina Kirchner"
En una entrevista con Noticias Argentinas, el intendente de Lanús subrayó que "en un país presidencialista como la Argentina, donde el devenir político hace que el Presidente vaya perdiendo cada vez más poder, un año es un siglo".
El intendente de Lanús de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, afirmó que observa "cada vez más desdibujado" al presidente Alberto Fernández, además de estar "más deshilachado" por la vicepresidenta Cristina Kirchner y "todos los dirigentes que tiene a su alrededor".
"A Presidente lo veo cada vez más desdibujado, lo veo más deshilachado por Cristina Kirchner y todos los dirigentes que tiene a su alrededor", apuntó Grindetti durante una entrevista con Noticias Argentinas.
Para el dirigente de la coalición opositora, "en un país presidencialista como la Argentina, donde el devenir político hace que el Presidente vaya perdiendo cada vez más poder, un año es un siglo".
"Alberto Fernández es lo que es y tiene que seguir siendo así. No hay otra alternativa, porque la democracia marca eso. Lo único que podemos hacer nosotros es pedir que el Presidente tome las riendas y se ejecuten cosas, con las cuales podemos o no estar de acuerdo, pero que hagan algo y no que estemos flotando en esta inacción", subrayó.
A continuación los principales pasajes de la entrevista con NA:
— Usted siempre fue muy crítico de la gestión del Gobierno nacional, ¿cree que hay algo que se pueda rescatar?
— La verdad es que me cuesta encontrar algo que pueda decir que se hizo bien. Tal vez el principio de la pandemia de coronavirus, que se manejó más o menos bien y después fue un desastre total. Hay dos conceptos que nosotros manejamos mucho en nuestro equipo de Lanús y que el Gobierno falló en los dos: la cercanía con la gente y la gestión. En el Gobierno nacional y también en el provincial todo es complicado, intrincando. No están pensando para nada en la gente. Si hubieran pensando un poquito en la gestión, algún tema hubiesen resuelto. La verdad es que no resolvieron ningún problema y generaron muchos.
— ¿Cuál es su evaluación del Gobierno bonaerense de Axel Kicillof?
— Hay dos etapas del gobierno de Axel. Por un lado, los dos primeros años donde habían armado un gobierno de poca respuesta, con una conducción política excesivamente teórica y con una organización burocrática muy intrincada. Cuando cambiaron el gabinete y apareció Martín Insaurralde (como jefe de ministros), Leonardo Nardini en Obras Públicas, Juan Pablo de Jesus como vicejefe de Gabinete, ahí la cosa cambió. La impronta que le pusieron al gobierno los ex intendentes permitían solucionar problemas porque nos entendíamos más fácil. La verdad es que a Axel lo veo excesivamente dogmático y más preocupado por criticar lo que recibió, que ya pasaron casi tres años. Sigue hablando del pasado, está más ocupado en eso que en hacer un balance real de lo que hizo para tratar de hacer algo por la gente.
— ¿Los fondos para obras en los municipio se manejaron sin distinción política?
— No, sobre todo en la última etapa cuando se empezaron a mandar muchos recursos a la provincia en forma discrecional, con fondos que van por fuera de la coparticipación nacional y que por lo tanto tampoco son coparticipables a nivel provincial. Eso no fue con una distribución a través de los coeficientes de
coparticipación provincial sino que fue absolutamente discrecional.
— Con los últimos cambios que se produjeron en al gabinete nacional, ¿En qué posición lo ubica al presidente Alberto Fernández dentro del nuevo esquema de poder?
— El Presidente está cada vez más desdibujado, lo veo más deshilachado por Cristina Kirchner y todos los dirigentes que tiene a su alrededor. En un país presidencialista como la Argentina, donde el devenir político hace que el Presidente vaya perdiendo cada vez más poder, un año es un siglo. Ahora, Alberto
Fernández es lo que es y tiene que seguir siendo así. No hay otra alternativa, porque la democracia marca eso. Lo único que podemos hacer nosotros es pedir que el Presidente tome las riendas y se ejecuten cosas, con las cuales podemos o no estar de acuerdo, pero que hagan algo y no que estemos flotando en esta inacción.
— Usted señaló que el Presidente no es el líder del Frente de Todos, ¿Quién lo es entonces?
— En un país presidencialista como la Argentina es un problema que el Presidente no sea el líder, porque el ciudadano común mira y se pregunta '¿cómo estamos en este lío y no vemos ningún plan y no tenemos un liderazgo firme?'. Sin estrategia y sin liderazgo, entonces vas a la deriva. Si vos no tenés una hoja de ruta y no tenés un capitán, el barco va para cualquier lado. Lo que necesitas saber es a dónde querés ir y alguien que realmente mantenga el timón firme, pero ahora no sabemos a dónde nos quieren llevar con esta política y mucho menos tenemos un capitán que nos dé la tranquilidad del rumbo que se toma. No es que hay un líder que ocupando el lugar del otro, sino que no hay liderazgo.
— ¿Crees que Cristina Kirchner va a ser candidata a presidenta en 2023?
— Creo que puede ser, pero no llego a comprender hacia dónde quieren ir la verdad. No sé cómo va a quedar conformada la oferta electoral el año que viene cuando tienen diferencias tan extremas. Cristina propone medidas que son todavía más exacerbantes de la inflación, entonces no sé cómo van a hacer para despegarse de lo que fue la gestión de este Gobierno del que es parte. Es muy difícil ser oposición dentro de tu mismo gobierno.
— ¿Qué rol ocupa Cristina Kirchner en la política argentina actual?
— Un rol central en lo que es una ideología de manejo estatal personalista que no permite el disenso, a través de un populismo que yo llamo populismo berreta porque pretenden distribuir lo que no existe. Evidentemente tiene un rol porque tiene un núcleo duro de seguidores que no se puede negar. Tengo la expectativa de que ganemos el año que viene porque creo que la gran mayoría se ha dado cuenta de que esta gente no nos lleva a ningún puerto seguro.