Forster cuestionó la Marcha de las Piedras: "No había duelo, sino odio y bronca"
El filósofo y asesor presidencial consideró que algunos manifestantes lo tomaron como "una estrategia de destrucción de la figura del presidente Alberto Fernández".
El filósofo y asesor presidencial Ricardo Forster cuestionó la "Marcha de las Piedras" que se realizó en homenaje a los fallecidos por coronavirus y afirmó que en la movilización "no había duelo, sino odio y bronca". "Veía algunas de las imágenes, al pasar, de la marcha de las piedras, y vi algunos carteles que me pareció que ahí no había duelo, sino odio y bronca, sobre todo en algunas personas, quizás en otras no", sostuvo el filósofo.
En declaraciones radiales, el referente de Carta Abierta alertó que observó "esa cosa de demonizar al kirchnerismo, que justo surja esto a partir de lo que es claramente una estrategia de destrucción de la figura del Presidente de la Nación" Alberto Fernández, tras el escándalo por la difusión de las fotos del festejo de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez.
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"Creo que un pueblo merece construirse de otra manera, que la democracia hay que pensarla y vivirla desde un lugar distinto, más allá de los conflictos que son connaturales a la vida democrática. Más allá de las diferencias, deberíamos aprender de este tiempo difícil a vivir de otra manera. Pero cada día me vuelvo más escéptico respecto a la posibilidad de generar eso", agregó.
Al referirse a la alianza opositora Juntos por el Cambio, Forster consideró que "ahora están más contaminados de sectores mucho más a la derecha". "Entonces construye su manera de caminar hacia las elecciones apropiándose de este tipo de situaciones, de errores, de espectacularización, el amarillismo y, algo que no es menor, la propagación que tienen este tipo de prácticas", señaló.
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Respecto al escándalo generado por las fotos del festejo en Olivos en julio de 2020, el filósofo reconoció que "esta reunión no debería haber ocurrido". "Hubo ingenuidad de Alberto Fernández, pero no debería serlo del presidente de la Nación y mucho menos de quienes deberían ocuparse de cuidar e impedir que sucedan cosas como ésta. Si alguien saca una foto, esa foto está condenada a circular. Y si esa foto incluye al Presidente y una situación como la que sucedió en julio del año pasado, se convierte en un arma de guerra. Entonces hay que tener infinito cuidado, pero no para hacer transgresiones y que no se entere nadie, sino en un sentido más profundo del término", finalizó.