Se estuvo hablando bastante en estos días sobre el proceso de restructuración por el que transita La Cámpora y las fricciones internas que esa metamorfosis, con recambio generacional incluido, desencadena en el seno de la agrupación ultra-kirchnerista en los albores de la campaña electoral 2023.

La organización que conduce Máximo Kirchner y que ahora tiene como secretaria general a la legisladora porteña Lucía Cámpora buscó, en ese contexto, ofrecer imágenes de unidad tanto en un acto en Lomas de Zamora en el que volvieron a coincidir el hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, como posteriormente a lo largo de las actividades realizadas este 24 de marzo.

Tras un reciente cortocircuito en público durante la primera entrega de los fascículos coleccionables del "operativo clamor" en Avellaneda, donde Máximo regañó en el escenario a Kicillof, ambos se mostraron juntos en el pago chico de Martín Insaurralde en la inauguración de un hospital. Allí también posó para las cámaras el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, otro lugarteniente de peso dentro de la "orga".

El ex presidente Néstor Kirchner, padre del líder camporista, solía proceder -salvando las distancias- de similar modo cuando sermoneaba en vivo y en directo a otros dirigentes peronistas hace un tiempo. Años más tarde, la propia Cristina, con su recordado discurso sobre los "funcionarios que no funcionan", fue por más y estableció incluso un punto de inflexión en las relaciones entre kirchneristas y albertistas dentro del Gobierno -que ella misma integra-.

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Hoy el vínculo entre ambas tribus que conviven en el Frente de Todos (FdT) está definitivamente roto y La Cámpora, aparte de insistir con su ácida embestida contra la figura del presidente Alberto Fernández, también transita por una etapa de discusiones internas sobre estrategias electorales y candidaturas. Fue justamente en ese marco que algunos analistas comentaron sobre sus "fotos de unidad", como si las discordias o eventuales armonías dentro de esa organización se trataran de un acontecimiento político relevante en medio de la actual coyuntura doméstica.

Además, que Cristina deje hoy jugar y deliberar a Máximo y compañía no significa que no termine siendo ella la que resuelva finalmente qué rol desempeñará cada uno en las próximas elecciones puertas adentro en el kirchnerismo: "La que decide es ella", sostuvo una fuente camporista en diálogo con NA, con respecto al "operativo clamor" y los ruegos de la militancia para que este año sea candidata (a presidenta o, más probablemente, a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires).

En este sentido, La Cámpora tiñó con un barniz partidario y electoralista el acto central de conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia este viernes 24 de marzo, con proclamas en favor de la "jefa" del FdT y en contra de su presunta "proscripción" política, tras haber sido condenada por la Justicia por actos de corrupción. También referentes del núcleo duro K utilizaron la ocasión, con una Plaza de Mayo colmada por militantes, para fustigar -una vez más- a Fernández, a quien pretenden forzar a que se baje de la competencia electoral de 2023.

Las travesuras del camporismo, incluso en una fecha tristemente célebre en la historia argentina, al recordarse el golpe de Estado de 1976 y el comienzo de la dictadura militar más criminal y sangrienta del país, encontraron -sin embargo- al jefe de Estado a miles de kilómetros de distancia. Fernández escapó del griterío político doméstico y partió de Buenos Aires en una misión oficial que, según está previsto, incluirá una tan ansiada reunión bilateral con su par estadounidense, Joe Biden.

"Nos molesta que se pasen de vivos"

El encuentro con el mandatario norteamericano en Washington -el miércoles que viene, 29 de marzo- se produciría después de la participación de Fernández en la Cumbre Iberoamericana organizada en República Dominicana. Asimismo, se espera que en Estados Unidos se acople el ministro de Economía, Sergio Massa, a la delegación argentina, para bajar definitivamente la espuma en torno del más reciente alboroto dentro de la coalición oficialista.

Lo que ocurrió fue que en la misma semana en la que Massa quedó en el centro de la polémica por un ruidoso canje de bonos en dólares en poder de organismos estatales, su esposa, Malena Galmarini, salió a repeler públicamente lo que consideró como "operaciones" en contra del jefe del Palacio de Hacienda originadas en la Casa Rosada. Sin mencionar nombres propios, la titular de AySA apuntó sus dardos hacia el entorno albertista, después de una serie de cuestionamientos públicos y "off the record" hacia el líder del Frente Renovador por la espiral inflacionaria y la intervención administrativa de Edesur.

"Sergio (Massa) está dejando mucho, está poniendo el cuerpo y nos molesta que se pasen de vivos. Entonces lo que hicimos fue salir a manifestar nuestro descontento", dijo a esta agencia una fuente del entorno de Galmarini. "Salimos a marcar la cancha: salimos del modo gestión, que es nuestro ADN, la gestión, y nos pusimos un ratito en modo político", agregó.

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"Nosotros nos subimos para que al Gobierno le vaya bien, pero quizá la gente de Alberto piensa que él podría crecer como candidato a presidente si a Sergio no le empieza a ir bien. Es una especulación electoral de un determinado sector, pero realmente no somos Dinamarca para estar perdiendo el tiempo en estas cosas", sostuvo la misma fuente, que confirmó que Galmarini está decidida a competir por la Intendencia de Tigre en las próximas elecciones: buscará desbancar a Julio Zamora.

Las tensiones entre massistas y albertistas, que de este modo sumaron en las últimas horas un nuevo frente de conflicto, en paralelo con las fricciones que mantienen con el kirchnerismo, se desencadenaron en momentos en los que sectores del núcleo duro K dejaron trascender que verían con buenos ojos una eventual candidatura a jefe de Estado de Massa, tras su decisión de montarse en el "toro loco" de la economía nacional en un intento por amansarla: claro está, siempre y cuando Cristina desista finalmente de competir por la Presidencia.

Puertas adentro en el kirchnerismo también se discute sobre la posibilidad de que Kicillof se postule para la Casa Rosada este año, tomando en cuenta que es poco probable que la situación económica mejore lo suficiente como para robustecer las aspiraciones electorales del FdT. En ese caso, Insaurralde, actual jefe de Gabinete bonaerense, podría ser candidato a gobernador en la principal provincia del país.

Allí se espera que el oficialismo concentre el grueso de sus energías en la campaña proselitista de 2023, en busca de mantener el poder en ese distrito visto hoy como un eventual refugio K para los próximos cuatro años -al menos- en el caso de perder la Nación. El escenario actual es de paridad entre el FdT y Juntos, cuyo postulante que mejor mide es Diego Santilli.

Burlando derrapa a escasos metros de la largada

De todas maneras, también en la Provincia, como ocurre en el ámbito nacional, oficialistas y opositores miran de reojo los movimientos del economista libertario Javier Milei, mientras otro "outsider" de la política como Fernando Burlando mordió la banquina no bien se lanzó a la contienda electoral y habrá que ver en dónde termina, si incrustado contra el guardarraíl o no: es decir, cuál será el costo que finalmente pague tras su grosero ¿desliz? en el spot que grabó en La Plata. En las imágenes, además de llamar la atención al vestir una musculosa y ojotas, al mediático abogado se lo ve abrazando nada más ni nada menos que a uno de los condenados por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas en 1997. Se trata de José Luis Auge, integrante de la banda de Los Horneros (responsable del secuestro y posterior crimen del reportero gráfico) e incluso ex cliente del mismo letrado, que lo defendió en el juicio cuya sentencia se conoció en febrero de 2000: un escándalo por donde se lo mire.

Independientemente de lo que ocurra con Burlando, que sorprendió en principio por sus elevados "niveles de conocimiento" en encuestas efectuadas en territorio bonaerense, en Juntos consideran que su postulación es "un invento del oficialismo" y, a su vez, "funcional al kirchnerismo". Así lo planteó una fuente consultada por NA, que también consideró que, observando el actual escenario de "palo a palo con Kicillof", esa agrupación debería esforzarse para llegar un "gran acuerdo" y así afrontar las PASO de agosto con apenas dos precandidatos a gobernador o incluso con solo uno, en el mejor de los casos: o sea, un único postulante que conviva en las listas de los distintos aspirantes de ese espacio a la Presidencia de la Nación.

La misma fuente sostuvo que el mes que viene será clave para comenzar a resolver la "disgregación" de postulaciones en territorio bonaerense. "Hoy lo que vemos es una elección palo a palo con Kicillof y entonces me parece que es clave que Juntos por el Cambio pueda ir con un solo candidato unificado, el más competitivo, producto de un gran acuerdo. Igual no creo que vaya a ser fácil", añadió. "De lo contrario, lo más probable es que Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia (Bullrich) vayan cada uno con su candidato", acotó.

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¿Y María Eugenia Vidal? "Yo no veo tres candidatos (presidenciales) del PRO", comentó la fuente consultada por esta agencia. "Todo se encamina a que haya un acuerdo del radicalismo con Horacio y con Patricia. Vidal está negociando y no le está dando la nafta para cerrar su candidatura presidencial; solamente manifiesta sus intenciones de competir, pero el único que la infla es (Mauricio) Macri", subrayó.

En Juntos por el Cambio también continúa bajo análisis la posibilidad de sumar al economista liberal y diputado nacional José Luis Espert a la PASO presidencial, por dentro de ese espacio, con el objetivo de restarle votos a Milei. Al respecto, la misma fuente admitió que miran "con atención" lo que ocurre en torno del líder de La Libertad Avanza, aunque aclaró: "Hoy los 20 puntos que tiene a nivel nacional y los 15/18 que tiene en la Provincia en su gran mayoría son votantes que acompañaron a Alberto Fernández y a Kicillof en 2019".

"No vemos que esté afectando el desempeño electoral de Juntos, que hoy se mantiene en sus niveles históricos de votos. Si la interna se vuelve muy sangrienta, se desordena y no hay una estrategia unificada, obviamente que Milei puede crecer y ahí sí podría afectar a Juntos. Pero yo creo que en el origen de su candidatura, al que más complica es al Frente de Todos, porque pasó de tener 52 puntos en 2019 (51,2% en realidad) a tener hoy 35/38 puntos, con lo cual esos votos se van en su gran mayoría a Milei o en su defecto, a la izquierda", completó la fuente consultada por esta agencia.