El presidente Alberto Fernández finalmente convocó a una mesa de diálogo de las fuerzas del Frente de Todos para avanzar en el armado electoral y despertó grandes expectativas al interior de la coalición. Lo hizo hoy, a través de sus redes sociales, mediante las que publicó su argumentación en un comunicado que lleva su firma como titular del Partido Justicialista (PJ).

Se trata de un reclamo que levantaron referentes del kirchnerismo y del Frente Renovador desde hace poco más de un año, y que durante estos últimos días encontró la aceptación del mandatario, aunque con la aclaración de que será solo para discutir estrategias electorales, y no medidas de gestión. 

El próximo domingo iniciará formalmente el cronograma electoral cuando se realicen las elecciones Primarias, Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO) en La Pampa, por lo que el anuncio tuvo lugar a una semana de los comicios. Son 15 las provincias que desdoblarán elecciones y adelantan a las Nacionales, por lo que la coordinación es central para el oficialismo. 

El mandatario profundiza sus intenciones de ir por la reelección y actúa en consecuencia, de hecho, tal y como señaló la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, en su última conferencia de prensa "es el Presidente que más recorrió el país" en alusión a sus constantes visitas al interior del país y de la provincia.

Desde su círculo íntimo aseguran que Fernández no solo "está dispuesto a ser candidato", sino que garantizan que "va a ir a las PASO” aunque admiten que sus deseos están sujetos al trabajo de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía.

La conformación de un espacio de diálogo genera expectativas y resquemores al interior del Frente de Todos. "Esta bien porque sino hubiese sido un quilombo", asegura un funcionario de Gobierno con fuerte respaldo social en referencia a la instancia de intercambio. En la misma línea, relata que "hace falta ordenar" la coalición, recientemente marcada por el fuego amigo contra el mandatario y los cuestionamientos internos del sector que respalda a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

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Las elecciones presidenciales son una parada importante para el oficialismo, que se ve atemorizado por el fantasma de Juntos por el Cambio. "Haré todo lo necesario para que el Peronismo siga gobernando", es la frase que repiten una y otra vez desde el Presidente hasta el último de los ministros, pero la puja por las candidaturas es ardua, y cada fuerza quiere tener un nombre que compita por eso la instancia de debate y armado es clave ante la diversidad del frente.

"Es mi intención que los referentes que confluimos con miradas diversas en el peronismo, junto a referentes del Frente Renovador y de otras fuerzas políticas que participan del espacio, establezcamos las reglas de competencia que sostengan la unidad que nos lleve a la victoria", argumentó Fernández en la oficialización del llamado, sin nombrar ni a su vice ni a Massa.

Hay quienes se muestran más escépticos con el llamado y desconfían de la practicidad del espacio. "Si es una mesa que sirve es para acordar cosas, sirve, sino es más de lo mismo", aseguró a NA un intendente de la tercera sección, con reparos sobre el intercambio. Según explicó, las discusiones en si mismas no conducen a nada más que al enfrentamiento interno. 

A su parte, el exintendente y actual diputado, Mariano Cascallares aseguró que las ámbitos de debate fueron siempre una constante en el peronismo, y destacó el intercambio en Merlo que tuvo lugar el pasado martes en la estancia La Colonial, junto al gobernador Axel Kicillof,  Máximo Kirchner, Massa y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro.

Con la oficialización de la mesa, el Frente de Todos buscará reordenar sus tropas y perfilarse para mantener en el poder de cara a las presidenciables ante una oposición que profundiza sus debates en torno al candidato, con el expresidente Mauricio Macri -hasta ahora- solo de ordenador.