En medio de las turbulencias que sacuden al oficialismo, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, buscarán reflotar el plan esbozado a comienzos del Gobierno de Alberto Fernández para institucionalizar al Frente de Todos, tanto en el ámbito bonaerense como en el nacional, con el objetivo de cohesionar a las distintas tribus y acomodar la interna de cara al 2023.

Así lo revelaron a NA altas fuentes oficialistas de la Cámara baja, que sostuvieron que la idea es generar un mecanismo formal de diálogo entre los distintos partidos que conforman el frente, con reuniones periódicas entre los líderes de cada uno de ellos, para coordinar la línea política ante los temas cruciales de la coyuntura y empezar a fijar las pautas para las primarias de las elecciones del año que viene.

En este último punto hay un principio de acuerdo entre los principales sectores del Frente de Todos para que las principales candidaturas se diriman en las PASO.

Si bien la definición de las candidaturas no va a estar exenta de naturales tensiones, como sucede en cada cierre de listas, la propuesta de generar mesas políticas institucionalizadas, a la manera de Juntos por el Cambio, apunta a asegurar que el frente oficialista no se rompa y ordenar la interna a través de reglas de juego claras y transparentes.

"La institucionalización del Frente de Todos, a través de la creación de una mesa nacional y otra provincial, apunta a profundizar el debate de cara a la sociedad. Máximo y Sergio también entienden que eso tiene que ver con el fortalecimiento de la unidad", subrayaron las fuentes consultadas.

Alberto Fernández había mencionado su intención de institucionalizar el Frente de Todos no bien asumió la presidencia, pero al poco tiempo sobrevino la pandemia y la vorágine de la agenda política cotidiana y el apremio por dar respuesta a las cuestiones más urgentes impuso otras prioridades y se llevó puesta aquella iniciativa, así como tantas otras que quedaron cajoneadas hasta nuevo aviso. 

La cercanía del proceso electoral y la preocupación por la crisis interna en el oficialismo restauraron la propuesta de formalizar una instancia de discusión con los representantes de los distintas fuerzas políticas.

En cierto modo, la idea es imitar a Juntos por el Cambio, que desde el 2020 logró organizar a sus diferentes expresiones en una Mesa Nacional de la que participan los líderes de los cuatro partidos políticos: el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano.

No obstante, el oficialismo prefiere referenciarse en la experiencia del Frente Amplio uruguayo, que desde su origen logró consolidar una forma de organización sólida interpartidaria. En esa mesa nacional del Frente de Todos estarían representados La Cámpora, el PJ, el "albertismo" y el Frente Renovador pero también de los partidos políticos que se recuestan en el ala izquierda de la coalición gubernamental. 

Existen versiones de que la vicepresidenta Cristina Kirchner y La Cámpora, desencantados con el rumbo y los resultados del Gobierno de Alberto Fernández, buscarían esta vez construir una candidatura presidencial propia para competir en las PASO.

Desde el entorno del jefe de Estado dejan trascender que el proyecto de Alberto Fernández es la reelección, en tanto que el Frente Renovador viene postergando un congreso partidario (que se realizaría una vez votado el acuerdo con el FMI en el Parlamento nacional) en el que se pondría en escena un "operativo clamor" para proclamar la candidatura presidencial de Sergio Massa. 

En tanto, fuentes cercanas a Axel Kicillof, confirmaron a NA que el gobernador bonaerense tiene intenciones de ir por un segundo mandato, aunque aceptan que la decisión no está en sus manos sino que depende de una decisión colectiva en la que pesará fuertemente la palabra de Cristina Kirchner y, en menor medida, de Alberto Fernández.

Las aspiraciones de Kicillof chocarían con el anhelo de un sector de La Cámpora, que imagina a Máximo Kirchner como el próximo gobernador: la asunción del primogénito de Néstor y Cristina Kirchner como titular del PJ bonaerense no es un movimiento que se haya hecho al azar sino que está enmarcado en una estrategia política para consolidar su liderazgo en el peronismo bonaerense y así apuntalar sus ambiciones electorales.