La relación entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel atraviesa un momento de distanciamiento desde que el mandatario le recortó influencia a su segundo al mando en áreas centrales de gobierno.

En una tensa reunión de gabinete, de desregulación económica llegaron a los medios antes que al Congreso, sin consensos previos.

Milei respondió con inflexibilidad diciendo que así se trabajará en su gestión, y obtuvo el apoyo de otros ministros. Villarruel prefiere no confrontar abiertamente, pero construye un liderazgo propio en el Senado. La información la publicó el periodista Nicolás Wiñazki y no fue desmentida.

Entretanto, aliados circunstanciales del oficialismo en el Parlamento vienen manifestando su descontento ante la falta de interlocutores válidos en la Rosada para negociar modificaciones a las iniciativas gubernamentales.

Mientras el gobierno se muestra cerrado a cambios, una reciente marcha atrás con el polémico DNU pesquero demuestra que, ante la presión política, Milei eventualmente puede ceder en algunos puntos.