En clave electoral: Fernández confrontó con la oposición y habló de minorías "ultra-recalcitrantes" antes de abogar por la "unidad"
Dos posturas contrapuestas mostró el jefe de Estado en la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, sin perder de vista las próximas elecciones ni descuidar a su lado de la "grieta".
Un extenso discurso de una hora y 47 minutos de duración pronunció hoy el presidente Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa en el Congreso, donde embistió contra la oposición y cuestionó a las minorías "ultra-recalcitrantes", según sus palabras, antes de abogar por la "unidad nacional".
En un tono prácticamente proselitista, Fernández cargó contra quienes "sistemáticamente bombardean" a su gestión "sin la menor objetividad" y atacan al Gobierno con "petardos cargados de falacias", de igual modo que criticó, una vez más, al macrismo por el incremento de la deuda externa.
En ese marco, el jefe de Estado, sentado junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner y al presidente de la Cámara de Diputados -donde se desarrolló el acto-, Sergio Massa, se cruzó con legisladores de la oposición cuando habló de "administración fraudulenta" y de la "mayor malversación de caudales" de la que se tenga memoria durante la gestión anterior.
Así, Fernández mantuvo -en el comienzo de su exposición- el perfil contestatario que viene mostrando en los últimos días, en medio del escándalo por las vacunaciones de privilegio que impactaron de lleno en su Gobierno: este lunes, el mandatario admitió "errores" en la campaña, pero también dijo que no se dejará "aturdir por críticas maliciosas que responden a intereses inconfesables".
El jefe de Estado sobrevoló la polvareda generada en torno de la polémica que le costó el cargo a Ginés González García como ministro de Salud y, en cambio, dedicó varios minutos a criticar nuevamente al Poder Judicial, con los integrantes de la Corte Suprema siguiendo el acto vía videoconferencia.
Con relación al gobierno que encabezó Mauricio Macri, también prometió impulsar "querellas criminales" con motivo de la "estrategia de endeudamiento brutal" que, según indicó, llevó adelante la gestión anterior, en otro tramo de un discurso en el que Fernández pareció enfocarse en su lado de la "grieta" con vistas a las próximas elecciones.
En una apertura de sesiones ordinarias excepcional -la número 139- con motivo de la pandemia de coronavirus, el presidente también destacó la necesidad de reactivar el andamiaje productivo doméstico y cargó una vez más contra los sectores "concentrados" de la economía que perjudican a la población.
Similarmente enérgico se mostró cuando habló del funcionamiento de la Justicia e insistió en la necesidad de avanzar con una reforma, "sin rencor" ni "voluntad de favorecer a nadie", antes de cuestionar a las "minorías ultra-recalcitrantes" y terminar su discurso abogando -sí, después de largos momentos de confrontación- por la "unidad nacional".
"Todos percibimos que minorías ultra-recalcitrantes agitan el odio como negocio personal y con mezquindades que no trepidan en emplear los más bajos medios de actuación", fue una de las tantas frases que blandió Fernández para defender su gestión en el Parlamento nacional, en los albores de un año electoral cruzado por la pandemia de Covid-19 y por una delicada situación económica en la Argentina.