El presidente Alberto Fernández no tiene agenda oficial hasta el lunes, pero se dedicará durante los días que restan de la Semana Santa a hacer un análisis de eventuales cambios en el Gabinete y en cómo superar la profunda crisis interna que atraviesa el Frente de Todos.

Fue una semana dura para el Gobierno, con el índice de inflación del 6,7 por ciento para el mes de marzo y el discurso de la vicepresidenta Cristina Kirchner en el Centro Cultural Kirchner (CCK) que, si bien no habló de la economía, dejó consideraciones sobre el poder real en la Argentina que parecieron alentar aún más la interna oficial.

Hacia lo que viene, el jefe de Estado tiene el desafío de buscar la manera de encontrar un punto de equilibrio. Si no se recompone el vínculo con el kirchnerismo, deberá hallar la forma de que esa tensión no lo afecte en el día a día.

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Falta un año y medio para las elecciones presidenciales, un tiempo que deberá aprovechar al máximo para encauzar la economía, restablecer las vías de comunicación internas y tratar de llegar con aire suficiente para tener chances de pelear en las primarias. Si se mira desde este abril, la posibilidad de recomponer la relación con Cristina Kirchner parece lejano. Lo seguirá siendo si cada uno se mantiene firme en su postura y no cede ni un ápice.

No obstante, es sobre Alberto Fernández en quien recae la principal responsabilidad de tomar la acción, ya sea para acercarse o para romper definitivamente. Es el Presidente el que tiene la lapicera y el que toma las decisiones finales. Así lo expresaron en reiteradas oportunidades ambos sectores y por eso le cabe la tarea central de definir para dónde va el Gobierno y el Frente de Todos.

Ese escenario está en su cabeza y sobre el futuro cercano estará pensando este fin de semana desde la tranquilidad de la Quinta de Olivos, mientras se acomoda a la nueva vida tras el nacimiento de su bebé Francisco.

Por la llegada de su segundo hijo, el primero de Fabiola Yañez, el Presiente estuvo desde el lunes a la madrugada en el sanatorio Otamendi hasta el jueves al mediodía, cuando los tres salieron juntos y posaron para presentar el pequeño al mundo.

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Ahora, ya instalado en la residencia presidencial, empezará a delinear el camino de las próximas semanas, mientras sostiene la confianza en el ministro de Economía, Martín Guzmán, el principal blanco de las críticas del sector más cercano a Cristina Kirchner.

Los cambios en el Gabinete como reclama el kirchnerismo podrían darse, pero no en las carteras que apuntan los más cercanos a la ex mandataria. Uno de los actores que comenzó a sonar fuerte en los últimos días para ocupar algún rol en el equipo presidencial es el ex ministro de Defensa Agustín Rossi.

El ex funcionario fue ganando espacio dentro de la mesa chica del albertismo, posicionándose como una de las personas que integran el selecto grupo de dirigentes a los que el Presidente consulta a diario. "Su opinión es muy tomada en cuenta. Alberto lo quiere en el Gobierno", subrayaron altas fuentes de la Casa Rosada a NA.

La primera actividad del mandatario tras el descanso de Semana Santa será el lunes a las 10:30 en Casa Rosada, cuando recibirá a su par de Ecuador, Guillermo Lasso, quien encabezará en el país una visita de estado de dos días.