El próximo domingo 22 de octubre se llevarán a cabo las elecciones en todo el país para elegir al próximo presidente de los argentinos. 

En Argentina, votar es obligatorio, por lo que aquellos que no lo hagan y no tengan justificación ante la Justicia Electoral deberán someterse a multas económicas y administrativas. Mientras que muchos indecisos se preguntan a quién puede favorecer el voto en blanco, en especial en un contexto en que la elección puede estar por demás reñida. 

Qué es el voto en blanco

La Cámara Nacional Electoral (CNE) define al voto en blanco como "una herramienta con la que cuentan los electores para manifestar su disconformidad con todos los candidatos y con las propuestas formuladas por los partidos políticos".

El organismo electoral detalla, además, las tres formas distintas de votar en blanco:

  • Que el sobre se encuentre vacío.
  • Que el sobre contenga un papel (de cualquier color), sin imágenes, textos ni objetos extraños.
  • Que el sobre contenga una boleta oficializada, pero que le falte el cuerpo correspondiente a una categoría. En ese caso, se considerará "voto en blanco" solo para dicha categoría. 

Qué diferencia hay entre voto en blanco y voto nulo

Según el Código Nacional Electoral, un voto se computa como blanco cuando el sobre estuviere vacío o con papel de cualquier color sin inscripciones ni imagen alguna. En cambio, el voto nulo, una forma de sufragio que podría confundirse con el voto en blanco, es aquel que se emite mediante boletas no oficializadas, contiene objetos extraños, y/o defectos formales suficientes como para anular la opción electoral. 

Elecciones 2023: a quién favorece el voto en blanco

Desde 1994, la Constitución nacional establece que los votos se deben contar sobre los que son afirmativos, es decir, los que eligen a una boleta de candidatos. En las elecciones generales, para calcular los porcentajes, solo se cuentan los afirmativos y se excluyen los votos en blanco.

Los artículos 97 y 98 de la Constitución Nacional establecen qué es lo que necesita una fórmula presidencial para resultar ganadora. El primero señala que “cuando la fórmula que resultase más votada en la primera vuelta, hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación”. El segundo indica que “cuando la fórmula que resultase más votada en la primera vuelta hubiere obtenido el cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos válidamente emitidos y, además, existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le sigue en número de votos, sus integrantes serán proclamados como Presidente y vicepresidente de la Nación”.

De esta manera, al excluir del conteo los votos en blanco en las elecciones generales, resulta más accesible para una agrupación que más votos saque llegar al 40% o 45% necesario para imponerse en primera vuelta, que si se contaran todos los válidos. Así, con la misma cantidad de votos, el porcentaje que obtiene una agrupación es mayor que en las PASO.