El plan del Gobierno para desactivar el paro general de la CGT
Según precisan desde Casa Rosada, las líneas de diálogo con los gremios fueron fluidas hasta la publicación del DNU que atenta contra la caja de la central.
Con la fecha del paro nacional prevista para el 24 de enero, distintas áreas claves del gobierno de Javier Milei apelan a aceitar el diálogo con dirigentes sindicales para evitar el endurecimiento de las calles.
La escalada de conflictividad aumenta y a pesar de que consideran que Milei aún cuenta con el 70% de apoyos -aunque evitan precisar de dónde surge el número- se muestran temerosos del paso del tiempo.
Desde el inicio, tal y como lo marcaron incluso los representantes de los distintos gremios que conforman la Confederación Central del Trabajo (CGT), el diálogo con el oficialismo era cordial y en buenos términos hasta la publicación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que atenta de manera directa contar el sistema sindical establecido.
Fuentes de Gobierno explicaron a NA que la administración libertaria se divide entre “los buenos y conciliadores”, encargados de construir acuerdos políticos y cosechar apoyos, en los que podría incluirse a los ministros Guillermo Francos (Interior), Sandra Pettovello (Capital Humano) y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y los “malos o más duros”, quienes marcan la línea de la administración, entre los que destacan el Presidente y otros funcionarios como Patricia Bullrich (Seguridad).
La intención del Gobierno vía el área que encabeza el secretario de Trabajo, Omar Yasín, es afinar el diálogo hoy establecido con algunos referentes aislados y hasta dejó trascender que el mandatario está dispuesto a recibirlos con intención de evitar la medida del 24 de enero que inició con una movilización a Tribunales.
La primera aproximación de Armando Cavalieri, secretario general del Sindicato de Comercio, con Pettovello y Yasín, despertó desconfianza y antipatía entre los triunviros y dirigentes sindicales ya en tensión con el Gobierno por el límite a los aportes extraordinarios de afiliados y no afiliados, mejor conocidas como “cuotas solidarias”, y la habilitación a las privadas a captar aportes de los trabajadores, sin pasar por la obra social establecidos en el DNU.
A pesar de la postergación de la reunión programada con referentes de la CGT por la publicación del DNU, colaboradores del mandatario buscan apelar al ala moderada de la central y no descartan reflotar la convocatoria para amenguar la tensión y centralizar los diálogos alternos ya abiertos, incluso con la presencia del Presidente.
Al respecto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en una entrevista al programa Si Pasa Pasa emitido por Radio Rivadavia reveló que el jefe de Estado “ha dicho que está dispuesto a hablar para explicar los cambios que se están llevando adelante y que no tiene ningún problema de sentarse a hablar con el sindicalismo así que esas palabras te sitúan en un lugar de búsqueda de diálogo”.