El Palacio San Martín, sede de la Cancillería, ya no podrá ser alquilado como un salón de eventos, tal como había establecido una resolución del macrismo.

Así lo dispuso el actual ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá, a través de la Resolución 16/2021, publicada este viernes en el Boletín Oficial.

Mediante esa norma el jefe de la diplomacia argentina revocó la Resolución 330/2019, que había firmado su antecesor, Jorge Faurie, el 1º de julio de 2019 y permitía alquilar el majestuoso edificio del barrio porteño de Retiro para eventos protocolares de impacto institucional e internacional, tanto por entidades públicas como privadas: producciones audiovisuales, reuniones, exposiciones, conferencias, actos culturales y capacitaciones estaban permitidos, no así actividades político-partidarios, ni casamientos, cumpleaños, comuniones.

Los valores del alquiler iban de los 12 mil pesos del Salón Seguí a los 185 mil del espacio que cuenta con la colección de arte permanente.

El objetivo de la norma firmada por Faurie era una alternativa para recaudar fondos para el mantenimiento del Palacio San Martín, ya que los costos incrementan en forma proporcional a la antigüedad del edificio.

Para dar de baja la resolución del macrismo, Solá advirtió sobre la "ilegitimidad" del texto y aseguró que se contraponía con lo establecido por el Decreto 1382/12, que creó la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y estableció las posibilidades y maneras de uso de los edificios públicos.

Asimismo, el canciller señaló que la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos indicó que "no resulta conveniente continuar con la aplicación del régimen" establecido por Faurie.

La intervención de la CNMLBH se debe a que el Palacio San Martín fue declarado Monumento Histórico Nacional por el Decreto 437/97.

El edificio, sede de la Cancillería, se encuentra ubicado en Arenales 761, frente a la Plaza San Martín: conocido originalmente como "Palacio Anchorena", fue construido entre 1905 y 1909, por el arquitecto Alejandro Christophersen, a pedido de Mercedes Castellanos de Anchorena.

Se trata de un majestuoso exponente de de L'Ecole des Beaux Arts y está inspirado en el proyecto "Hotel a París pour un riche Banquier", con el cual Jean Louis Pascal (maestro de Christophersen) ganó el "Grand Prix de Rome" en 1866, el máximo galardón de la arquitectura de la época.

Las fachadas de tratamiento casi escultoricos presentan mansardas convexas, cúpulas, chimeneas, ojos de buey; columnas y pilastras que abarcan los dos pisos principales y balcones soportados por importantes ménsulas.

El volumen del jardín de invierno, adosado a la fachada lateral sobre la calle Basavilbaso, refleja el excelente trabajo de herrería del edificio, realizado en el taller Zamboni de Buenos Aires.

En tanto, el patio de honor, de planta ovalada, encierra un espacio de acertadas proporciones y lograda composición definido por una galería ritmada por columnas dóricas, escalinatas de generoso desarrollo, frentes interiores y mansardas de líneas curvas y dos cúpulas.