Fotos de aquel niño bien nacido en el seno de una familia acomodada, casullas sacerdotales y hasta prendas manchadas con su sangre son algunos de los objetos que integran el Museo Padre Mugica, un homenaje itinerante que visita villas de todo el país para difundir la figura del destacado párroco y su compromiso con los sectores más vulnerables.

El museo, que forma parte del Club Padre Carlos Mugica de la Villa 31 -anexo a la Parroquia Cristo Obrero-, busca ser un espacio de memoria y celebración del referente del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, asesinado hace 50 años.

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A 50 años del crimen del Padre Mugica, el niño bien que es símbolo de una Iglesia cercana a los pobres y con militancia política

Además, apunta a ser un lugar de identificación para los vecinos del barrio, feligreses y público en general que se acerque hasta allí.

La exhibición muestra un recorrido biográfico destacando su mirada del cristianismo y su participación social.

Además de gran cantidad de fotografías y documentos, en el Museo se conservan objetos personales de Mugica, como dos casullas sacerdotales y varias de sus libretas.

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El día en que el Padre Mugica volvió a la Villa 31, 25 años después de su asesinato

Sin embargo, lo más llamativo de la colección son los zapatos que usaba a diario para caminar las villas y que llevaba puestos el 11 de mayo de 1974 y un trozo del pantalón que vestía ese día, manchado con su sangre.