En la actualidad, mientras el mundo se está reseteando hacia una agenda verde, la naturaleza nos interpela para recordarnos que es una necesidad urgente pensar y gestionar una Era ambiental construida colectivamente.

En nuestro país la ciudadanía está reclamando la gestión política ante las problemáticas sobre nuestros bienes naturales. Los carpinchos en Nordelta traen nuevamente el debate por una ley de humedales y una sólida agenda ambiental ante la que ya no puede haber oídos sordos: necesitamos una discusión pública atenta y preocupada por nuestros bienes y recursos naturales.

Un camino que no es optativo

Hay un camino que nos llena de esperanza y que, además, es el único posible. Los países más influyentes del mundo, comenzando por Estados Unidos y China, están poniendo en el centro de su agenda aceleradamente la transformación de sus economías bajo el principio del respeto por el medio ambiente y Argentina tiene que ser parte de ese movimiento.

En este marco, las conclusiones de un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que anticipa los efectos previsibles del cambio climático pone, una vez más en primer lugar de la agenda pública, la necesidad imperiosa de acelerar los cambios que debemos impulsar para evitar que se hagan realidad los peores pronósticos.

Frente a esta realidad nuestra dirigencia política, salvo contadas excepciones, sigue envuelta en disputas y enfrentamientos que nada tienen que ver con la necesidad impostergable de ocuparnos en iniciar las transformaciones económicas que permitirán no solo enfrentar el desafío ambiental sino resolver los problemas sociales más agudos que afectan a millones de argentinos y argentinas.

Un claro ejemplo es lo que sucede con el Frente de Todos, que quedó a la mitad, y Juntos por el Cambio, que está dividido.

Mientras ellos se dedican a ahondar la grieta dentro de la grieta y confirman que forman parte de las peores prácticas de la vieja política, la sociedad exige un debate público sobre un modelo de país y de desarrollo productivo sustentable.

Para ello se requieren, más allá de los discursos y los anuncios, políticas concretas que hoy por hoy están completamente ausentes.
La política debe dar una respuesta a un movimiento ciudadano que ha comenzado a crecer en forma silenciosa en Argentina. Es un movimiento, nacido de la sociedad civil, que se identifica con la lucha contra el cambio climático y el respeto por el medio ambiente.

Ante grandes crisis, grandes soluciones

Después de la pandemia, nuestro país tiene que iniciar una nueva etapa: encarar seriamente la reconstrucción de la economía a partir del respeto ambiental y construir una nueva dirigencia, transparente, honesta y comprometida con un proyecto de país con trabajo digno e inclusión social.

Argentina hoy tiene que impulsar una verdadera transición hacia una sociedad más ecológica, para lograr cero emisiones al llegar al año 2050. Parece que falta mucho, pero los cambios deben comenzar inmediatamente y la inacción ya tiene consecuencias.

Esto solo será posible con la reconstrucción de la economía de nuestro país luego de la pandemia del COVID-19 a través de un modelo de desarrollo económico sostenible y virtuoso que posibilite estabilizar la economía a través de la generación de los trabajos del futuro, planificar una recuperación a corto, mediano y largo plazo, impulsando los compromisos nacionales e internacionales en materia ambiental y climática.

La ola verde como una necesidad urgente y viable

El camino no solo es urgente, también es viable: hace falta una verdadera y consistente agenda política verde y social que permita trabajar con objetivos claves, como descarbonizar la economía con un plan de inversiones para reducir las emisiones de las empresas, avanzar hacia la economía circular o bioeconomía, y promover una nueva forma de generar empleo de calidad, con consumo responsable y comercio justo, en toda la cadena de valor.

Para esto es necesario desarrollar nuevas alianzas públicas y privadas, nacionales e internacionales, y fortalecer la representación de sectores sociales y políticos que trabajan por una nueva construcción colectiva para el planeta. Esta es la discusión que desde el Acuerdo Verde y Social proponemos dar en el Congreso.

(* - Silvia Vázquez es precandidata a diputada nacional en la ciudad de Buenos Aires por Acuerdo Verde y Social, una nueva fuerza política conformada por el Partido Verde y el Partido Socialista Auténtico).