Este jueves, el presidente Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada al gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, quien le pidió “celeridad” en el laudo que el jefe de Estado debe emitir en el diferendo entre Mendoza y otras jurisdicciones en torno a la construcción de la represa Portezuelo del Viento.

A la hora de hablar con los medios, el mandatario relativizó este último tópico y sostuvo que, en realidad, se trató de un repaso general de “la agenda de Mendoza con la Nación”.

No obstante, explicó: “Le hemos pedido, y el Presidente nos ha escuchado, que pronto se resuelva el tema, porque tenemos un dinero depositado que hay que utilizarlo para crear empleo genuino”.

La suma que se esconde detrás de la puja no es nada desdeñable: se trata de 1.023 millones de dólares, de los cuales el gobierno nacional ya aportó más de 400 millones, que se encuentran “trabados” por la presión de un grupo de provincias que acusan a Mendoza de avanzar en una mega obra que reducirá el caudal del Río Colorado. En buen romance: esas jurisdicciones aseguran que tendrán menor cantidad de agua.

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Por eso, La Pampa presentó una demanda para que Mendoza haga los pertinentes estudios de impacto ambiental antes de seguir avanzando.

Entretanto, los empresarios y los funcionarios mendocinos empiezan a inquietarse por el parate mencionado. El propio Suarez lo dijo con meridiana claridad en las últimas horas: “Lo malo es tener la plata paralizada en un mundo donde hay inflación. Al tener dólares inmovilizados, se va perdiendo plata con el tiempo. Por eso lo que necesitamos es poner el dinero a producir en forma inmediata”.

En ese contexto, Noticias Argentinas supo por parte de fuentes del gobierno mendocino que el gobernador le habría pedido al ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro que avanzara en una gestión subrepticia para que el Ejecutivo nacional permita utilizar ese dinero en otras obras para la provincia.

En la cabeza de Suarez aparecen dos en particular: la primera es la represa El Baqueano, ubicada en San Rafael, que permitiría aumentar un 33% aproximadamente la cantidad de reserva hídrica del Río Diamante. La otra es la represa Uspallata, sobre el río Mendoza.

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Ambas obras permitirían, no solo no perder el dinero acumulado por Portezuelo, sino también mostrar algo de gestión de cara a 2023, un año netamente electoral.

“La Nación viene cumpliendo en tiempo y forma la obligación de pagar el bono a favor de la provincia. Son cerca, o más, de 400 millones de dólares que no podemos tener inmovilizados porque sabemos que hay inflación en dólares en el mundo y esa es plata que estamos perdiendo los mendocinos”, dijo Suarez ayer nomás.

Con esa frase dejó de manifiesto su propio apuro por mostrar algún tipo de avance, en momentos en los cuales crece en la provincia un inesperado escándalo por la entrega de un millonario subsidio a un pastor evangelista que, de un día para otro, pasó de crítico del oficialismo local a miembro integrante de Cambia Mendoza, el signo político de Suarez.