La Cámara de Diputados se encamina a aprobar la media sanción del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional con un resultado contundente, superior a los 200 votos positivos. Hasta ahí el camino se presenta despejado y no asoman nubarrones en el horizonte.  La aprobación no está en duda, por lo ahora la preocupación que impera en el Frente de Todos es que debido a la postura rebelde de la Cámpora y de los diputados que responden a Juan Grabois, entre otros legisladores cercanos a Cristina Kirchner, Juntos por el Cambio termine aportando más votos que el oficialismo. 

Varios oradores de la principal alianza opositora se adjudicaron el mérito de haber sido los salvadores del acuerdo con el FMI, y por ende de haber logrado evitar la catástrofe del default. En línea con eso, cargaron las tintas sobre la supuesta irresponsabilidad del oficialismo por no haber logrado unificar el voto en el frente interno, y tener que salir a buscar el socorro opositor. Básicamente, buscaron meter el dedo en la llaga, dejando al desnudo las posiciones irreconciliables que existen al interior de la coalición gubernamental.

Es en ese sentido que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se ocupó de pedir a los diputados kirchneristas que están más enojados con el accionar del Gobierno en torno al asunto FMI que moderen su retórica y eviten hacer críticas directas al ministro de Economía, Martín Guzmán, o al presidente Alberto Fernández.

No es momento para hacer olas y profundizar las tensiones y fisuras en el elenco oficialista, piensan en el oficialismo. Una vez que quede atrás el capítulo del acuerdo con el FMI, reflexionan, tendrán que estar todos juntos tirando del mismo carro para sacar el país adelante y para sostener la unidad de cara al 2023.

En este pacto de no agresión y de disimulo de las diferencias a nivel público, La Cámpora, la agrupación que comanda Máximo Kirchner, tiene un rol fundamental. El hijo de la vicepresidenta se encuentra en el Palacio Legislativo pero no dio quórum y por el momento no bajó al recinto. Kirchner renunció semanas atrás a la presidencia de la bancada oficialista con una explosiva carta, disconforme con las negociaciones llevadas adelante por Guzmán y por los resultados del acuerdo. En este marco, la sola presencia del líder camporista en el recinto potenciaría la atención mediática sobre las discrepancias no saldadas en el Frente de Todos.

El segundo gesto de Máximo hacia Massa y el Gobierno fue bajar de la lista de oradores a los diputados de la organización, que sí dieron quórum y están sentados en sus bancas. Si bien La Cámpora no reveló cómo votarán sus integrantes, la postura intransigente de Kirchner deja entrever que no lo harían a favor. Evitar discursos críticos que pongan la lupa en la responsabilidad del Gobierno sobre las posibles consecuencias negativas del plan de ajuste comprometido con el FMI contribuye a esa tregua que pactaron Massa y el ex jefe del bloque del Frente de Todos.

Según pudo confirmar NA, los diputados del Frente Patria Grande (Itai Hagman, Natalia Zaracho y Federico Fagioli) se abstendrán en la votación, y los dos legisladores de la Corriente Clasista Combativa (Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva) tampoco avalarán el acuerdo con el FMI.

Además, hay dudas acerca del voto del radical kirchnerista Leopoldo Moreau, quien semanas atrás había apoyado los argumentos de Máximo Kirchner para dejar la jefatura del bloque, y también de cómo votará el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.

Éste último había sugerido que se inclinaría por apoyar el acuerdo, pero en la última semana enfrentó duras presiones en la central obrera que encabeza para no avalar un programa económico de austeridad y entrega de soberanía. Un dilema similar enfrenta el diputado Sergio Palazzo, titular de la Corriente Federal de los Trabajadores y la gremialista de Judiciales Vanesa Siley. A su vez, la diputada kirchnerista de Nuevo Encuentro Mónica Macha confesó que tenía dudas, aunque se inclinaba a apoyar el acuerdo como "el mal menor" frente a un default.