La Reina Isabel II de Inglaterra festeja su Jubileo de Platino por sus 70 años en el trono británico, un reinado que curiosamente tuvo en su primer día el rechazo a la propuesta de Juan Domingo Perón para comprar las Islas Malvinas.

A fines de mayo de 1953, mientras la joven Elizabeth Alexandra Mary se aprestaba a asumir al frente de la Corona del Reino Unido, arribaba a Londres el entonces vicepresidente argentino, Alberto Teisaire.

El contraalmirante mendocino viajó con el título de embajador extraordinario y plenipotenciario en misión especial: debía representar a la Argentina en la ceremonia de coronación de la flamante monarca, quien iba a reemplazar en el trono a su fallecido padre, Jorge VI.

El día de la asunción de Isabel II, el 2 de junio de 1953, Teisaire estuvo ubicado en uno de los palcos tapizados de azul del coro de la Abadía de Westminster, lugar en que estuvieron los representantes extranjeros.

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"La Argentina quiso honrar doblemente a Gran Bretaña, enviándole a la personalidad que sustituye al presidente Perón cuando éste se halla ausente y que es, al mismo tiempo, en eminente representante de aquella de las tres armas que cuenta con la predilección británica", publicó al día siguiente el diario Clarín en base a un cable de la Agence France Presse (AFP).

Pero la "misión especial" del contraalmirante no se limitó a representar al país en la coronación de la monarca, sino que también fue el encargado de formalizar una propuesta de Perón para recuperar las Islas Malvinas.

Durante un encuentro privado en el Park Lane Hotel, el vicepresidente informó al entonces subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos, lord Reading (Gerald Rufus Isaacs), sobre la intención de la Casa Rosada de comprar el archipiélago ocupado por el Reino Unido desde enero de 1833.

Según documentos oficiales británicos desclasificados en enero de 1984, el mendocino manifestó que el Gobierno "deseaba que las relaciones económicas anglo-argentinas se establecieran sobre una base firme, y que su propuesta era que, como parte de algún arreglo a largo plazo, Gran Bretaña debería renunciar a todos los derechos y reclamaciones sobre las Islas Malvinas".

Aunque no se ofreció una cifra específica, el funcionario del Reino Unido rechazó tal propuesta y justificó la negativa al señalar que "los habitantes de las Islas Malvinas eran británicos, y si se celebraba un plebiscito, votarían prácticamente por unanimidad para permanecer bajo la bandera británica". En el documento se agregó, entre paréntesis, que "el almirante estuvo de acuerdo en que probablemente era cierto".

También quedó registrado en esos informes desclasificados que lord Reading le dijo a Teisaire que "era inconcebible que cualquier Gobierno británico considerara la venta de las islas".

"Si lo hicieran, se produciría de inmediato un tremendo clamor popular y el Gobierno ciertamente sería derrocado", analizó en aquella reunión privada el subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos.