Las elecciones del domingo definieron a los dos candidatos que se medirán en el balotaje presidencial. Pero para conocer la composición del Congreso nacional a partir del recambio legislativo del 10 de diciembre próximo no habrá que esperar al 19 de noviembre, que es la fecha de la segunda vuelta electoral. El resultado de este domingo ya permite determinar cómo quedarán repartidas las bancas entre las distintas fuerzas políticas.

Tras el veredicto de las urnas, el primer dato que surge es que Unión por la Patria logró mejorar su performance en todo el país y se aseguró ser la primera minoría en ambas cámaras del Congreso. Esto le permitirá tener una estructura legislativa sólida, indispensable para conseguir leyes y sostener el funcionamiento del Congreso en caso de que su candidato presidencial, Sergio Massa, sea electo presidente.

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Según el escrutinio provisorio, el oficialismo quedará con 109 bancas en la Cámara baja. Es un número que está por debajo de los 118 integrantes actuales, pero por encima de las cerca de 90 bancas con las que hubiera tenido que conformarse de haberse repetido los guarismos de las PASO. 

En el Senado, en cambio, Unión por la Patria enfrentaba a priori un panorama menos desafiante, dado que ponía en juego nueve bancas de las 31 que tiene en la actualidad. De esas nueve UP logró 10 bancas, por lo que finalmente tendrá 32 integrantes, a sólo cinco del quórum propio.

El número podría elevarse si los tres senadores de Unidad Federal que desertaron hace poco del interbloque del Frente de Todos y tienen mandato hasta 2025 vuelven al redil.

También podría hipotéticamente absorber senadores de fuerzas aliadas como el Frente de la Concordia Misionero, el Movimiento Popular Neuquino y Juntos Somos Río Negro.

La debacle de Juntos por el Cambio a partir de la dolorosa derrota de Patricia Bullrich, quien quedó afuera del balotaje, tiene también su reflejo en la cuota de representación que tendrá en el futuro Congreso nacional.

Arriesgaba 55 de las 117 bancas que posee en la Cámara baja. Según el escrutinio provisorio, el tamaño de la bancada caerá a 93. Pero eso no es todo: ese sería el mejor de los escenarios porque lo que se pone en duda seriamente en estos momentos es si Juntos por el Cambio como alianza sobrevivirá a este cachetazo político, que reconfigurará los liderazgos y podría hacer implosionar el frente creado en 2015. 

Lo mismo puede decirse en cuanto a la Cámara alta, donde en el mejor de los casos Juntos por el Cambio caerá de 33 a 24 bancas. 

La coalición formada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica ya había llegado a estas elecciones atada con alfileres y muy tironeada entre "halcones" y "palomas". No son pocos quienes sugieren que ante la derrota, los sectores más duros del PRO podrían migrar hacia una alianza con La Libertad Avanza, lo que alteraría sensiblemente el mapa político actual.

En tanto, la UCR, la Coalición Cívica y los sectores blandos del PRO podrían reorganizarse alrededor de un nuevo polo de centro que los contenga.   

El mileísmo no pudo conseguir el objetivo de mejorar los sorprendentes números de las PASO, pero al menos logró consolidarse como un jugador de peso y poder de fuego en la dinámica legislativa. Tendrá 37 bancas en la Cámara de Diputados y ocho en el Senado, nada mal para una fuerza política primeriza.

Si bien no alcanzará para constituir una fuerza de tercio, la irrupción de La Libertad Avanza en la escena política romperá definitivamente el actual mapa parlamentario bipolar dominado básicamente por las dos grandes coaliciones como son el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y se configurarán nuevos equilibrios legislativos.

LLA será un actor clave para el quórum y tendrá la llave para los acuerdos políticos. Sin embargo, si en noviembre Milei resultase presidente electo, carecerá del volumen legislativo suficiente para hacer funcionar el Congreso y sacar las leyes del Poder Ejecutivo. Ese problema, en cambio, no lo tendrá Massa si la población lo bendice finalmente a él en el balotaje.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad, en tanto, mantendrá sus cuatro bancas de diputados nacionales que vencen en el 2025, y suma un nuevo integrante por la provincia de Buenos Aires, donde logró ingresar Cristian "Chipi" Castillo (PTS). En total, la izquierda trotskista tendrá cinco miembros.

El interbloque Federal, en tanto, pasaría de 8 a 7 integrantes, aunque habrá que esperar si entre los diputados de esta alianza no se producen realineamientos que terminan depurando dicho número. En la provincia de Buenos Aires no pudieron obtener ninguna banca y quien salió perjudicada fue Hilda "Chiche" Duhalde, quien estaba primera en la boleta de candidatos a diputados nacionales que armó Juan Schiaretti en territorio bonaerense. 


El nuevo Senado

La nueva composición del Senado desde el 10 de diciembre tendrá la siguiente distribución: Unión por la Patria 34 bancas; Juntos por el Cambio 24; La Libertad Avanza 8; Unidad Federal 2; partidos provinciales 4 (Frente de la Concordia Misionero, Juntos Somos Río Negro y Por Santa Cruz).

Uno de las pérdidas más rutilantes es la de Luis Naidenoff, quien fue senador de la UCR durante 18 años y este domingo perdió la banca por la minoría en Formosa a manos de La Libertad Avanza.  

Una de las nuevas incorporaciones será la gobernadora saliente de Santa Cruz, Alicia Kirchner, quien ganó una banca por Unión por la Patria, que quedó segunda en la elección. También se sumará su par de San Juan, Sergio Uñac, y el presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad.