Días atrás se supo que seguía vigente el acuerdo porcino con China, proyecto que venimos cuestionando organizaciones socio-ambientales, científicos, periodistas, artistas y comunidades. Ante el revuelo generado, la Cancillería desmintió la noticia. Pero luego el Presidente confirmó que el acuerdo sigue en pie.

La desinformación, confusión y hasta mentira es una política de Estado en materia extractiva. Y ahí tampoco hay grieta, porque el macrismo comparte esa estrategia.

* Así fue con Vaca Muerta y el fracking en 2013, cuando se votó la entrega a Chevron vía un convenio con cláusulas secretas. A casi una década, la reactivación prometida no llegó, crece la desigualdad social y la pobreza supera el 50% de la población.

* La megaminería y el “desarrollo sustentable” son incompatibles. Lo único “sustentable” son los negocios corporativos que saquean y contaminan nuestros territorios.

* Del trigo transgénico HB4 y el glufosinato de amonio nos dicen que no son peligrosos. Pero el último estudio de la Sociedad Argentina de Pediatría prueba que el agronegocio envenena a más de 12 millones de personas en las zonas rurales y que la niñez es la más perjudicada.

La pandemia actual evidenció los problemas estructurales que sufre la población bajo este sistema. Por eso urge reaccionar ante la crisis climática y ambiental, y animarse a debatir una transición ecológica que rompa los límites de este capitalismo decadente.

En esta campaña, el debate socio-ambiental debe entrar en la agenda pública. Por eso comparto la mirada de los referentes socioambientales que hoy impulsan un “cupo ambiental” en el debate electoral.

A la clase política tradicional este tema la incomoda, porque implica cuestionar privilegios corporativos enormes. Es que han decidido un rumbo extractivista para capturar dólares al servicio de seguir pagando una deuda fraudulenta. Como lo dijo el ministro Juan Cabandié, “no podemos pagar deuda sin contaminar”. Y el colmo del ridículo es Javier Milei, que califica al cambio climático como “una mentira del socialismo”.

Depredación ambiental

Desde la izquierda, en cambio, venimos alertando sobre la depredación ambiental que provoca el capitalismo. Y somos la única fuerza que propone salidas concretas ante el colapso al que nos han traído los sucesivos gobiernos.

* Exigimos la Ley de Humedales para proteger nuestros territorios.

* Proponemos prohibir la actividad extractiva e ir a una verdadera reconversión productiva y laboral para que nadie quede sin empleo.

* Impulsamos la descarbonización y el abandono de un modelo basado en energías fósiles hacia otro en base a energías limpias.

* Basta de extractivismo urbano y cementación para especulación inmobiliaria.

* También la transición a la agroecología, en un modelo cuya toma de decisiones sea por las comunidades y no por las corporaciones.

Para ese proyecto necesitamos una izquierda no sectaria, no dogmática, abierta a sumar voluntades en forma amplia para ir por cambios de fondo.

En suma, una izquierda que supere el rol testimonial y avance con vocación de poder.

Usá tu voto para fortalecer ese camino.

(* Celeste Fierro es precandidata a diputada nacional en la Ciudad de Buenos Aires por el MST en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad).