Diputados firmó dictamen a favor del proyecto de Etiquetado frontal de alimentos
La iniciativa, que propone marcar con un sello octogonal negro los empaques de productos con excesos de nutrientes críticos, ya tiene media sanción del Senado y quedó lista para votarse en la Cámara baja.
Si bien durante el debate de comisión se expusieron diferencias de criterio, la Cámara de Diputados logró este martes avanzar con la firma del dictamen de mayoría del proyecto de ley de etiquetado frontal de alimentos, que apunta a marcar con un sello octogonal negro los empaques de aquellos productos que contengan exceso en nutrientes críticos como azúcares, grasas, calorías o sodio.
Tras un extenso debate, y luego de un proceso de varios meses iniciado en noviembre del año pasado que incluyó cuatro rondas de consultas con especialistas, se avanzó en la firma de cuatro dictámenes (uno de rechazo) en el marco del plenario de las comisiones de Legislación General, de Acción Social y Salud Pública, de Defensa del Consumidor y de Industria, que estuvo presidido por la diputada Cecilia Moreau (Frente de Todos).
El dictamen de mayoría cosechó 91 firmas, seis de ellos con disidencias parciales, en tanto que el dictamen de rechazo solamente reunió dos rúbricas.
Según el proyecto, que ya tiene media sanción del Senado, los alimentos y bebidas analcohólicas deben incluir en la cara principal un sello de advertencia indeleble que advierta si el producto tiene "exceso en azúcares", "exceso en sodio", "exceso en grasas saturadas", "exceso en grasas totales" y/o "exceso en calorías".
La iniciativa precisa que el sello ubicado en la parte delantera de los empaques de alimentos y bebidas deberá tener forma octogonal de color negro, con borde y letras de color blanco en mayúsculas y su tamaño no podrá ser inferior al 5% de la superficie de la cara principal del envase.
El primero en tomar la palabra fue el presidente de la comisión de Salud, Pablo Yedlin, quien anunció que impulsaba un dictamen de minoría ya que entendía que en la media sanción del Senado no se especifica qué tipo de productos debían llevar el sello de advertencia, no se fijan plazos para que las empresas puedan adecuarse a la nueva normativa, y no se busca una armonización con las normas del Mercosur en la materia.
Para el tucumano, el dictamen de la media sanción del Senado contiene "errores que no podrán ser salvados con la reglamentación" de la ley por parte del Poder Ejecutivo, al tiempo que propuso plazos de 12 y 24 meses para que las empresas se adecuen a las nuevas exigencias de etiquetado de alimentos.
El dictamen de minoría de Yedlin cosechó cinco firmas.
La miembro informante del dictamen de mayoría, Daniela Villar (Frente de Todos), destacó que el proyecto es una "herramienta de información para la ciudadanía" y se enmarca en una política pública hacia una "alimentación sana, saludable y segura para todos y todas".
"Queremos que comer rico y sano no sea un privilegio sino un derecho garantizado", remató.
Por su parte, la vicepresidenta de la comisión de Salud, Carmen Polledo, presentó un dictamen alternativo (que reunió 12 firmas) ya que consideró que la media sanción del Senado avance en "prohibiciones y censuras, es decir, con herramientas propias de regímenes autoritarias".
"La forma se ha convertido en el fondo de la cuestión, de qué manera gráfica se exhibe esta información. Hay una posición -que para mí tiene mucho de fanatismo- que pretende imponer la idea de que hay una sola forma de hacerlo, la de los octógonos negros, y a la vez prohíbe que se informe sobre nada positivo que tenga ese alimento"
Para la legisladora del PRO, "hay otros métodos que son menos agresivos y menos estigmatizantes, y que permitirían dar información nutricional de forma más integral".
Polledo propuso la implementación de un sistema de etiquetado basado en una "Guía Diaria de Alimentación", como el que se usa en el Reino Unido, el cual "utiliza categorías y asigna colores de acuerdo a los límites establecidos para cada uno de los nutrientes críticos".
El presidente de la comisión de Industria, Alejandro García, también planteó objeciones al dictamen de la media sanción del Senado, al marcar que "no se piensa en ningún tipo de coordinación normativa con el Mercosur dada la injerencia que la industria de la alimentación tiene" en el comercio.
"No se escuchó a ninguno de los representantes del sector productivo. Había una postura tomada de antemano. Me pregunto si tomamos en cuenta la real dimensión de los actores productivos involucrados. Es el único sector con presencia en todas las provincias del territorio nacional. El 97% de los establecimientos son Pymes con menos de 50 empleados", indicó el diputado del PRO.
En la misma línea, Graciela Camaño (Consenso Federal) compartió las críticas en cuanto al "tema de los plazos" de adecuación a la ley, y "el tema de la armonización con el Mercosur", pero además cuestionó duramente que se adopte el perfil de nutrientes de la OPS para el sistema de etiquetado frontal.
"Es falaz su calificación y perfectamente se puede reemplazar por un sistema de umbrales fijos como tiene Chile, Uruguay, Canadá e Israel", afirmó.
"Ese tipo de perfiles no se lo dejaría a los burócratas de los organismos internacionales. Hasta me animaría a dejárselo a algún burócrata nuestro. Es un perfil que viene cuestionado desde lo técnico", insistió.
La vicepresidenta de la Comisión de Legislación General, Carla Carrizo, apoyó con disidencias el dictamen de mayoría y afirmó que "no solo se trata de vivir más sino de vivir mejor".
"Es fundamental el cambio de enfoque en el modo en que se producen los alimentos y el modo en el que los consumimos. Se afianzan tres derechos fundamentales como son el derecho del acceso a la salud, el derecho a la alimentación y el derecho a la información", argumentó.
Para la radical, la redacción del proyecto es mejorable: "Las mejores leyes no son las que delegan mucho margen en la reglamentación del Ejecutivo. Por eso se debería especificar bien cuáles son los alimentos obligados, procesados, ultraprocesados. La reglamentación no tiene el valor que tiene la ley, ya lo ha señalado la Justicia".
Su compañera de bancada Brenda Austin destacó que con esta iniciativa se está "saldando una vieja deuda del Congreso básicamente con dos derechos como son el acceso a la información y el acceso a la salud".
"De todos los sistemas de etiquetados que hoy tenemos disponibles, aquel que logra mayor claridad, que es compatible con nuestras guías alimentarias y que permite que los ciudadanos comprendan, entiendan y tomen decisiones formadas es el etiquetado frontal de advertencia", explicó.
"Es importante dejar en claro que la mirada integral que deberá tener el ejecutivo al momento de reglamentar esta norma debe incluir aspectos contemplados por la OPS. Por ejemplo que los alimentos y bebidas sometidas a este perfil de nutrientes son los procesados y ultraprocesados, y se excluye a los que son sin procesar, mínimamente procesados o los conocidos como culinarios", apuntó.