Se trabó el pedido para que suspendan a un diputado macrista por violencia de género
Fue denunciado por su ex pareja, Gimena Martinazzo, por haberle infligido fuertes golpes en medio de un ataque de celos. Diputadas del Frente de Todos insisten para que el sanjuanino Eduardo Cáceres del PRO sea separado de su cargo hasta tanto no defina la Justicia.
Mientras la investigación por violencia física contra su ex pareja avanza muy lentamente en la Justicia, el diputado nacional del PRO por San Juan Eduardo Cáceres se mantiene en su cargo pese al pedido de suspensión que en febrero pasado impulsó un grupo de legisladoras del Frente de Todos.
El diputado macrista se encuentra procesado por violencia de género agravada por el vínculo a partir de una denuncia que en diciembre pasado radicó en la Justicia quien fuera su pareja, Gimena Martinazzo, quien sufrió lesiones en varias partes del cuerpo por parte del agresor.
Por su procesamiento, Cáceres fue embargado por 250.000 pesos pero logró evitar la prisión preventiva.
La presentación ante las autoridades de la Cámara de Diputados fue encabezada por la también sanjuanina Graciela Caselles, y acompañada con las firmas de las diputadas Jimena López, Mónica Macha, Mara Brawer, Carolina Moises, Liliana Schwindt, Verónica Caliva, Liliana Yambrun, Patricia Mounier, Estela Beatriz Hernández, Melina Delú, María Graciela Parola, Alcira Figueroa y Victoria Rosso.
Martinazzo, quien también es dirigente política del PRO de San Juan, inició su relación con Cáceres a comienzos del 2013 y finalizó a fines de febrero del año pasado, aparentemente en buenos términos.
Sin embargo, en noviembre del año pasado se encontraron en el departamento de Cáceres en la ciudad de San Juan y allí se produjo el episodio de violencia que tuvo como víctima a Martinazzo.
El incidente se habría iniciado por un ataque de celos por parte de Cáceres, quien le arrebató el teléfono celular a la fuerza y hurgó entre los mensajes para detectar si la mujer tenía en romance con un amigo en común.
Transcurrida toda la noche, Martinazzo intentó recuperar su teléfono móvil secuestrado por Cáceres, quien la tiró al piso de un empujón y le tapó la boca para que no pudiera pedir auxilio, según el relato de la mujer.
En medio del forcejeo en el piso, el acusado la habría agarrado de los pelos y empujado al sillón con violencia, mientras Martinazzo intentaba defenderse de los golpes con sus manos y pies.
Como consecuencia de los golpes recibidos, Martinazzo terminó con un rasguño a la altura de la ceja izquierda, un rasguño en el mentón, un rasguño en la parte derecha de cuello, hematomas en ambos antebrazos producto del forcejeo, en ambos codos, rasguños en la mano izquierda, hematomas en la muñeca y mano izquierda, un rasguño en la espalda en la región derecha y hematomas en la pierna derecha y rodilla izquierda.