En los peores momentos de la relación entre el Presidente Alberto Fernández y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, suscitados en torno a las restricciones a las clases presenciales en las escuelas primarias, las conversaciones entre el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello y el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, se tornaron más usuales e imprescindibles.

Porque de lo que se trataba era de mantener un canal de diálogo político entre las autoridades, más allá de las disputas judiciales que, en el caso de la quita de fondos a la Ciudad de parte del Tesoro Nacional y del debate por la presencialidad en las aulas de los colegios de la Ciudad, deberán ser juzgadas por los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.

Cuando la política se judicializa es porque el diálogo y el consenso no representan una posibilidad. Y la sociedad observa como no hay unidad de consenso en la dirigencia para adoptar medidas racionales en medio de la segunda ola de la pandemia de coronavirus. Por ejemplo, el Gobernador Axel Kicillof criticó a Horacio Rodríguez Larreta al afirmar en conferencia de prensa, "estamos en una pandemia, estamos en emergencia. No es momento para forzar discusiones sobre federalismo, o autonomía, porque en cuestiones sanitarias la autoridad es del gobierno nacional encabezado por el Presidente".

En medio de las explicaciones acerca del funcionamiento de las medidas adoptadas por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para combatir la segunda ola, de lo que se informa por separado, Santilli dialogó brevemente con NA, exclusivamente de política y de consensos difíciles de alcanzar.

Acaso por la fuerza de la segunda ola o por convicción dialoguista esta semana volvieron los contactos con los dirigentes nacionales. ¿Se impuso la racionalidad entre los funcionarios a las necesidades electorales de la política?

Esta semana fue una semana de mucho trabajo en los ministerios, el de Salud, de Educación, de Transporte y Seguridad y todos hemos interactuado. El propio Jefe de Gobierno ha participado de un zoom con el Presidente y otros gobernadores de la región Norte y Centro, donde participó Kicillof y se han tomado decisiones. El Poder Ejecutivo tomó decisiones y acompañándolas, nosotros adoptamos nuestras medidas en la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la situación sanitaria actual, de este momento. Yo creo que tenemos que ir por ese camino, intentar encontrar puntos de diálogos de común acuerdo que nos permitan transitar este momento tan duro para nuestro país.

El Presidente, en su mensaje del viernes, no anunció  nuevas restricciones de tipo fase 1, como pedían Axel Kicillof y su ministro de Seguridad Sergio Berni. pero mantuvo la suspensión de las clases en la región del AMBA. ¿Cómo interpreta esta decisión, se encontró un punto medio entre las dos jurisdicciones en pugna?

A mí no me gusta hablar de los demás, siempre me gusta plantear lo que nosotros podemos acordar y acompañar. Horacio ha tomado una medida interesante que es reducir la circulación en 620.000 personas que contribuyan primero a reducir contagios y salvar vidas al mismo tiempo que se intenta atender la actividad económica y el trabajo de la gente entonces se trata de encontrar puntos de común acuerdo que nos permitan ir hacia adelante para combatir esta pandemia que es tan dura y difícil.

La Constitución lo permite y el Presidente y el Gobernador bonaerense hablan constantemente de regiones, como el AMBA. ¿Es el AMBA un problema, un escollo, para la autonomía plena de la Ciudad de Buenos Aires?

No debería ser un problema. Muchas veces nosotros decimos que la General Paz y el Riachuelo no separan lo que la gente une. Pero, también, esa unión que tiene la gente de manera diaria posee una cuestión autonómica que opera de fondo. La autonomía es tanto de la Provincia como de la Ciudad y nosotros trabajamos en concordancia con las autoridades de la Provincia pero sosteniendo, nuestra propia autonomía.