El resultado electoral en Brasil está ligado, sin lugar a dudas, a un dato de consolidación democrática espectacular en el país. Más de 120 millones de votos, muy parejo el resultado, una gran distribución entre Lula a cargo del Poder Ejecutivo, pero con otras mayorías de centro y de derecha en el Legislativo, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.

Los principales estados, los más industriales, quedaron en manos de la derecha y la centroderecha, como Minas Gerais, San Pablo y Río de Janeiro. Es decir, se ha dado una distribución espacial, con el Sur más de derecha y un Nordeste más de izquierda o de Lula. Pero se da en un resultado en un Brasil que está creciendo, con grandes reservas en el banco Central y muy baja inflación, que le da un sustento institucional y económico muy grande a la próxima administración del presidente Lula.

Después de Bolsonaro queda un Brasil muy ratificado en el Mundo. Este año Brasil va a crecer más que Europa, EEUU o China, por ejemplo. Es decir, frente a toda la crisis global, queda un país sano en sus números, con una expectativa mundial muy importante en términos de producción de alimentos y energía. Todo esto es una muy buena noticia y también para la Argentina. Para nosotros un Brasil deteriorado económica e institucionalmente sería una tragedia, más allá de quién gane la elección.

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Creo que lo que menos nos importa en términos de intereses argentinos es quién gana la elección en Brasil, sino en qué estado está y cuáles son sus perspectivas a futuro. En ese sentido, para nosotros, que no tenemos por qué ser bolsonaristas ni lulistas, queda un Brasil poderoso al cual centralmente la próxima administración -yo no tengo ninguna expectativa de que haga nada ni hacia adentro ni hacia afuera de Argentina en el sentido correcto- esperemos que nos sirva para fortalecer la alianza estratégica entre los dos países y desde ahí reconstruir el Mercosur y el proceso integrador.

Y desde el Mercosur, mirar hacia una sólida apertura al mundo, avanzando con el acuerdo ya firmado con la Unión Europea, pero también con EEUU y con China. Tomando el modelo de la negociación de libre comercio con la UE, tenemos que extender esas negociaciones y sentarnos a negociar con China y con EEUU como Mercosur.

*Diego Guelar, ex diputado nacional y ex embajador argentino en China (2015-2019), Estados Unidos (2002-2003), Brasil (1996-1997) y la Unión Europea (1989-1996).