Con La Cámpora como trampolín, Santiago Carreras, desplegó una vertiginosa carrera con tropiezos que lo llevó a la Cámara Alta de la provincia de Buenos Aires y actualmente a la gerencia de Asuntos Institucionales y Comunicación de la compañía YPF. Desde este lugar participó días atrás del lanzamiento del próximo campeonato femenino de fútbol de primera división, en el predio de la AFA en Ezeiza, donde se mostró junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y al presidente de la entidad rectora de ese deporte en el país, Claudio “Chiqui” Tapia.

En Ezeiza, Carreras también resaltó la alianza estratégica entre la AFA e YPF que permitirá que los encuentros se transmitan a través de la TV Pública, en lo que se constituye en una suerte de bálsamo para un dirigente político cuyas derrotas electorales y malas decisiones personales le ocasionaron un tropiezo tras otro en su intento por incursionar en el fútbol y abrir las puertas de la entidad de la calle Viamonte para el desembarco de la política.

Oriundo del distrito bonaerense de Lomas de Zamora y egresado como licenciado en Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de ese partido del sur del Conurbano, Carreras buscó primero adentrarse en la vida política e institucional del club de sus amores, Boca Juniors, aunque mordió el polvo en reiteradas ocasiones e incluso optó por recorrer caminos que le ocasionaron algunos sinsabores en su relación con otros dirigentes camporistas y del kirchnerismo en general, de acuerdo con una nota publicada por el sitio web Nexofin.com.

Más tarde, procuró facilitar el ingreso de la política a la AFA, donde lo miran de reojo en medio de una atmósfera típicamente corporativista e incluso sus reiterados pedidos para otorgarle partidos de la actual liga de fútbol de primera división (masculina) a la TV Pública son motivo de críticas en la actualidad por parte de autoridades de clubes. 

Repasando su trayectoria, Carreras tuvo su primera gran participación en la política deportiva cuando ya era senador provincial por el Frente de la Victoria (FpV), en ese entonces. En 2011, se erigió como el jefe de campaña de Jorge Amor Ameal, que era presidente de Boca y que ostenta el triste récord de ser el único mandatario en la historia del club de La Ribera que perdió una elección el día que su equipo se consagró campeón, según recuerda el mencionado sitio web.

El dirigente camporista comandaba la estrategia proselitista y para colmo, el mismo día en el que Boca se alzó con el título del torneo Apertura de aquel año en forma anticipada, se realizaron los comicios en La Bombonera, con el conjunto “xeneize” jugando como local: “Hemos ganado un campeonato y hemos perdido una elección”, lamentó Ameal aquella noche de comienzos diciembre, tras su derrota frente al empresario macrista Daniel Angelici.

En 2015, ya con un angelicismo pisando fuerte en Boca, y apuntalado además por el ascenso del macrismo en la política nacional, el oficialismo boquense arrasó en las urnas y Carreras volvió a tropezar: Ameal terminó segundo y José Beraldi, con quien el camporista impulsó una alianza de último momento -según recuerda Nexofin.com-, logró un tibio respaldo electoral para colocarse tercero.

Si bien la gestión de Angelici caería luego en desgracia, antes de su derrota a fines de 2019, con el regreso de Ameal a la presidencia de Boca, apuntalado especialmente por la candidatura del ídolo “xeneize” Juan Román Riquelme, el dirigente macrista buscó sellar alianzas y en ese contexto, Carreras llegó a coquetear con el “Tano” y su frente oficialista.

Esta situación le generó al actual gerente de YPF algunos problemas en el kirchnerismo, dado que un hombre de La Cámpora, cercano incluso a Máximo Kirchner, buscaba incursionar de lleno en un bastión macrista, como lo era el armado político interno de Angelici en Boca. Sin embargo, a último momento recibió la orden de sumarse lateralmente a la lista de Ameal, aunque casi sin tener participación en el armado de la lista triunfadora.

De todos modos, su intento de acercamiento al “Tano” Angelici, en tiempos en los que se señalaba al por entonces presidente de Boca como uno de los integrantes de la llamada “Mesa Judicial” macrista que embestía contra la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, lesionó la relación de Carreras con “compañeros” de La Cámpora, que comenzaron a mirarlo de costado.

Claro que aquel no fue el único contacto que experimentó Carreras con el macrismo, ya que incluso en momentos en los que la poderosa empresa Torneos manejaba los derechos de comercialización del fútbol doméstico se lo veía todo el día junto a Alejandro Burzaco (CEO de esa compañía y hermano de Eugenio, secretario de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri).

En este sentido, quienes conocen al detalle la relación entre Alejandro Burzaco y Carreras recuerdan que el dirigente camporista acompañó hasta el final al empresario cuando cayó preso en Estados Unidos por maniobras de corrupción. En aquel entonces, las balas le picaron cerca al oriundo de Lomas de Zamora, cuando el ex capo de Torneos declaró ante la Justicia norteamericana, señaló Nexofin.com en una reciente publicación.

Con los tropiezos en Boca, pero con el respaldo de Burzaco, Carreras buscó pisar fuerte en AFA. Juntos, apoyaron a Luis Segura en 2015. Trabajaron para su pretendida victoria en los comicios que son tristemente recordados por el “38 a 38” en aquella contienda electoral frente al conductor televisivo Marcelo Tinelli. El empate fue el certificado final para Segura, que a los pocos meses dejó el cargo.

Luego, gracias a su buena relación con el también camporista Eduardo “Wado” De Pedro, Carreras se acercó al empresario Mariano Elizondo, ex presidente de la Superliga. De Pedro y Elizondo se conocen de Mercedes y al interesarse en el fútbol nacional, el actual ministro del Interior le abrió esa puerta al oriundo de Lomas, que no dudó en adentrarse. Claro que en la AFA, chocó permanentemente con el corporativismo de los dirigentes de los clubes.

Mientras tanto, en su pago chico, sus compañeros de militancia ganaron espacios de poder, en un distrito en donde La Cámpora tiene mucha participación política, pero Carreras es el único lomense que no ostenta cargos ni es funcionario en el municipio local. Es más, las sucesivas elecciones donde el intendente Martín Insaurralde arrasa en las urnas, no lo tienen a él en ningún lugar del armado estratégico: llamativo, ¿no?

Con la disolución de la Superliga, Carreras sufrió una nueva derrota personal, aunque tras la victoria de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales de 2019, logró acomodarse en YPF y en el ámbito del fútbol, comenzó a mostrarse como una suerte de “vocero” del Gobierno.  “Con nosotros, Tapia no va”, aseguran que dijo en más de una ocasión en sus encuentros con dirigentes de clubes.

También le generó ruido a Carreras su apuesta por Disney en la “rosca” por la televisación del fútbol doméstico (masculino), dado que esa empresa en la Argentina está representada por Diego Lerner, cercano a Macri. Nuevamente, sus decisiones provocaron rispideces en el seno del kirchnerismo.

Más tarde, Carreras procuró acercarse a Tapia, pero en pleno proceso de coqueteo con el presidente de la AFA se desencadenaron las dudas sobre la asamblea virtual que nombró a Tapia como titular de la entidad. Así, en otra muestra de su mal ángel para tomar decisiones políticas en el fútbol, el dirigente camporista quedó del bando cuestionado.

En la AFA, en este contexto, aseguran que Carreras no cuenta con plafón a futuro. Los dirigentes no lo ven con buenos ojos. Sus constantes pedidos para darle partidos a la TV Pública en un intento de “bis romántico” del Fútbol para Todos (FpT) son motivo de críticas permanentes. Los dirigentes afirman que en 2009, el viejo FpT triplicó los ingresos a los clubes, pero ahora Carreras pretende cederle partidos al canal estatal a cambio de nada para las instituciones deportivas.

Eso, sumado al hecho de no representar a entidad alguna, su incursión en la representación de jugadores de Primera División y del ascenso (con su mano derecha Silvio Speranza al frente de esa parte del negocio) y cierta insistencia en querer demostrar cómo se deben administrar los clubes, lo alejan a Carreras de la mesa chica de discusiones y de decisiones en la AFA, pese a que intente una y otra vez pisar fuerte en Viamonte 1366.