La vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a la Ciudad de Buenos Aires procedente de Santa Cruz, donde pasó el fin de semana largo, para encarar una serie de reuniones antes de las elecciones del domingo, cuando deberá regresar al sur para sufragar.

La ex mandataria se mantuvo distante de las celebraciones por el Día de la Lealtad Peronista y no participó este martes del acto en Sarandí que encabezan los candidatos Sergio Massa y Axel Kicillof.

Cristina Kirchner en cambio, tiene previsto desarrollar su agenda durante estos días en su despacho en el Senado y en su residencia del barrio porteño de Recoleta, donde mantendrá reuniones con dirigentes de cara a los últimos días de la campaña.

Con bajo perfil, se espera que mantenga contactos con los dirigentes que más frecuenta, es decir su hijo Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro y Massa.

El eje de las conversaciones en la recta final de la campaña será la necesidad de retener la provincia de Buenos Aires, a fin de asegurarse la principal de provincia del país y también como condición necesaria para que Massa finalmente ingrese al balotaje y siga competitivo para definir la Presidencia en noviembre mano a mano con Javier Milei o bien con Patricia Bullrich.

Trascendió que en ese marco, la vicepresidenta viene hablando con intendentes del conurbano para mejorar las performance del oficialismo en varios distritos de la provincia y, en pararelo, para contener los daños que provocó en Unión por la Patria el escándalo de Martín Insaurralde de vacaciones en Marbella a bordo de un yate.

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Dentro de las 48 horas previas al domingo, Cristina Kirchner regresará a Santa Cruz para votar y ese mismo día regresar a Buenos Aires para seguir los resultados de la votación, aunque no está previsto que asista al búnker oficialista que se montará en el barrio de Chacarita.