Pocas horas antes de recibir el veredicto en el juicio oral que se le tramita por la causa de la obra pública vial en la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se interesó, durante dos horas de la tarde del lunes, por la complicada situación procesal del periodista australiano, Julian Assange, creador del sitio WikiLeaks.

La misma es una organización mediática internacional, sin ánimo de lucro, que publica a través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes, y cuya actividad le ha costado a su fundador que el Gobierno de los Estados Unidos lo acuse de espionaje ante la Justicia de ese país reclamando una pena acumulada de 175 años de cárcel.

WikiLeaks, tuvo su momento de auge en 2010, cuando publicaron cientos de miles de archivos secretos y clasificados además de cables diplomáticos en su mayoría relacionados con actividades realizadas por el ejército estadounidense en sus intervenciones en el exterior, principalmente, en Irak y Afganistán.

Cerca de 700 mil documentos puestos a consideración de la opinión pública mundial por los que los fiscales y los funcionarios norteamericanos consideran a Assange poco menos que un enemigo de su estado.

Desde entonces, comenzó un calvario para el periodista australiano que lo llevó incluso a pedir asilo en Londres en la embajada de Ecuador en Gran Bretaña. El 11 de abril de 2019, tras el anuncio del entonces presidente ecuatoriano Lenín Moreno, el país andino dejó de darle asilo a Assange, le retiró la nacionalidad ecuatoriana que le había sido concedida en 2017 por el ex presidente Rafael Correa y lo entregó a la Policía británica quien lo llevó a una prisión de máxima seguridad a la espera de la solicitud de extradición por parte de los Estados Unidos. Cuestión que sucedió y fue aprobada en un trámite exprés por el gobierno inglés, el pasado18 de junio.

La preocupación de Cristina Kirchner por Julian Assange

En este contexto, Cristina Fernández se interesó por la situación de Assange. "Recibí hoy a Kristinn Hrafnsson, editor general y a Joseph Farrell, embajador de Wikileak. Están realizando una gira latinoamericana para reclamar la libertad de Julian Assange", expresó la ex mandataria en sus redes luego de la reunión.

Su preocupación no es nueva. Conocida la noticia de la extradición aprobada por el gobierno inglés Cristina Fernández había twitteado: "La decisión de habilitar la extradición de Julian Assange no solo pone en peligro su vida sino que además marca un precedente alarmante para todos los y las periodistas del mundo que investigan y buscan la verdad: disciplinamiento periodístico para todos y todas".

Ahora bien, el apoyo de la vicepresidenta a Julián Assange no es el único que cosecharon los representantes de WikiLeaks. Previamente, recibieron el apoyo del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y del premier australiano, Anthony Albanese, quien sostuvo que "el tema debe cerrarse" al tiempo que planteó la preocupación de su gobierno a su par estadounidense, Joe Biden.

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Como parte de la búsqueda de apoyos para la liberación de Julián Assange, Wikileaks realiza por estos días el "Gran Tour LATAM por la Libertad de Julián Assange", una gira encabezada por Kristinn Hrafnsson, editor general y Joseph Farrell, embajador de Wikileaks y busca, principalmente, poner en el centro de la discusión el debate por la libertad de expresión y el derecho a la información en la región.

En conferencia de prensa realizada en el Salón de las Provincias del Senado de la Nación, los referentes de WikiLeaks, contestaron a NA acerca de la apelación que lleva adelante Assange ante la Justicia británica y por el argumento de los fiscales estadounidenses que acusaron al fundador del sitio web de poner a cientos de vidas en peligro por las revelaciones realizadas en 2010.

Kristinn Hrafnsson explicó: "El estado del caso en las cortes británicas se encuentra en la instancia de una apelación a la Corte Suprema donde estamos esperando que nuestro planteo sea oído, en caso contrario, se trataría de un verdadero escándalo. Sin embargo, considerando mi experiencia, no tengo demasiadas esperanzas que se produzca un resultado justo en el resultado final de la apelación. Acerca de la cuestión de las vidas puestas en peligro por las revelaciones de documentos durante los años 2010 y 2011, está probado que se trata de un argumento publicitario. Es pura propaganda". 

Y siguió: "Testigos del caso de Chelsea Manning, ex analista del ejército estadounidense que filtró miles de documentos clasificados sobre la guerra de Afganistán a WikiLeaks, fueron forzados a admitir en el juicio y bajo juramento que ninguna vida había sido puesta en peligro como resultado de las filtraciones".

De esa manera, concluyó: "Lo que mostraron los documentos fueron crímenes de guerra y diplomacia corrupta. Nadie ha sido dañado, han pasado 12 años y la experiencia habla por sí sola. Este es un caso de venganza contra un individuo, un periodista y un periodista premiado por exponer los secretos oscuros del imperio. Quieren dar un mensaje con esta venganza".