El próximo miércoles 4 de septiembre, jubilados y movimientos sociales preparan una movilización masiva para rechazar el veto presidencial a la sanción de la ley que actualiza jubilaciones.

La protesta se enmarca luego de la represión que sufrieron en la última convocatoria, cuando la Policía Federal avanzó con gases y palos contra los manifestantes en la puerta del Congreso. 

La movilización se convocará en las inmediaciones del Parlamento y está previsto que culmine en Plaza de Mayo, y tiene lugar tras una serie de actividades que apuntan a visibilizar la realidad de los jubilados. 

Con esta medida, desafiarán una vez más al Protocolo de Seguridad de la cartera que conduce Patricia Bullrich, quien anticipó que de cortarse las calles se ejecutará “como es debido”. 

El vocero presidencial, Manuel Adorni, respaldó la aplicación del protocolo durante la movilización del pasado miércoles, y reveló que volverá a implementarse en caso de que el tránsito te vea interrumpido. 

“Lo único que se hizo fue cumplir con el protocolo”, afirmó el funcionario al respecto, y anticipó: “La calle no se puede cortar y la ley no se puede incumplir. Al que le gusta bien, y al que no, vaya y corte y se aplicará el protocolo”.

Los organizadores esperan la adhesión de sindicatos, agrupaciones políticas peronistas y de izquierda, como centros de estudiantes, e incluso, reclaman la participación de la Confederación General del Trabajo (CGT), que en los últimos días sacó un pronunciamiento en repudio al accionar de la represión policial contra los jubilados, pero que no se pliega a las medidas de protesta.

“Haría una diferencia enorme que la CGT convoque a paro en defensa de los trabajadores”, reclamaron ante esta agencia activistas por la causa.