La Cámara Federal de Casación confirmó la prisión domiciliaria para el ex secretario general del Ejército Eduardo Alfonso, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

Alfonso estuvo prófugo cuatro años de la Justicia argentina, oculto en Paraguay, adonde había llegado con documentos falsos cuando se enteró en 2012 que iba a ser detenido.

El represor, quien se recicló en democracia y fue secretario del Ejército durante los gobiernos de Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, está condenado por “allanamiento ilegal; privación ilegítima de la libertad agravada, amenazas, imposición de tormentos y homicidio doblemente agravado”.

La Sala Segunda de la Casación, en un fallo dividido en el que formaron mayoría los jueces Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, desestimó las apelaciones contra la domiciliaria presentadas por una de las víctimas, Abuelas de Plaza de Mayo y la fiscalía.

Así, ratificaron  la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal número uno de San Martín, en cuanto había decidido otorgar la prisión domiciliaria.

Alfonso era teniente y agente de inteligencia cuando el 12 de enero de 1977 una patota realizó un operativo en la calle Independencia al 1900, en Villa Adelina.

Allí fue asesinado Domingo Antonio García y secuestradas su mujer, Beatriz Recchia, quien se encontraba embarazada de cinco meses, y su hija de tres años de edad, Juliana Inés García.

Alfonso fue condenado en principio a cuatro años de prisión por el allanamiento ilegal a la vivienda de la familia García-Recchia, pero no por el homicidio de García.

La Cámara de Casación consideró que debía ser condenado también por el homicidio de García y los tormentos contra Recchia, y entonces sobrevino la pena de prisión perpetua.