Por Sebastián Hadida

El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, escuchó atentamente al presidente Alberto Fernández cuando el sábado pasado, en ocasión del Día de la Lealtad peronista, proclamó el inicio de un "tiempo de reconstrucción" en medio de una de las crisis más hondas que al país le tocó atravesar en décadas, producto de la pandemia de coronavirus.

El jefe de Estado se refería a inaugurar una nueva página que permitiera empezar a dejar atrás el naufragio y reemplazar la mera contención por una agenda más ambiciosa de reactivación económica; sin embargo, el espíritu de "reconstrucción" también podría caberle al Frente de Todos.

El ex intendente de Tigre viene madurando hace tiempo la idea de ampliar la base de sustentación de la alianza oficialista con la incorporación de nuevos actores de la política, y en ese sentido se le ocurrió que la celebración de un Congreso partidario a mediados de noviembre podría ser la excusa perfecta para perfilar a su Frente Renovador como "puente" para atraer al Frente de Todos a sectores moderados de centro que tal vez no se sientan demasiado cómodos con el kirchnerismo.

El evento todavía no tiene una fecha exacta, aunque se barajan el 13, 16 y 17 de noviembre como posibilidades, según pudo saber NA de fuentes de la organización, y se realizará por videoconferencia con la participación remota de mandatarios provinciales e invitados de distintos sectores políticos y sociales.

"Creemos que por las características de nuestro espacio, el Frente Renovador puede actuar como catalizador, como puente para el regreso o ingreso de sectores políticos que por ahí no comulgan con el kirchnerismo. Hay sectores más radicalizados del Frente de Todos que generan que muchos no se hayan acercado todavía. Pero nosotros podemos ser un puente", explicó a esta agencia una importante dirigente bonaerense del massismo.

En el radar aparecen en primer lugar los dirigentes "expatriados" del Frente Renovador que en 2019, cuando el massismo definió su incorporación al armado electoral del Frente de Todos, eligieron otro camino ligado a la figura de Roberto Lavagna, como los diputados Graciela Camaño, Jorge Sarghini, y el titular del INDEC, Marco Lavagna.

Pero la búsqueda de sumar volumen no se agota allí: los diputados justicialistas Eduardo "Bali" Bucca y Andrés Zottos y el peronismo cordobés que responde a Juan Schiaretti aparecen en la lista de apuntados, como también muchos otros dirigentes del PJ del interior que ven con recelo la influencia que sigue teniendo el kirchnerismo en la composición y estrategia del Gobierno.

El rol de articulador de consensos que le toca desempeñar a Massa como vértice de gobernabilidad en el Congreso le permitió tejer vínculos fluidos con el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo de ocho legisladores que encabeza el mendocino José Luis Ramón.

Por fuera del "coto de caza" de la Cámara de Diputados, el massismo también imagina la posibilidad incorporar dirigentes de tradición radical como por ejemplo el embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín.

"También sectores del campo, de la industria y de la clase media. Nosotros como Frente Renovador tenemos una agenda propia que es histórica y que apunta a esos sectores, como la política de seguridad y la promoción de Pymes. Para nosotros son banderas fuertes e irrenunciables", recalcaron a NA las fuentes consultadas.

Al respecto, agregaron: "El Frente Renovador se expresó sobre el uso de las pistolas Taser en contra de lo que puede pensar una parte importante del Frente de Todos. Massa también dio su visión sobre la liberación de presos, sobre el delito que configura la toma de tierras y expresó su silencio cuando pasó lo de Vicentín"

Desde el massismo admiten que el Congreso partidario será la primera piedra en un camino que no será corto, y que no tendrá novedades explosivas en lo inmediato, aunque representa una oportunidad para abrir el debate sobre el perfil que tendrá en lo sucesivo la coalición partidaria, una discusión que está abierta y sin saldar.

El Frente Renovador y el PJ de los gobernadores representan el ala moderada y centrista, mientras que del otro lado de la balanza operan La Cámpora, otros sectores cristinistas de Unidad Ciudadana y los movimientos sociales como el Movimiento Evita y el Frente Patria Grande de Juan Grabois.

Estos últimos, más referenciados en la figura de la vicepresidenta, apuestan sus fichas a una radicalización creciente de las políticas del Gobierno, mientras que los primeros intentan pulsear como contrapeso en torno a un equilibrio hacia el centro.

Si bien la prioridad total es la gestión de la crisis por la pandemia, el armado de las listas en 2021 ya asoma en el horizonte y será el escenario de pujas entre los distintos sectores del Frente de Todos: el Frente Renovador busca adelantarse a las discusiones electoralistas marcando la cancha con tiempo y así llegar más robustecido a ese momento crucial.

Massa posee un núcleo de dirigentes que responden a su liderazgo como el ministro de Transporte, Mario Meoni, el titular de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, y obviamente, su esposa y titular de Aysa, Malena Galmarini.

También forman parte del equipo del Frente Renovador el titular del BICE, José De Mendiguren; el viceministro de Desarrollo Ambiental, Sergio Federovisky, y la vicepresidenta del Correo Argentino Mónica Litza.

El massismo también se anota dos gobernadores, Mariano Arcioni de Chubut y Gustavo de Salta, en tanto que en la Cámara de Diputados el tigrense ejerce influencia directa sobre diez legisladores, entre ellos la vicepresidenta de la bancada oficialista, Cecilia Moreau, y tiene como jefe de Gabinete de la Cámara baja a Raúl Pérez, un incondicional.

El massismo conserva peso propio en la Legislatura bonaerense y anclaje territorial en municipios de la provincia de la mano de intendentes como Luis Andreotti de San Fernando, Carlos Puglielli de San Andres de Giles, Sebastián Ianantuony de General Alvarado y Alfredo Zavatarelli de General Pinto.