A poco más de un mes de las elecciones internas en la UCR bonaerense, varios dirigentes radicales de proyección nacional se alinean detrás de los dos sectores en pugna y empiezan a marcar el camino que tomará la discusión por el reparto de lugares dentro de Juntos por el Cambio de cara a los comicios legislativos de este año y los presidenciales de 2023.

La competencia entre el intendente de San Isidro, Gustvo Posse, y el jefe del interbloque de diputados provinciales de Juntos por el Cambio, Maximiliano Abad, por la presidencia del partido tomó vuelo en los últimos días con la participación cada vez más activa de figuras como el senador Martín Lousteau, el titular de la bancada opositora de la Cámara baja, Mario Negri, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, entre otros.

Del lado de Posse se ubican Lousteau, como líder del espacio "Evolución"; el diputado nacional y referente del radicalismo porteño Emiliano Yacobitti -punto del histórico operador Enrique "Coti" Nosiglia- y dirigentes como Federico Storani y Juan Manuel Casella.

Muchos de esos dirigentes son críticos de la relación entre la UCR y el PRO e incluso cuestionaron al presidente saliente del radicalismo bonaerense, Daniel Salvador, en su rol de vicegobernador de María Eugenia Vidal durante los cuatro años de gestión en la provincia de Buenos Aires.

La campaña de Posse se centra, precisamente, en esa confrontación. "El partido fue entregado", afirmó durante el acto que compartió con Lousteau el pasado miércoles en La Plata, donde reiteró además que el oficialismo partidario -al que representa Abad- fue "servil".

Por su parte, Abad cuenta con el apoyo de la plana mayor del partido. Negri, Morales, el ex senador Ernesto Sanz, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, y el jefe del bloque de senadores nacionales, Luis Naidenoff, respaldan al diputado provincial al igual que el presidente del Comité Nacional, Alfredo Cornejo, aunque debido a su rol intenta mantener una posición más ecuánime.

A diferencia de Posse, Abad evita las críticas duras hacia el PRO. De hecho, fuentes radicales deslizaron a NA que Vidal apoya por lo bajo al jefe de la bancada de Juntos por el Cambio en la Legislatura bonaerense, con quien trabó una muy buena relación durante sus cuatro años como gobernadora.

En contraste con su competidor, el diputado bonaerense se presenta en su discurso como "garante de la unidad de la coalición opositora", aunque sin dejar de remarcar la ambición del radicalismo radical de encabezar ese espacio político.

A pesar de la retórica para la campaña interna, tanto en la esquina de Posse como en la de Abad se escuchan definiciones parecidas en lo que respecta al equilibrio interno de Juntos por el Cambio a nivel nacional. Todos esos dirigentes exhiben como punto de coincidencia la necesidad de robustecer a la UCR para disputarle al PRO las principales candidaturas y los espacios de poder dentro de la coalición opositora.

El ejemplo más reciente es el de Morales. El gobernador jujeño y hombre fuerte del partido centenario respalda a Abad en Buenos Aires pero a nivel nacional salió días atrás a marcarle la cancha al PRO  al afirmar  que "el radicalismo no va a ser furgón de cola de nada, va a tener candidato a presidente" en 2023 y "va a disputar los espacios en Juntos por el Cambio". Un discurso muy parecido al de Posse.

En un tono similar, Lousteau manifestó el pasado miércoles, en el acto junto a Posse, que el radicalismo tiene que tener "vocación por gestionar" y "no que esté cómodo en la superestructura". El senador convocó a " los ciudadanos que se alejaron defraudados de Juntos por el Cambio" a que "vuelvan" y agregó: "Para eso, no podemos ofrecer lo mismo".

De esta manera, el radicalismo empezó a ubicar a la interna partidaria de la provincia de Buenos Aires como un punto de partida para la discusión más grande, en momentos en que muchos de los dirigentes que se alinean con Posse o con Abad empiezan a proyectarse como candidatos para las elecciones legislativas o bien para las de 2023.

Por caso, Cornejo suena como eventual candidato de Juntos por el Cambio a senador nacional por Mendoza, al igual que Negri en la provincia de Córdoba. Además, en el radicalismo señalan al titular de la UCR y al gobernador de Jujuy como posibles aspirantes a la candidatura presidencial de 2023.

El radicalismo busca cambiar la estrategia que tuvo en 2015 y en 2019. En la primera, fue a las PASO con Sanz como precandidato presidencial pero sin expectativas de ganarle a Mauricio Macri. En la segunda, coqueteó con la idea de presentar un nuevo postulante pero se impuso la lógica de que, al ser gobierno, no correspondía disputar con el entonces Presidente de la Nación.

Para 2023, la UCR espera tener un armado que le permita una pelea más equitativa con sus socios políticos. Las internas de la UCR bonaerense podrían ser un trampolín en ese sentido. Por lo pronto, marcarán la forma en la que se discutirá el reparto de poder para las elecciones legislativas de este año.