Con la salud no se juega
La autora destacó que todos los distritos del país se hayan puesto de acuerdo y acaten la disposición del Gobierno de endurecer aún más las restricciones para evitar que se eleve el número de contagios por coronavirus.
Hace un mes y en función de los indicadores que se presentaban, el Gobierno Nacional decretó una serie de medidas para evitar la creciente suba de contagios y muertes (entre ellas la suspensión temporal de las clases presenciales en el AMBA).
En aquel momento el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires decidió no acatar y judicializar la medida.
Hoy, ante el crecimiento exponencial que se visualiza ya no sólo en el AMBA sino en gran parte del interior, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, finalmente reconoció que aquella estrategia era la apropiada.
Celebro que lleguemos a esta instancia en donde podamos ponernos de acuerdo y celebro que, por la salud de los argentinos y las argentinas, seamos lo suficientemente responsables para poder asumir la gestión y definir políticas públicas que protejan a nuestro pueblo.
En gestión es fundamental "leer los datos" para tomar decisiones.
Los datos y las decisiones en materia de salud son fundamentales en la prevención. Es decir, evaluamos el posible escenario y actuamos para evitar todo aquello que puede poner en riesgo a la salud de nuestro pueblo.
Sabemos que estamos en un año de elecciones, pero el árbol no nos tiene que tapar el bosque. Cómo dijo el presidente: "No me importa el resultado de una elección, me importa que los argentinos no se mueran".
En ese sentido tenemos que trabajar mancomunadamente, en beneficio de los argentinos y las argentinas.
La creciente gravedad epidemiológica ante la segunda ola, que afectó a todo el mundo y hoy golpea fuertemente a nuestro país, nos exige asumir responsabilidades y gobernar con compromiso, pensando siempre en nuestro pueblo.
Es impensado que en este país se haya "militado" contra las medidas sanitarias con quema de barbijos, manifestaciones para cuestionar las restricciones, poniendo en duda la existencia de la pandemia y realizando presentaciones judiciales que denunciaban que el gobierno quería envenenar con la vacuna, entre otras cuestiones.
Todo esto llevó a exponer a nuestros ciudadanos al contagio por el sólo hecho de no querer reconocer lo que hoy finalmente se reconoce.
No podemos jugar con la vida de nuestra gente, en política no todo vale lo mismo para hacer campaña. Con la salud, no.
Hoy no estamos igual que el año pasado. Hoy sabemos mucho más sobre el virus.
El virus se transmite principalmente por vías respiratorias y para ello es fundamental el uso de barbijo, la distancia social y la ventilación cruzada de los ambientes.
En ese contexto, los "datos" hablan y nos dicen que bajar la circulación es fundamental, y lo es más aun, en un momento en donde los contagios y muertes suben a pasos agigantados cada día.
La semana que viene los y las estudiantes de todo el país van a tener clases, algunos presenciales y otros a distancia.
Todos menos los porteños porque el Gobierno de la Ciudad decidió, una vez más por fuera de los acuerdos del Consejo Federal de Educación, que no tuvieran.
No es la primera vez que vemos una gestión que avanza y retrocede, como una suerte de prueba y error.
Lo hemos visto a lo largo de la presidencia de Mauricio Macri en reiteradas ocasiones y con las consecuencias que ya conocemos.
Pero no se puede correr ese riesgo porque en el medio hay vidas que se pierden.
Es momento de dejar de lado los caprichos, la especulación política, los mensajes para la tribuna y para Twitter. Nuestro pueblo nos necesita. Estemos a la altura de las circunstancias.